POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE AREVALO (ÁVILA)
Esta es la portada de la iglesia del Colegio de Santiago de la Compañía de Jesús en Arévalo, de finales del s. XVI y varios aspectos de las ruinas actuales de ella, que aún queda de la espléndida cúpula de media naranja, barroca correspondiente a la ampliación de la iglesia ya en el s. XVIII.
Desaparecieron las bóvedas de su nave y de las capillas laterales, como la del coro alto y bajo. Fue un colegio que se fundó en Arévalo a expensas de un noble que dejó su fortuna para una obra de un centro para la educación de los jóvenes, Hernán Tello de Guzmán y su mujer María Tello de Deza.
El colegio, aunque ni llegó a finalizarse en su proyecto total, fue un gran centro que se encomendó a la Compañía de Jesús por dos razones, porque era la orden «de moda» en la enseñanza y principalmente, en memoria de la estancia de San Ignacio de Loyola en esta antigua Villa, 11 años de su juventud, donde precisamente recibió una importante educación… bien conocían los fundadores estas circunstancias.
La escultura de San Ignacio, que está en la parroquia de San Juan Bautista, es la imagen que presidía el retablo del santo en la iglesia del Colegio.
Pues de todo esto hablaremos en estas visitas nocturnas, como de su próxima limpieza y consolidación para ser integradas en un gran proyecto que todos esperamos sea pronto una realidad..