POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)

A principios del siglo XVIII esta ermita permaneció como lugar para los entierros y un cementerio provisional desde el Real Decreto del 26 de abril de 1804 dado por el rey Carlos IV debido a la epidemia amarilla y orden fechada 26 1806 de mayo estableció la construcción de un cementerio financiado por los vecinos, y si no es posible, por los ingresos de la fábrica parroquial.

Echemos un vistazo a este extracto de un certificado de defunción, del libro parroquial de las muertes que registra que han sido enterrados allí:

En la localidad de Blanca el 19 de noviembre de 1818 murió Francisco López, viudo de María Cano, quien recibió los Sacramentos Santos. No afirmó ser pobre; y fue enterrado en la ermita de la Concepción, por la presente firmo y testifico.

D. Josef Ramón Ximénez

En la ciudad de Blanca el 12 de agosto de 1825 murió de disentería Sra. Isabel Molina de setenta y cinco años, y viuda de Joaquín Yelo, de este vecindario. Recibió los Santísimos Sacramentos de Penitencia, Santo Viático y Extreme-unción, y dejó su voluntad a D. Diego Trigueros, un notario público en este pueblo, el 15 de marzo de este año. Entre otras cosas también ordenó ser enterrada en un entierro regular y un réquiem, y orar por su alma en cincuenta misas, treinta por su hermano D. Josef Santiago, y tres para el santo Cristo de las Penas. También ordenó que sus demandas forzadas fueran pagadas, establecidas por los tribunales extintos y aprobadas por su majestad. Nombrado por su único ejecutor el sacerdote parroquial, sus sobrinos y herederos; y finalmente ser enterrado en la ermita de la Concepción, un cementerio temporal de esa parroquia, por la presente firmo y testifico como su teniente sacerdote.

D. Pedro Pérez

En 1826 comenzó a construirse el primer cementerio, y podría ser enterrada aquí.

Pascual Madoz en su diccionario de geografía ilustrada. La historia de España y sus posesiones en el extranjero y la República de América (Madrid 1850) también se refiere a ella y cita:

«En la entrada a las murallas de la ciudad se pueden ver las ermitas de Concepción; y en la misma línea y a una hora de distancia el San Roque. En el campo hay varios lugares donde hay ocho ermitas más, en los que los agricultores de las cercanías pueden asistir a misas.»