POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).
El progreso de la localidad atraviesa por el camino de instalar fuentes en barrios distintos, De las fuentes, además de la principal fuente pública en la Plaza Mayor, “La Mina”. y la entrada a la ciudad, “La Glorieta”, anteriores a mil novecientos, sí se construyen otras nuevas en un largo proceso. La Fuente de los Zapateros, para abastecimiento público, y se construye un pilar abrevadero para ganados; las Fuentecillas, Fuente de Santa Ana, la Minducha…; la Cruz Dorada, nacida con el agua sobrante de la Glorieta en 1911; plazuela de la Iglesia, otras varias nacieron en los años 30, “La Fuente de los Ángeles”, posteriormente “Galán”, la del Camino Viejo, en 1935, otra en la Pasadilla y la llamada Fuente Vieja, que es la que vamos a tratar. Sobre el nombre no he encontrado documentos, ya que hubo otras fuentes anteriores, cercanas a esta.
Fue en 1932 cuando se escribe a la Corporación: “Se da cuenta la instancia de Victoriano Muñoz y otros solicitando permiso para construir una fuente en el sitio La Pasadilla costeada por los vecinos de dicho barrio y en su vista los señores acordaron aprobarlo por unanimidad, subvencionando dicha obra con 250 pesetas. Que teniendo noticias de que el alumbramiento de las mencionadas aguas se han de hacer en los terrenos de Dª . Encarnación Bueno Romero, de estos vecinos se requerirá para que dé su conformidad en un plazo de ocho días”.
Esta fuente se construyó, según la magnifica memoria de Antonio Parra, en un terreno muy cerca de la finalización de las casas de esta zona, próxima al viaducto; pero los vecinos parece que el tema de pagar su cuota correspondiente, se negaron o no pudieron hacerlo.
“El concejal D. Juan Álvarez Grueso propone se tomen los pertinentes acuerdos a fin de que los vecinos interesados o beneficiados con las aguas de la fuente construida en la Pasadilla por D. Victoriano Muñoz Rodríguez, le abonen a este los gastos que se le han originado con motivo de tal construcción, en la parte proporcional que a cada uno le corresponda. Por unanimidad acuerda que por el Alcalde y Comisión de Fomento se repitan las gestiones amistosas acerca de los vecinos”.
Es en el año 1931, cuando se hace una solicitud para hacer una nueva fuente, con el agua sobrante de la Plaza de la República, hasta la Plaza Nicolás Salmerón., que será llamada Fuente Vieja, Largo debió ser el proceso, ya que hasta 1936 no llegó el agua.
:” Que se proceda urgentemente a redactar el proyecto y que se requiera a la vez a los vecinos de la Plaza y calles limítrofes al objeto que contribuyan a los gastos de la instalación. Encargan el proyecto al perito aparejador D. Pascual Navarrete Martínez. que fue aprobado por un total de 4790 pesetas. A Faustino Fraile se le pagan 50 pesetas importe de efectos de herrerías para la Fuente Vieja.
A la Compañía Gallega de Construcciones se le paga, 675, 20 pesetas por 150 losas de hormigón para las obras realizadas en la Fuente Vieja. A José Antonio Linares 800 pesetas valor del material y construcción de un pedestal de mármol para la Fuente de Nicolás Salmerón-
El agua que llega a esta fuente se utiliza también para el lavadero, de “Las albercas”, en donde las vecinas de la localidad, llevaban en grandes canastas sus ropas para lavarlas y tenderlas en este espacio.
El agua estaba cortada durante la noche, a las seis de la mañana solían “darla”, por lo que en su plazoleta desde muy temprano, se iban colocando a su alrededor una fila de cántaros y otros utensilios, guardando cola, o “la vez”, para poder llenar los recipientes.
Además de esta plazoleta y la fuente, había un pilar para que los animales de labor pudiesen beber al transitar por la mañana para realizar las tareas del campo, o a su regreso por las tardes. Las avispas, eran distracción obligada para los niños que esperábamos nuestro turno, entre algunos picotazos, se les cogía vivas, se les quitaba “el guisque” (palabra recogida por Fernando Usero, en su libro “ El habla de Villanueva del Arzobispo) o aguijón, y se les colocaba un minúsculo trozo de papel y se las echaba a volar. Así se ocupaba el tiempo de espera cuando las necesidades del negocio familiar o matanzas, motivaban tener llenas varias tinajas con agua potable. Eran numerosos los viajes en nuestros carros, con dos huecos en su parte superior, para colocar un cántaro en cada uno y así bajar a llenarlos a la Fuente Vieja.
Poco a poco con la llegada del agua el agua a todas las casas, la fuente fue perdiendo su razón de ser, hasta llegar a quitarla.
Como en otras ocasiones, la búsqueda de espacios para los automóviles, llevan a destruir recuerdos del ayer, los que siempre llevamos en la retina. La plazoleta con varios árboles, su fuente, con la magia realizada sobre la piedra por José Antonio Linares, desaparecieron, para dejar aparcamientos.
En 1895 se pide en un escrito de José Parra Pedrosa y vecinos,que se ordene la apertura de la calle, desde la Plazuela de la Fuente Vieja, hasta la calle Dr. Velázquez., calle que en su tiempo fue llamada del Padre Santiago. Son numerosas las peticiones que vienen desde tiempos lejanos En 1966 logran reabrir la vieja calle del Padre Santiago, a la que denominan Santo Reino, que unió la Fuente Vieja y la calle Dr. Velázquez.
El Arroyo de la Villa, que cruzaba cercano a esta plaza, la recogida de “jamila”, para hacer jabón, el viejo matadero, los obreros que transitaban en su caminar para el trabajo en el ferrocarril Baeza-Utiel…
Hemos vuelto con la nostalgia del tiempo a recorrer y contemplar la nueva plazoleta, construida , en 2015. El importe de la remodelación es de 61,706, 49 euros. Se ha recuperado parte del rumor del agua, colocado en el centro de una nueva plazoleta, cuadrada con espacio para sentarse, una construcción en forma de estrella , está llena del agua, con
un pequeño surtidor, que extiende su agradable rumor y encanta nuestra vista. En una esquina de esta nueva plazoleta, una fuente de pie, de forja, sirve para calmar la sed. Cuatro árboles, esperan dar sombra en las calurosas tardes de verano.
Para recrear la primitiva fuente, se ha añadido un pilar con dos caños, que manan sin cesar, aunque ahora no haya, avispas, ni animales de labor que puedan beber sus aguas.
Tiempo para la nostalgia de la niñez, de la responsabilidad y ayuda en las necesidades familiares; de amistad, imborrable con rostros de niños, que hoy vuelven a nuestra retina, al rescate del ayer, desde la calle Parras, a unos metros de esta Fuente Vieja. El ancla que echamos al mar de los recuerdos de nuestra infancia, ha subido para llenarnos de nuevo, de la vida de la calle Parras, de los mayores, Poli, Isabel, Aurora, Francisco el Sastre, de los compañeros de juegos, Fernando, José Pablo, Miguel, Manuel, Pepe, de las numerosas niñas; de las tradiciones de la lumbre de San Antón; del olor a cielo, del pan , tortas, mantecados …de los hornos cercanos; del sonido del anuncio de “garbanzos torraos”, “helados”, del primer árbol de Navidad, en casa de un vecino, del Belén que mis hermanos colocaban en el pasillo, con sus ríos del papel de aluminio envoltorio del chocolate, sus puentes y la luz del Nacimiento; de los Villancicos, que sonaban en Radio Villanueva, o de la gramola que teníamos; de la felicidad en los ojos de mi madre o la serenidad de mi padre, con su puro siempre en la boca… rostros, sabores, olores, recuerdos añoranza de un tiempo pasado de unas Navidades siempre felices. Felices Fiestas a todos los que fuimos niños y de vez en cuando sube a flote, el ancla de los recuerdos de nuestra infancia.
FUENTE: CRONISTA