LA GRAN REINA DE LA FERIA Y LA MÁS CONOCIDA DENTRO Y FUERA DE LA REGIÓN ES LA FABA DE LA GRANJA, SEGÚN RECALCÓ EL PREGONERO, EL RECIÉN NOMBRADO HIJO PREDILECTO DEL CONCEJO, JOSÉ ANTONIO FIDALGO

La faba remonta en Colunga. Tras una mala cosecha que en 2018 estuvo marcada por el mal tiempo y los daños de la fauna salvaje, los productores han vuelto este año a recoger grandes cantidades de fabes que, además, «son de una calidad excelente». Así lo aseveraban ayer los once cosecheros que acudieron a la feria que desde hace 29 años pone la guinda a una semana dedicada a la que es la legumbre por excelencia en el concejo. Una cifra de expositores que casi duplica a la del pasado año, cuando apenas se presentaron seis, y que trajo aparejado un notable incremento en la cantidad de producto puesta a la venta, que pasó de los 300 kilos de 2018 a más de 800.

Pese a que la mañana comenzaba perezosa, con apenas un goteo de visitantes, la cercanía de los actos centrales hizo que poco antes del mediodía la plaza de abastos, adonde este año regresó el certamen tras más de una década celebrándose en el polideportivo, se convirtiese en un auténtico hervidero de gente. A buen ritmo se sucedían las ventas de la variedad estrella, la de la Granja, que este año se mantuvo a quince euros el kilo, como el pasado. Al mismo precio se vendían las verdinas, también muy demandadas, mientras que les fabes de Gloria estaban a doce euros y los negritos a diez.

Con la jornada a punto de terminar llegó el momento de saber quién cultivó las mejores fabes de esta edición, recayendo el primer premio en Mónica Álvarez Amor, de Colunga, a quien siguió Belén Llada Álvarez, de Luces, quien participaba por primera vez. «No hay ningún secreto, en mi caso el cultivo es completamente ecológico, pues lo único hago es echar estiércol de mis vacas dos o tres meses antes de plantar, nada más», explicaba la vencedora, quien tras conocerse el veredicto de jurado no daba abasto para atender a todos los clientes que se acercaron a su puesto.

Y si bien la gran reina de la feria y la más conocida dentro y fuera de la región es la faba de la Granja, según recalcó el pregonero, el recién nombrado Hijo Predilecto del concejo, José Antonio Fidalgo, «Colunga es mucho más que fabada». Y a continuación logró que a los presentes se les se les hiciera la boca agua enumerando una serie de apetecibles platos que se pueden elaborar con las diferentes variedades que se cultivan en el municipio. «Fabes de Gloria con almejas o con perdiz, negritos con arroz, las del mandilín estofadas con un poco de chorizo y laurel…». Y es que, aseveró, «Colunga es un poco bandera y estandarte de la calidad de les fabes».

Con esta idea en mente, reclamó a las administraciones ayuda para llevar a cabo un estudio de los terrenos colungueses, «muy fértiles por encontrarse en el paréntesis entre la montaña y la mar», y poder así identificar las variedades más propicias y «plantarlas con el mayor de los éxitos». Animó, asimismo, a los productores a unirse en una cooperativa.

Gastronomía

Algo que también vio con buenos ojos la alcaldesa de Colunga, Sandra Cuesta (PSOE), quien aseveró que si finalmente se deciden a llevar a cabo una iniciativa de este tipo, los cosecheros contarán con el apoyo del Ayuntamiento. Y la viceconsejera de Turismo, Graciela Blanco, recordó cómo «Colunga fue uno de los primeros municipios en apostar por la gastronomía como motor de desarrollo turístico con la celebración de este tipo de eventos» y destacó la importancia de los productores en la cocina asturiana, que «es siempre motivo de celebración».

Precisamente, el diputado de Ciudadanos Sergio García señaló que «la industria agroalimentaria es un pilar fundamental para la economía asturiana» e indicó que su partido ya presentó una moción para «tratar de poner en marcha medidas que la fomenten e impulsen». Su compañero, el portavoz municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Colunga, José Ángel Toyos, se congratuló del cambio de ubicación desde el polideportivo a la plaza de abastos, donde el certamen comenzó hace 29 años. «Es la ubicación ideal, pues viene mucho mejor a la villa, dinamiza el comercio y la hostelería», aseveró. También muchos de los cosecheros alabaron el cambio.

Fuente: https://www.elcomercio.es/ – L. RAMOS