POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ)
“En el silencio circundante, toda aquella hermosura se animaba con un latido recóndito, como si el corazón de las gentes desaparecidas que un día gozaron del jardín palpitara al acecho tras de las espesas ramas. El rumor inquieto del agua fingía como unos pasos que se alejaran. Era el cielo de azul límpido y puro, glorioso de luz y de calor. Entre las copas de las palmeras, más allá de las azoteas y galerías blancas que coronaban el jardín, una torre gris y ocre se erguía esbelta como el cáliz de una flor”. (Luis Cernuda (1902-1963). Jardín oculto, de su obra Ocnos). Las fotografías están tomadas en el Real Alcázar de Sevilla, en una de mis muchas visitas a esta ciudad a la que echo de menos. En la tercera fotografía se ve la parte superior de La Giralda.