POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
No todos los días se descubre una pieza del gran Salzillo. Ni tampoco es frecuente que un noble rico muera sin dejar testamento. Y aún menos que, de la noche a la mañana, su lujosa residencia aparezca vacía. Pero todas esas cosas, una detrás de otra, han sucedido. Lo que no tendría mayor trascendencia ni nadie se hubiera enteradode no ser porque la Guardia Civil intenta ahora esclarecer el paradero de una espléndida colección de arte.
La raíz de la investigación se encuentra en la denominada ‘Operación Lignum’, que incluyó hace unos meses la detención del conocido sastre de Bullas, Benito Amor, por la posesión de cientos de obras de dudosa procedencia. Los agentes, entre las muchas declaraciones recabadas, escucharon por vez primera el nombre de José Sandoval Puerta, conde de la Real Piedad.
El conde, quien falleció sin hacer testamento, poseía numerosas propiedades, entre ellas su residencia habitual en Madrid, la misma que frecuentaban algunos amigos murcianos. Por ellos se sabe que el piso atesoraba una increíble colección de arte que, a día de hoy, nadie sabe dónde está. Tras fallecer el noble, su casa fue subastada, pero allí no quedaban ni los cáncamos que antaño soportaran valiosos lienzos. Eso sí, los investigadores descubrieron una caja fuerte que había sido abierta, nada más y nada menos, que a golpes de hacha.
De entre toda la colección, cuyo contenido exacto sigue siendo un misterio, destacan dos piezas cuyo valor sería astronómico. La primera de ellas es una parte de un mosaico romano que fue encontrado en el yacimiento de Los Cantos, en Bullas, de donde también proceden las tres esculturas romanas decomisadas, al hilo de otro caso resuelto con éxito, por la Guardia Civil hace unas semanas. Y la segunda es un busto que representa a un Ecce Homo, una representación de Cristo ante Poncio Pilato y que está atribuida al genial escultor Francisco Salzillo.
La pieza, en cualquier caso, no era desconocida entre los investigadores. Ya en 1998, el cronista de Cehegín, Abraham Ruiz, en su obra ‘Cehegineros en el siglo XIX’, recordaba la figura de José Elgueta Ruiz de Assín, quien tampoco tuvo descendencia, «pasando su patrimonio a los sobrinos Musso Ruiz de Assín, entre lo que figura el ‘Ecce Homo’ tallado por nuestro imaginero Salzillo».
La pieza pasó a ser propiedad de Manuela Musso Ruiz de Assín, quien se enamoró en su juventud del IV conde de la Real Piedad, aunque ingresó en un convento. Años después lo abandonaría, previo expediente de la Santa Sede, para casarse con él. Pero tampoco dejaron descendencia. Así que la obra de Salzillo fue a parar a las manos de José Antonio Sandoval Puerta, quien ostentó el título desde 1956 hasta que murió, a los 84 años, en 2008.
Todas las líneas de investigación siguen abiertas en el entorno del noble y los agentes confían en que muy pronto localizarán la escultura. Sobre todo, porque una pieza de esa importancia no suele extraviarse. Salvo que lo haga a manos de los ladrones.
El fabuloso legado que heredó el Estado
José Antonio Sandoval, doctor en Ingeniería Agrónoma, falleció en Madrid el 16 de septiembre de 2008, a los 86 años. En Murcia se supo por una esquela en ‘La Verdad’ a cargo de unos amigos. Porque Sandoval ni tenía hijos ni dejó herederos. Así que el Estado, después de los anuncios de rigor a los que nadie respondió, se adjudicó la herencia. No sucedió así, curiosamente, con el título de conde que varios familiares lejanos se disputaron. Pero su tesoro no era un honor nobiliario. Ni las decenas de propiedades que el Estado subastó, entre ellas 160 hectáreas en Ayora (Valencia) y algunos pisos. El tesoro de Sandoval era lo que contenía sus propiedades: dos casas, una en Madrid y otra en Bullas. El piso madrileño era conocido y frecuentado por murcianos. Sin embargo, cuando se subastó el inmueble estaba vacío. ¿Quién o quiénes se encargaron de vaciarlo? Esa es la cuestión a resolver.
Fuente: http://www.laverdad.es/