POR MARÍA DEL CARMEN CALDERÓN BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CABEZA DE VACA (BADAJOZ)
Qué solos se quedan en el cementerio, más aún cuando en la puerta hay una señal de prohibición para que no entren los perros. Prohibir que el amigo, el familiar más fiel y desinteresado, entre a visitar a su humano es una crueldad sin precedentes. Es como si nos prohibieran visitar a nuestro padre en el cementerio.
El humano se cree que es la guinda de la Creación, la soberbia le ciega, pero no es sino uno más entre todo lo creado. Si se apeara de su soberbia podría darse cuenta que un animal no humano puede superarlo en mucho o en todo.
Los perros tienen tanto o más derecho que algunas personas humanas a visitar a sus familiares humanos, tanto como los humanos a visitar a las personas no humanas en los cementerios de animales no humanos.
Ellos saben perfectamente dónde estamos, nadie se lo dice, pero lo saben; corren hacia el sitio y se detienen allí, todo el tiempo del mundo, como si realmente esperaran la resurrección.
FUENTE: https://cabeza-la-vaca.blogspot.com/2023/12/la-fidelidad-mas-pura.html