ERA “LA GRAN CASA DE GRANJA POR EXCELENCIA DE ELDA”, SEGÚN EL CRONISTA OFICIAL GABRIEL SEGURA
El Polígono Industrial Finca Lacy se construyó sobre los años 90 en una zona agraria de campos y terrenos de cultivo. En ella un terreno con finca destaca sobre las demás, no solo por su gran tamaño sino porque consigue ser la única que se mantiene en pie más de un siglo después rodeada de las fábricas del polígono.
La conservación de la casa Lacy se debe gracias al grupo de protección del patrimonio eldense, la Asociación Mosaico que crearon un movimiento social para defender la finca por su significado y valor para la localidad.
La casa Lacy era “la gran casa de granja por excelencia de Elda”, según el cronista oficial Gabriel Segura. “Ejemplifica la Elda agrícola del siglo XIX hasta el siglo XX”, añade. Esta casa, de grandes dimensiones estaba compuesta por un terreno de 223 tahúllas, una primera planta de 421.58 m2 y la planta baja de 580.55 m2. Se dividía por tanto en diferentes estancias: la casa principal donde vivían los propietarios compuesta por diferentes habitaciones como salones, dormitorios, aseos y cocinas. Símbolo de poder de esta finca se encontraba en el piso superior, “donde había una capilla, magníficamente decorada con pilastras de alabastro y unas columnas salomónicas junto al altar de las cuales no queda rastro alguno”, explica Gabriel Segura. Así mismo, también contaban con zonas donde vivía la gente que trabajaba en la finca. Además tenía establos, corrales, una almafara con la que se preparaba aceite de oliva y una zanja de hielo de forma rectangular con la que se convertía la nieve en hielo.
Origen de la Finca Lacy
Los primeros datos sobre propietarios de esta finca son de Pascual Reig y Martínez, un rico heredero de haciendas de Orihuela. Al fallecer este y no tener descendencia directa, la finca pasó a manos de sus cuatro sobrinas. Manuela Reig y González de Villaventín, una de las sobrinas se casó en 1856 con Salvador de Lacy y Pascual de Bonanza que conseguirá ser el único propietario cuando muere su esposa en 1878. De esta manera, la finca pasará a llamarse Lacy por el apellido de su propietario. Salvador descendía de una estirpe de militares de la Corona española y fue nombrado marqués de Lacy por el Papa León XIII en 1883.
Según los documentos que informan sobre la finca, una mala administración de la hacienda por el Marqués de Lacy le obliga a solicitar préstamos de garantía hipotecaria en 1897, 1899 y 1901. Parece ser la causa por la que la propiedad cambia en 1903 a Antonia Navarro Mira, “La Pichocha”, propietaria de muchas haciendas de la provincia como la Casa Modernista de Novelda.
La finca pasa en 1920 a la hija de “La Pichocha” y su yerno perteneciente a la familia de los Condes Gómez-Tortosa y la venderán en 1972 a la Sociedad Mercantil “La Jaud S.A» aunque el Ayuntamiento adquirirá la finca en 1986 definitivamente en estado de abandono desde los años 70.
La mejor finca de Elda
La importancia de esta finca reside en que se consideraba “la mejor finca de la localidad”. Segura explica que “era una gran hacienda agrícola, con derecho de aprovechamiento de las aguas del río Vinalopó, para lo cual tenía incluso una pequeña presa que embalsaba y derivaba hacia los campos el agua del río”. También estaba muy bien comunicada con el ferrocarril y carretera.
En el recuerdo queda lo que fue la Finca Lacy, un lugar donde hasta los años 80 se arrendaba parte de la finca para trabajar las tierras. Un lugar declarado como Bien de Relevancia local como Patrimonio etnológico. Además, está incluida en la Lista Roja del patrimonio español elaborada por Hispania Nostra y en la que se reivindica la protección de bienes patrimoniales en peligro de desaparición.
La Finca Lacy es, actualmente, irrecuperable. Durante 30 años, la casa ha sido pasto del deterioro, abandono y expolio de todos sus elementos decorativos y de construcción. Desde que el Ayuntamiento compró la finca, no ha promovido la restauración ni inversión del terreno, gran parte de la población tampoco lo ha pedido. Todo lo que fue la mejor finca de Elda entre los siglos XIX y XX es ahora mismo, una historia olvidada e ignorada.
Fuente: https://www.valledeelda.com/ – Ester Hernández