POR MARÍA TERESA MURCIA CANO, CRONISTA OFICIAL DE FRAILES (JAÉN).
Todo lo que hemos podido conseguir son testimonios orales de fraileros que tras la Guerra Civil quisieron modernizar sus casas y darles un profundo lavado de cara. Aparece en la localidad un maestro albañil del que solo sabemos su nombre, Juan de la Cruz López Rosales, al que todos conocían como “Juanito”. Él es el responsable de muchas de las casas que se hicieron en Frailes por parte de las gentes más pudientes de aquellos años grises de la posguerra.
Cuando el trabajo era intenso en varias localidades, La Morena envió al mejor encargado de los que disponía en cuanto a lo profesional, lo cual indica la importancia que el maestro estaba dando a los proyectos, se trata de un primo suyo llamado como su padre: Juan de la Cruz López Rosales, “Juanito”. Las obras aumentaban mientras que Manuel “La Morena” se tenía que hacer presente en diversas localidades de Andalucía. A Villanueva del Arzobispo envió al mejor encargado de los que disponía en cuanto a lo profesional, se trata de un primo suyo llamado como su padre: Juan de la Cruz López Rosales, “Juanito”, quien casado con Leonor “la Jara” tuvieron nueve hijas, algunas de ellas nacidas en Villanueva. La misión de Juanito no era económica, que para eso tenía destinado al hijo de D. Manuel, Pepe que había renunciado a los estudios y con edad casadera al que quiso responder alguna chica del pueblo; la misión de Juanito era la de coordinar y dirigir técnicamente las obras que al mismo tiempo se estaban afrontando; era un gran entendido en la profesión.
Hemos localizado tres de las viviendas que Juanito hizo para fraileros, todas con las características que su maestro La Morena le enseñó. Tres plantas, molduras en los vanos de ventanas y balcones. En el interior escalera en lugar preheminente con zócalo de yesos al fuego y suelos de baldosa hidráulica que comienza a adquirir un nuevo protagonismo, hasta tal punto de que el mosaico hidráulico se convirtió en una pieza artística de gran valor, utilizado por importante diseñadores como en el caso de Antonio Gaudí. Durante esta época primaban los diseños geométricos, florales y vegetales creando composiciones de lo más versátiles. Comenzaron a diseñarse baldosas hidráulicas con colorido, creando composiciones muy vistosas. La baldosa hidráulica comenzó a cobrar un importante protagonismo durante le período que abarca desde los años 20 hasta los años 50. El estilo de baldosa hidráulica utilizado durante este período se caracterizaba por colores neutros con poco color, y diseños recargados con líneas entrelazadas entre sí principalmente. En los años 50 comenzó su declive, hasta comenzar a ganar terreno nuevamente en la época actual. Sin embargo su máximo auge estuvo en los años 60, donde el uso de la baldosa hidráulica poblaba la gran mayoría de estancias.
Tres son las casas de las que tenemos noticia cierta que hizo Juanito en Frailes, la de Fermín Murcia Fernández, la del Estanquero y la de Maravillas Delgado, la primera en la carretera que une Frailes con pueblos comarcanos y las dos segundas en la plaza Rector Mudarra, centro social de la villa.
Fermín Murcia Fernández, era taxista y carpintero, y en los años 50 del siglo XX decide arreglar su vivienda que estaba algo incómoda y obsoleta, para ello contó con la presencia de Juanito, continuador de la obra del maestro La Morena y del que se dice era alumno destacado de Manuel López Ramírez. En ésta vivienda de tres plantas y un cierre en el centro de la fachada, sigue los patrones marcados por el maestro pero a escala más pequeña. La fachada es de tres plantas con rejas en el primer piso y balcones en el segundo, el del centro se encuentra cerrado para dar más amplitud a la estancia, y en la tercera planta los vanos llevan una jardinera haciendo de la fachada una estampa armónica. En el interior una puerta de madera da paso a un zaguán con los famosos zócalos de estucado al fuego y la escalera que une las tres plantas de la casa en forma de caracol y magníficamente diseñada, también con zócalo de estuco de yeso, simulando el mármol. En tonos verdes y marrones. En el tercer piso de la casa se conserva aún el estado original de la antigua vivienda en la que se encuentran suelos de tablas de madera.
Las otras dos viviendas se encuentran en la Plaza Rector Mudarra, una de los zonas que en otras épocas fue una plaza en la que vivieron destacados personajes de la vida social y política de la Villa. En un principio tenía el nombre de Plaza de San Miguel, para a finales del siglo XIX llamarse Rector Mudarra en honor a uno de los hijos más preclaros de la Villa. En ella se sitúan las viviendas de Florencio Anguita y del que tuvo el estanco de tabacos sito en dicha plaza, de ahí que se le conozca con el nombre del Estanquero.
Eran casas viejas que sus nuevos dueños quisieron darle un estilo más acorde con los nuevos tiempos, tras los años grises de la guerra y posguerra civil. Como el maestro Manuel López Ramírez había muerto al ser fusilado en el Arroyo de las Parras en 1936, se le en cargan las obras al ya citado Juanito, Juan de la Cruz López Rosales. Ambas siguen el estilo ya descrito del maestro, en la solería, la escalera y la distribución de la vivienda, aunque sin la grandiosidad del maestro.