POR HERMINIO RAMOS, CRONISTA OFICIAL DE ZAMORA
La fecha del 1 de marzo de 1476 está en la historia de España. Fue el día de la célebre batalla de Toro, tan importante en el devenir de España. La conmemoración de este hecho invita a pensar en la Unidad Ibérica, un anhelo que se ha ido disolviendo en la historia. Lisboa y Madrid han mantenido sus vanaglorias y dos pueblos siguen soñando por separado, a pesar de esa gigantesca carga de intelectuales que han sacudido sin piedad la existencia de esta vulgar e inexplicable situación peninsular.
Nos bastaría citar a Valera, Galdós, Marañón,Maura, Gamazo, Salvador de Madariaga o López Rodó, para justificar en parte la gran preocupación que la unidad peninsular tuvo y desarrolló la cúpula de otra intelectualidad, que tuvo mucho antes allá por 1850 a un Sinibaldo de Mas que en la misma Lisboa y con amplísimos apoyos inició el Movimiento Iberista con medios abundantes y seguros.
Castilla sigue arrastrando la pesada carga de su desorden en lo más íntimo y cercano de su alma grande y generosa como lo ha demostrado infinidad de veces a lo largo de siglos y sin embargo deja abandonado a su suerte un pedazo de ese corazón que tanto contribuyó a su grandeza universal, porque ahí está muy cerca el Palacio del Reparto, esa fiesta olvidada que tanto tiene que decir en la historia universal.
La batalla de Toro marcó el final de una época y abrió las puertas de otra más complicada por la extensión de los escenarios, pero sigue teniendo pendiente la solución del problema en ella planteado y la solución llegará, estoy seguro, a pesar de esas tensiones exteriores.
El pasado domingo la histórica batalla se conmemoró con una ofrenda floral, presidida por el general jefe de los Hospitales de Campaña, en memoria y homenaje a la reina Isabel. En el acto estuvo también el alcalde de la ciudad de Toro, Jesús Sedano. El homenaje se hizo junto al monumento levantado en el propio terreno donde se dio la celebre batalla, monumento erigido por el mecenazgo del complejo Valbusenda.
El acto conmemorativo estuvo presidido por las autoridades civiles y militares. Un año más se conmemoró una tan célebre como olvidada batalla, de cuyo significado y trascendencia aún se sigue pensando y sacando consecuencias.
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