POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS).
-(La arrolladora pasión de una mujer casada y el dramaturgo -y ya sacerdote- en el Siglo de Oro español)-
-(¿Qué nexo hay entre Nevares, Castañera, Bodes, Lope de Vega y Benito Pérez Galdós?)-
Con gran detalle hemos escrito en tiempos pasados sobre la vida de Antonio Noriega de Bada y Llerandi, nacido en Castañera en 1769, hijo natural de María Manuela de Llerandi y la Iglesia, nacida en San Juan de Parres y asistenta en la casa de Manuel Francisco Noriega Pérez de Estrada, juez de Parres en aquellas fechas.
Antonio fue un parragués que llegó a ser hombre de confianza de Manuel de Godoy, acostumbrado a despachar con los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma como Tesorero General de la Corona, además de gran amigo de Jovellanos.
Francisco de Goya pintó a Antonio y a su esposa en ambos cuadros que se conservan en la actualidad.
Ya contamos cómo fue el trágico final del parragués -acusado de “afrancesado”- cosido a puñaladas y arrojado al río Guadiana, tras la invasión francesa de 1808.
Escribimos también con gran detalle sobre la vida de Lorenza Cobián González, nacida en “El Gallán”, Bodes (Parres), en el año 1851 y de su relación con el Benito Pérez Galdós, con el que tuvo a María Pérez Galdós Cobián, la única hija reconocida por el escritor canario.
Fueron años felices pero, cuando Lorenza contaba 55 años, cayó en una gran depresión mental que la llevó al suicidio, puesto que fue detenida por intentar arrojarse sobre la vía al paso del tren en la estación de Príncipe Pío, en Madrid, pero -seguidamente- consiguió llevar a cabo su desgraciado final ahorcándose en el calabozo del Gobierno Civil de la capital de España el 26 de julio de 1906.
Hoy nos detenemos en una historia seguramente poco conocida en nuestro concejo de Parres, el escandaloso y trágico romance de Marta de Nevares y del gran poeta y dramaturgo del Siglo de Oro, Félix Lope de Vega Carpio.
Sebastián Cordero de Nevares fue secretario real de Felipe II; había nacido en 1528 en Santoyo (Palencia), bautizado en la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en el seno de una familia con raíces en el pueblo de Nevares de nuestro concejo de Parres -sus apellidos le delatan doblemente sin ningún género de dudas- y sus antepasados habían luchado ya -tres siglos antes- en la batalla de Las Navas de Tolosa, cuyas gentes le prestaron ayuda al rey Alfonso VIII con el apoyo de familias nobles, como la de Cordero de Nevares, los cuales agregaron a su apellido el nombre de su pueblo, como solía ser habitual.
Sebastián estableció en la iglesia parroquial de su pueblo natal una fundación en sufragio de los fieles difuntos, además de pagar el magnífico retablo que puede contemplarse en la iglesia de San Juan Bautista, realizado por la escuela de Juan de Juni.
Su hijo, Francisco de Nevares, fue escribano mayor de rentas, un cargo heredado de su padre.
Otra nieta de Sebastián Cordero de Nevares -Juana de Nevares- se casó con Fernando González de Madrid, el cual fue Regidor de Madrid, Capitán de Infantería y de la Caballeriza Real.
Hacia el final del reinado de Felipe III, Félix Lope de Vega y Carpio conoció a Marta de Nevares de Santoyo -quien vivió entre 1591 y 1632- y mantuvo con ella un ardiente, escandaloso y trágico romance.
Marta era hija de Matías de Nevares de Santoyo y Mariana de Cepeda, quienes se habían establecido en Valladolid, tras los pasos del mencionado Sebastián Cordero de Nevares.
Marta es identificada como la amante que tuvo Lope de Vega, tras conocerla en 1616 (ese año en el que murieron Cervantes y Shakespeare).
Parece que Marta de Nevares fue una mujer de gran cultura artística, muy bella y distinguida, elegante, mundana y refinada. Muy conocida fue también su hermana, la poetisa Antonia de Nevares.
El propio Lope de Vega escribió sobre Marta que era de ojos verdes, cabellera rizosa, hermosa boca, blancas manos, gentil de cuerpo, de cortesano hablar, voz divina, poseedora del don de la poesía, amén de otros varios halagos.
Pero -añade el gran dramaturgo madrileño- estaba casada con un “fiero Herodes”.
En el año 1604, tras sus estudios en la prestigiosa Universidad de Alcalá de Henares, Marta se casó contra su voluntad -con tan solo 13 años- con Roque Hernández de Ayala
Entretanto, Lope de Vega había llevado una vida muy agitada en cuestión de aventuras y amores, y tuvo doce hijas y cinco hijos, entre legítimos e ilegítimos.
A los 17 años se enamoró de Elena Osorio; nueve años después se casó con Isabel de Urbina, tras raptarla con el previo consentimiento de ésta.
Lope fue sometido a un proceso por concubinato con Antonia Trillo, mientras mantenía otra relación con la actriz Camila Lucinda, la cual le dio cinco hijos.
Con 36 años, Félix Lope se casó por segunda vez, en esta ocasión con Juana Guardo.
Este “donjuán” del Siglo de Oro aún tuvo amores con Jerónima de Burgos, también actriz.
Algunas de estas mujeres quedaron perpetuadas en sus obras y -en algún caso en el que se sintió despechado- no reparaba en llevar a sus sonetos y comedias a los personajes a los que deseaba zaherir, los cuales le llevaron a los tribunales más de una vez, de modo que fue desterrado ocho años de la corte y -otros dos- de Castilla.
Con 48 años compró una casa en la calle Francos de Madrid, ciudad en la que era muy popular, donde eran numerosísimos los que asistían a sus espectáculos teatrales, aunque el tener que mantener a tantos hijos hacía que viviese de forma nada holgada.
Se dice que en los paseos de Lope por Madrid la gente se arremolinaba en torno suyo para aplaudirle, besándole la mano y suplicando una bendición.
Marta quedó reflejada en sus poemas y escritos varios como “Amarilis”; no debemos olvidar que Lope de Vega decidió hacerse sacerdote tras la muerte de su segunda esposa, Juana Guardo, siendo ordenado como tal un año después.
Ya siendo sacerdote, fue cuando conoció a Marta de Nevares en una reunión poética y -a partir de ese encuentro- la mutua pasión amorosa que se profesaron se hizo dueña de ambos.
El hecho de que Marta fuese una mujer casada y Lope un sacerdote, causó un notable escándalo en Madrid.
Marta tenía en ese momento (año 1616) 25 años, pero Lope ya había cumplido los 54.
De esta relación nació al año siguiente Antonia Clara (´Clarilis´), a la que se la reconoció como si fuese hija de Roque Hernández de Ayala -el esposo legítimo de Marta- el cual sospechó que no era hija suya, acabando el asunto en los tribunales.
Fallecido Roque, Marta quedó más libre, e incluso se fue a vivir con Lope, el cual la hizo protagonista de algunas de sus siguientes novelas, llamándola Marcia Leonarda.
Marta se quedó ciega con 37 años, comenzó a sufrir graves depresiones y alteraciones mentales, acabando en un terrible estado de locura, falleciendo con 40 años a pesar de los muchos desvelos y cuidados de Lope.
Sobre el último gran amor de su vida, Lope escribió tras su muerte: “No quedó sin llorar pájaro en nido,/ pez en el agua ni en el monte fiera,/…y es la locura de mi amor tan fuerte,/ que pienso que lloró también la muerte”.
Tres años después fallecía Lope de Vega, pero antes tuvo que ver cómo la hija que había tenido con su amante Marta, Antonia Clara -con solo 17 años- se daba a la fuga con un amante -curiosamente apellidado Tenorio- llevándose ropas y joyas de la casa familiar de la calle Francos (…y hasta los dos perros), hija de la que nunca más se tuvo noticia.
Lope Félix -uno de los hijos de Lope de Vega Carpio- murió ese mismo año ahogado en la costa venezolana, y el gran dramaturgo, poeta, “donjuán”, sacerdote y amante de la que un día sus antepasados partieron de la parroquia parraguesa de San Antonio Abad de Nevares, falleció el 27 de agosto de 1635, con 73 años.
El que era conocido como “Fénix de los ingenios” amó a muchas mujeres, engañó a todas, fue padre de hijos legítimos e ilegítimos, se casó dos veces, se hizo sacerdote para calmar sus pasiones -sin ningún éxito, como hemos visto- amó a Marta de Nevares tal vez más que a ninguna otra, y su vida supera con creces la de algunos que aparecen en las llamadas “revistas del corazón” de nuestro siglo XXI.
El gran escritor barroco de los siglos XVI y XVII nos dejó un vasto legado literario de tres novelas largas y cuatro cortas, nueve epopeyas, mil ochocientas comedias, tres mil sonetos…y la historia de su propia vida, ya una novela de por sí.
Todo un “Monstruo de la Naturaleza”, como le llamó su coetáneo, el más grande y famoso escritor español de todos los tiempos, Miguel de Cervantes Saavedra.
Su entierro fue multitudinario y -según dicen las crónicas de la época- en el mismo había muchas más mujeres que hombres…
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De modo que el nexo que podemos poner en común entre Nevares, Castañera, Bodes, Benito Pérez Galdós y Félix Lope de Vega, es el trágico final de sus tres citados y famosos hijos, con el grave deterioro -al final de sus días- de las facultades mentales de Marta de Nevares y Lorenza Cobián, y la muerte violenta del que había nacido en Castañera, Antonio Noriega de Bada y Llerandi.
ESCUDO DE LA FAMILA ESTRADA Y CORDERO DE NEVARES, CONSERVADO EN LA ACTUAL IGLESIA PARROQUIAL DE SAN ANTONIO ABAD, EN NEVARES.
En el interior de esta iglesia, adosado a su muro norte, se conserva el escudo compuesto en 1682. En su cuartel inferior -en sinople (verde)- hay un escudete jaquelado de 15 piezas, 8 de gules (rojo) y 7 de oro, con dos corderos de plata, afrontados. Este cuartel forma parte -entre otros- del actual escudo de Parres, puesto que el tercer cuartel del escudo de nuestro concejo tiene su origen y memoria en la Casa de Nevares.
Está formado por un águila sobre fondo dorado en la parte alta y -en la parte baja- dos escudetes y dos corderos, sobre fondo verde claro. Era de los señores de Estrada y Cordero de Nevares, que lo eran del Coto jurisdiccional de Las Arriondas.
En el muro del evangelio de la capilla se conserva una inscripción (a la izquierda del gran escudo) que incluye una primera fecha de fundación, y dice: “Esta Iglesia hicieran el cap/ean Diego de Estrada y do/ña Aldonza de Miranda/hija de Martín de Quirós y /de doña Inés de Yabra/ acabose el año de / mil e quinientos”.
Otra inscripción (a la derecha del citado escudo) vuelve a insistir en informaciones de datación y alude a otras obras efectuadas en el templo, señalando: “SE HIZO EL AÑO DE/1541 / SE REDIFICO EL / DE 1799 –A ESPENSAS DE DOÑA MARIA TERESA/ DE OMAÑA”.
En el propio escudo aparece la leyenda que dice: “AÑO DE 1682 MANDO HACER ESTE ESCUDO DON BERNARDO DE VELASCO I NEVARES”
FUENTE: https://www.facebook.com/franciscojose.rozadamartinez