POR ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL DE ALZIRA (VALENCIA)
La banda de Alzira ofreció dos conciertos en la capital húngara tras fustrar la riada de “San Carlos” su participación en un festival en Londres.
La Sociedad Musical de Alzira, en su largo historial, ha realizado varios viajes por viejo continente europeo, pero creo que ninguno tan perfecto y agradable como el desplazamiento a Hungría en marzo de 1989.
Los músicos habían estado ensayando en el Gran Teatro de Alzira para asistir al festival que en diciembre de 1987 se celebraba en Londres, cuando la denominada riada de “San Carlos”, acaecida el 4 de noviembre de aquel año, frustró su participación. El agua alcanzó los instrumentos, causando graves daños. Este imprevisto generó una gran decepción en el colectivo de músicos, pero el “mestre” Ramón Herrero García, director de la banda, supo sacarla a flote recordando las palabras de FW Robertson: “Hay un pasado que se fue para siempre, pero existe un futuro que todavía es nuestro”.
Poco tiempo después, la banda disfrutaría de otra oportunidad para demostrar su calidad fuera de nuestras fronteras. Dentro de los múltiples conciertos y actos culturales que en la capital magiar se habían preparado para las fiestas de Primavera, la Sociedad Musical de Alzira fue invitada en intercambio cultural a través de la Consellería de Cultura de la Comunidad Valenciana, para ofrecer unos conciertos. La Junta Directiva que presidía Bernardo Blasco Castany, organizó un viaje a Budapest que entre músicos y acompañantes se desplazaron alrededor de 240 personas a las que acompañaba el que suscribe, enviado especial de la desaparecida Radio Alzira.
Aún estaban calientes las cenizas de la “cremà” de las fallas de Alzira, cuando el lunes 20 de marzo de 1989, este colectivo viajaba desde el aeropuerto de Manises a Budapest en dos aeronaves, “Boeing” y “Tupolev”, de la compañía húngara Malev. Al llegar a Budapest nos trasladaron a Tihany, en el lago Balatón, para realizar al día siguiente una visita a Viena.
Debido a la magnitud de la expedición, los alcireños tuvieron que albergarse en cuatro hoteles en la capital magiar, uno de Buda y tres en Pest. -Buda significa agua y Pest horno donde se cuece la cerámica- Estas barriadas se encuentran separadas por el río Danubio; Buda está edificada en la parte alta y Pest en el llano.
El primer concierto que ofreció la banda que los magiares pudieron escuchar y aplaudir, fue en el salón de un gimnasio, el “Ratnóti Gimnázium”, donde bajo la dirección de Ramón Herrero se interpretaron obras de Chapí, Adám Ferrero, Cart Orff y Rimsky Korsacov. El miércoles 22 de marzo, la banda y acompañantes se trasladaron al palacio real, donde ofrecieron un concierto, momento que recoge la fotografía que acompañamos. Toda la expedición se reunió después en una cena en el hotel Standium donde al final se organizó una gran fiesta valenciana que comenzaría Paco Marí, trompeta solista de la Orquesta Municipal de Valencia, a la que se integraron más músicos, como Ángel Asunción Rubio, presidente de la Federación Regional de Bandas de la Comunidad Valenciana, quien tomó su clarinete para interpretar música popular valenciana. Lo más insólito de la fiesta llegó cuando se interpretó “El Fallero” y apareció una alcireña, Pepita Pellicer, ataviada con el traje regional, peineta y banda incluida, acompañada de Bernardo Sanjuán. Ángel Asunción, ejerció de mantenedor de la fiesta, proclamándola el alcalde de Alzira, Francisco Blasco, “Fallera Mayor de Budapest”. Pepita ocupó un improvisado trono y la dirección del hotel le entregó un ramo de flores. Ángel Asunción, en calidad de presidente de la Federación de Bandas, felicitó al “mestre”, músicos y directivos por la página de historia que habían escrito para Valencia la banda el día anterior.
Al día siguiente, un reducido grupo, acompañados del alcalde de Alzira, en calidad de presidente de la Diputación de Valencia, fuimos recibidos en el Palacio del Parlamento, al mismo lado del río Danubio, donde la secretaria de presidente de la nación, nos mostró todas las dependencias.
En este viaje cultural no faltó una excursión fluvial por el Danubio hasta la ciudad de San Andrés y el domingo siguiente, Pascua de Resurrección, visitamos la ciudad de Kecskemét, al Sur de Budapest, en la Transilvania. Posteriormente fuimos a un rancho en las llanuras del país, donde todos participamos en una demostración de carros y caballerías.
Terminamos estas memorias recordando el regreso a Alzira, donde deseábamos degustar nuestras comidas, ya que las de aquellas tierras las encontrábamos extrañas. El lunes 27 de marzo por la noche, embarcamos en el aeropuerto de Budapest, llegando a medianoche a Alzira, donde en la plaza del Reino fuimos recibidos en “olor de multitud” por los alcireños que todos los días al mediodía en el programa informativo “Terra Nostra” de Radio Alzira, recibían puntual información del desarrollo de la expedición musical.