POR BIZÉN D’O RÍO MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL HOYA DE HUESCA (HUESCA).
Cuando se entra en la década de los setenta el plástico se encuentra en plena expansión en España, donde son 1800 los transformadores de esta materia que están censados y ocupando sobre 17.300 personas en la fabricación de distintos productos que llegan hasta el consumidor, aunque por otra parte, mediante la importación, se producía la llegada de productos de otros países que eran vendidos por el sistema americano de venta piramidal, en unas peculiares reuniones en domicilios particulares preparadas por algunas amas de casa, que citaban a conocidas y amigas las cuales, se llenaban de numerosos contenedores de plástico con cierre hermético que luego en muchos casos no se llegaron a usar, o bien las ofertas dirigidas desde tiendas de plásticos, que de una forma exclusiva y especializada surgen y ofrecen piezas plásticas para cualquier uso. En suma, el plástico nos estaba invadiendo desplazando a muchos utensilios domésticos tradicionales de cerámica, madera, hierro, etc. Claro está que el desarrollo de nuevos materiales plásticos constituía en aquellas fechas un hecho corriente mas que una excepción; una innovación tecnológica que abría nuevos mercados, porque así ocurría en los sectores de mayor consumo de plásticos, tales como la construcción, el embalaje, la industria eléctrica y la de transporte, en los cuales los nuevos diseños y las combinaciones con otros materiales convencionales se sucedían de forma continua, un ejemplo claro fue como un cestillo de plástico que contenía la botella o ampolla de cristal, sucedió a la garrafa tradicional de cristal protegido por un cesto a modo de corsé de mimbre, mas al poco tiempo, se estaba hablando de la garrafa de plástico, un simple bidón que con forma cuadrada o redonda tenía distintas capacidades y podía usarse para diferentes líquidos.
Con motivo de la expansión de la producción y venta de estos productos se producía la inauguración de Expoplástica 72, que organizada por la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, durante el mes de octubre contaba con una superficie de 8.500 metros cuadrados cubiertos con 200 firmas expositoras que exhibían materiales de todas las ramas y aplicaciones del sector cuyo valor sobrepasaba los 75 millones de pesetas. Paralelamente a esta exposición se celebraron unas Jornadas Técnicas en las que se trataron de las perspectivas tecnológicas en la evolución de los plásticos, la situación de los productos petroquímicos, los plásticos frente al desarrollo y el Mercado Común y los plásticos y el medio ambiente, pues ya era un tema que se vislumbraba como problemático, por lo que ya el tema de la contaminación, fue apuntado en la inauguración por el entonces ministro D. José María López de Letona, quien dijo: que la postura que debía de adoptarse frente al problema de la deteriorización del medio ambiente había de ser ponderada, sensata y exenta de fácil recurso a la histeria colectiva: Lo primero, que había que reconocer era que la industria en general no era el único y mas importante agente de contaminación. En segundo lugar, la lucha contra la degradación del medio ambiente era problema fundamentalmente económico y no técnico, de tal forma, que era preciso medir hasta que punto se podría combatir los efectos molestos del desarrollo industrial en función de los elevados costes que comportaría una actitud extrema a este respecto.
En rueda de prensa posterior, comentó el Sr. Ministro las iniciativas que en este sentido de la contaminación había tomado la Administración, apeló a la responsabilidad de los empresarios apara que con sus fabricados no contribuyeran a degradar el ambiete y, por último, dijo que la contaminación en España no había alcanzado afortunadamente, unos niveles que justificaran reacciones alarmistas que en algunas ocasiones se estaban trasmitiendo por los medios de comunicación, pero que valía la pena que comenzáramos a atacarla desde el principio por parte de la Administración y empresas, para que no llegara a plantearse en términos que podrían ser dramáticos.
En aquél entonces, ya consumíamos anualmente 18 kilos de materias pláticas por español y la producción española en materiales plásticos alcanzaba las 460.000 toneladas y el consumo requería la importación de otras 600.000 toneladas. Fue por ello que en las Jornadas Técnicas, hubo de plantearse el tema de los residuos plásticos, tema que ya apareció como insoluble, pues por el momento decían que solo alcanzaba el 2 por ciento de los basureros municipales, pero que día a día iba en aumento presentando problemas para su eliminación.
Problema que cincuenta años después estamos tratando todavía de solucionar con la recogida de forma selectiva en contenedores de todos los residuos plásticos para su reciclaje, seamos pues conscientes del problema y reciclemos.
FUENTE: CRONISTA