POR ÁNGEL RÍOS, CRÓNICO OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)
En relación con la desaparición de la ermita de Concepción y la difícil posibilidad de encontrar sus restos, ha sido el subsidio que ocurrió en 1888 y 1894 en la zona donde se encontraba la ermita, y que fue eco por la prensa, aunque no cita nada al respecto:
Mi querido amigo: Hace unos días le dije a V. en una de mis cartas las circunstancias severas y difíciles que atravesaron esta población debido a las muchas tragedias en un corto período de tres años. Muy poco tiempo ha pasado, y una de esas desgracias, y la más peligrosa de todas, ha estado poniendo un bolígrafo en mi mano para permitirme ahora hacer público a través de su diario popular la horrible catástrofe que este desafortunado sufre hoy en día debido al lluvias torrenciales que han estado cayendo todos los días, a partir del 1er día de este mes.
Cualquiera que haya visitado este pequeño pueblo en el pasado llamado Court of the Valle, que bien puede ser llamado El Valle de la Miseria, sólo entenderá leyendo el título, a pesar de lo desaliñoso que fue, el gran daño que ha causado.
Blanca se encuentra en las laderas áridas y robustas de Sierra del Castillo, San Cristóbal o Peña Negra. Sus calles suelen ser estrechas, especialmente en el lado norte del suelo pisado e irregular; todos obtienen el agua y los escombros descendiendo de las laderas de montaña; el agua y los escombros tan abundantes en este momento, que han inundado la ciudad y el jardín; tienen cortaron y destruyeron carreteras, senderos, caminos, y así sucesivamente; ya que los barrancos y los barrancos han dejado fuera de tal manera que nada ha sido bastante devastador para contener su impulso. Las paredes, la mayoría de ellas han sido destruidas; lo que una vez fue un hermoso huerto naranja se ha convertido en un paseo marítimo bajo ruinas que guardan la vegetación y maíz enterrada. Los canales por los que las aguas corrientes fertilizan la tierra son ciegos y otras totalmente destruidas; y sobre todo, cuán amenazadas son las vidas de algunas personas, los que tienen su morada cerca de las montañas; porque estos enormes rocas emergen tan duro que el barrio se mantiene en continua alarma; tanto en el pueblo como en el jardín han sido varios colapsos de casas y cada día se puede escuchar más informes de lesiones. No hay herencia que no tenga tantas pérdidas por las que lamentar; bueno el daño ha sido tan enorme que nadie se ha escapado de ella; parece como si la Providencia ha decretado por mucho tiempo con tantas calamidades.
Hace muchos años la enfermedad naranja y sus congéneres comenzaron a enfermarnos y aún hoy en día la terrible plaga no ha desaparecido; entonces las nubes de piedra han perdido y dañado la cosecha de frutos en algunos años; las avenidas rectas de Segura han causado terribles peajes en los bancos, y no tanto tiempo en el pasado (hace unos 5 meses) que en el momento menos esperado, parte del principal weir que empuja las aguas desde el que condujo de este jardín ha sido destruido; su reconstrucción ha sido verificada con la cantidad de 52 por tahulla: y si todo esto no fuera suficiente, la depreciación de la fruta ha sido tan mala que en los mercados tanto en el extranjero como en el interior ha sido rechazado. Y para hacerlo aún peor, mi querido amigo, esta triste y desafortunada desgracia que acabo de relacionada.
El alcalde ha informado al Gobernador para que el Honorable Ministro del Interior lo sepa.
¿Alguna vez encontraremos algo de remedio a nuestras desgracias y miseria? No tengo esperanza; este pueblo está tan abatido que nadie está interesado en ella, y así sufrimos una tragedia, uno tras otro; pero todo tiene su límite y nuestras fuerzas son demasiado débiles para soportar todo esto.
Y como tal ocasión se lleva a cabo, el municipio de esta ciudad y las personas que por sus circunstancias y condiciones son capaces de hablar hacen esfuerzos para encontrar un remedio para los pequeños males donde sea posible y evitar que sucedan en el futuro. Es tal oportunidad para mostrar, aunque sea un poco, si aman y celo hacia el interés comunal, y si es posible, la reconstrucción de carreteras, la limpieza y el nivelación de las calles con el fin de proporcionar una salida fácil al el agua y los escombros, y tanto esto como más, corren donde deben correr para evitar más daños y malos momentos.
Les pido perdón, amables lectores de este periódico ilustrado, que llenen una de sus columnas con mis lamentaciones, y V., Director, por cualquier inconveniente que pueda causar. Tuyo sinceramente con amor.
Antonio Molina Silvia GonzÁlez Molina