POR MIGUEL GALLEGO ZAPATA, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE SAN JAVIER (MURCIA)
Cuando el día 7 de mayo de 1896 daban a mi abuelo Miguel Gallego Zapata, la buena nueva que había llegado a su casa la cigüeña y le había traído un niño, al que bautizarían con el nombre de Moisés, se encontraba colocando la puerta de la Iglesia de Santiago de La Ribera.
Que mi abuelo, en su calidad de carpintero de la familia Barnuevo, estuviera realizando este trabajo carece de la menor importancia pues era uno más de los muchos que a lo largo de su vida hizo para esta ilustre familia a la que estuvo ligado profesionalmente de por vida, pero se da la circunstancia que en aquellos instantes y con la colocación de aquella puerta la familia Barnuevo ponía a la disposición de todos la capilla que hasta entonces solo había sido privada.- Un hecho histórico que nunca debemos olvidar los vecinos de Santiago de La Ribera.
Ahora cuando, por acertadísimas gestiones del Alcalde de San Javier, los ilustres sucesores de la familia Barnuevo abren las puertas de los suntuosos jardines de su casa, para que, desde ellos, se inicien las fiestas patronales en honor de Santiago Apóstol, no tenemos más remedio que señalar cómo el 11 de julio de 2015 se da otro hecho histórico que culminan 119 años de una ejemplar convivencia entre los herederos de tan ilustre familia, fundadores del poblado y los que hemos tenido la suerte de disfrutarlo como sus vecinos ¡qué privilegio haber vivido en Santiago de La Ribera durante estos años!.
Como colofón, Don José María Barnuevo Cabanillas, leyó el pregón de fiestas en la Explanada de Barnuevo, con el telón de fondo de nuestro Mar Menor, ¡sí, de nuestro Mar Menor! ¡toda una gozada!