LA IGLESIA PARROQUIAL DE DELEITOSA
Jul 17 2019

POR JOSÉ ANTONIO RAMOS RUBIO Y OSCAR DE SAN MACARIO SÁNCHEZ, CRONISTAS OFICIALES DE TRILLO Y CASAS DE DON ANTONIO (CÁCERES)

La iglesia antes de su restauración.

La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Evangelista, aunque no es su patrón, construida en varias fases, dos de las cuales son perfectamente reconocibles en el levantamiento de los tramos. Al morir don Diego Gómez de Almaraz, legó éste en su testamento fechado en 1417 el mayorazgo de Belvís, Almaraz y Deleitosa a su hija doña Isabel, junto con las dehesas y aldeas de Valdecañas, Huertas, Mesas de Ibor, La Parrilla, Valdehúncar, Las Casas, Ganchapajares, El Campillo, Las Cabezas, las heredades que poseía en Jaraíz, Albalat, Peraleda, Gargüera, Torremenga y Torrejón, además de otras propiedades muebles, inmuebles y ganados. También legaba don Diego Gómez de Almaraz cincuenta maravedíes para la obra de la iglesia de San Juan de Deleitosa.

Por tanto, corresponde al siglo XV una primera fase la construcción del templo, destacando la fachada de los pies con arco carpanel enmarcado en alfiz y decoración de tracería gótica. A ambos lados de la puerta hay dos inscripciones pertenecientes a una tumba fragmentada procedente del interior de la iglesia: “HE SV HIIO/ FALLESCIO/ EL PADRE A 8/ DE NOVIEN/BRE DE 1563 I EL HIIO A 3 DE NOVIENBRE/DEL 1560/ ESTAN EN ESTA SEPULTURA Y /SUS HEREDEROS”. En esta fachada se conservan los restos de una inscripción hebrea.

Lápida sepulcral.

En el Interrogatorio de la Real Audiencia se especifica que “En esta villa no ay cementerio alguno, ni nezesidad de hazerle por tener mucha extension la iglesia parroquial para dar sepultura a los cuerpos”.

La mayor parte del edificio corresponde al siglo XVI. Es un edificio realizado fundamentalmente a base de mampostería, sillería y ladrillo. La torre es de mampostería, sillares y ladrillo, va unida al lienzo sur de la capilla mayor; consta de tres cuerpos cuadrados, con vanos de medio punto para las campanas, a las que se accede mediante una escalera de caracol con núcleo situada bajo el coro alto en los pies del templo.

Interior del templo.

La nave, de grandes dimensiones y cubierta de crucería, así como las capillas laterales con bóvedas de crucería con terceletes y combados que corresponden a la ampliación que se realiza en el siglo XVI. Las puertas laterales, de arco de medio punto y pilastras cajeadas pertenecen a los años finales de esta última centuria. Es importante destacar en los años finales de los 80 en el siglo XX se realizaron importantes reformas en la iglesia pues amenazaba ruina inminente. Según leemos en un panel en la entrada del templo: “ESTA IGLESIA HA SIDO RESTAURADA POR APROBACIÓN DE LA CORPORACIÓN MUNICIPAL EN LA LEGISLATURA 1983-1987 SIENDO ALCALDE-PRESIDENTE DON JOSÉ SÁNCHEZ SOLÍS Y SUBVENCIONADA POR EL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS Y URBANISMO, EXCMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE CÁCERES, EXCMO. AYUNTAMIENTO DE DELEITOSA, APORTACIONES DE VECINOS, OTROS, SIENDO CURA-PÁRROCO DON DOMINGO MORALES NIETO”.

Los accesos al edificio se abren a los pies en ambos costados; la puerta de los pies es la más antigua, de tipología gótica, con arco carpanel encuadrado por alfiz y finos baquetones con pequeñas basas y capiteles poligonales de lados cóncavos. Posteriores a la principal son las puertas de la Epístola y el Evangelio, ambas de idéntica factura; se abren en arco de medio punto, con molduración cajeada en las pilastras y en la rosca del arco; en la clave sobresale una ménsula glifada, y cierra la estructura una cornisa de elegante vuelo. En la fachada del Evangelio destaca un reloj de sol incrustado en un lateral para buscar la orientación sur, las líneas horarias, inscritas en un cuadrado, están comprendidas entre las VI de la mañana y las VI de la tarde, y en el exterior del mismo los números horarios escritos en caracteres romanos. Se ha perdido el gnomon construido en pletina de hierro en forma de escuadra, que se apoyaba en dos puntos. En la zona superior se dibujan unas volutas y la fecha de su construcción. En el centro una media luna rodea el polo del reloj de sol.

Las partes más antiguas del edificio eclesial son las del hastial de occidente y la estructura mural de la capilla mayor, correspondientes al siglo XV. A mediados del siglo XVI se inició una amplia transformación que como testimonio destacan las capillas laterales. De finales del siglo XVI son las dos portadas laterales.

Pila bautismal.

A los pies del templo, bajo el coro se sitúa la capilla bautismal que se cubre con bóveda de aristas. Arco toral, bajones, así como la apertura de las capillas, son de medio punto. En esta zona se encuentra la subida al coro, en el proyecto inicial no se realizó, aunque se ven los apoyos de los arcos, el iban a sostener, el actual ha sido ejecutado en las obras realizadas en los años 80. La capilla bautismal conserva una hermosa y artística pila bautismal granítica del siglo XVI, decorada con relieves de temas florales en medio relieve distribuida en dos registros; en uno de sus lados, y ocupando la altura de los dos registros, gran Cruz con espirales en los extremos de sus brazos y, a su lado, escudo con las cinco llagas franciscanas; es una pila esférica sobre podio prismático moldurado. Sobre la capilla mayor se encuentra el coro, muy sencillo, se levanta a los pies.

Retablo barroco.

En el lado de la Epístola se abre una capilla con un retablo barroco de madera dorada, con columnas compuestas ornamentadas con follaje y angelotes, sobre las que apoya un palio con representación en relieve de Dios Padre. En el centro del retablo, el Cristo del Desamparo y símbolos pasionistas entre cartelas con hojarascas. Es un crucificado en madera policromada, de notables dimensiones, en buen estado de conservación; tiene tres clavos, ojos de cristal y boca entreabierta, alzando el rostro hacia el cielo, cabellos de mechones individualizados que se rizan en sinuosos arabescos, barba muy corta que no desfigura la perfecta silueta del rostro; paño de pureza atado al lado izquierdo con gran vuelo en la caída, del que cuelgan pliegues verticales a lo largo del muslo, y recogido por cordón, subrayando la sensación de ser el test del conjunto, animado sabiamente por una ligera contraposición de los miembros y una leve torsión. Es una obra de hacia 1647. Cristo presenta una expresión angustiada en el rostro y la abundancia de reguero de sangre confieren a la figura un patetismo inexcusable cuando se trata de representar la agonía del Redentor.

Cristo del Desamparo, siglo XVII.

En lo referente al Cristo del Desamparo, circula un mito o leyenda local que nos cuenta que el 9 de marzo de 1949 había sequía, se sacó la imagen del Cristo del Desamparo para pedir agua, y comenzó a llover torrencialmente durante la procesión. En el pueblo hay una leyenda que cuentan los ancianos: Cuando construyeron la iglesia, también hicieron unos túneles subterráneos que cruzan todo el pueblo y van a parar a la sierra. En la sierra solamente se encuentran 6 puertas, pero la séptima puerta, que es por la que se entra a los túneles desde la iglesia, no se encuentra. También se dice que esos túneles se utilizaron durante la Guerra Civil para huir de las tropas de Franco. En el lado de la Epístola se encuentra la entrada a la sacristía.

En el lado del Evangelio una capilla con la Virgen del Rosario, de mediano tamaño, de vestir, con manos y cara en madera policromada y ojos de cristal; es una obra popular del siglo XVIII. Imagen y madera policromada de Santa Rita; la santa porta un crucifijo en la mano izquierda, es obra de mediano tamaño, presenta el manto abierto y los pliegues angulosos y movidos. La Santa viste el hábito agustino de la orden en la que ingresó tras enviudar y perder a sus hijos. El entrecejo ligeramente fruncido y la boca abierta conforman una ligera expresión de dolor, el que le produciría la espina clavada en la frente, desprendida milagrosamente de un crucifijo ante el que rezaba y al que pedía que le hiciera partícipe de su Pasión. El giro del cuerpo de la Santa y la inclinación de su cabeza están condicionados, pues, por su atributo más significativo, el crucifijo que sostiene con su mano derecha y hacia el que dirige su mirada. El giro del torso imprime un cierto movimiento/a los pliegues del hábito, desde la cintura hacia abajo. Mayor dinamismo posee el velo, que parece aletear sobre los hombros de la monja, callado por el artista con una virtuosa delgadez que simula el paño, al igual que las amplísimas bocamangas que cuelgan. La importancia de éstas como medio expresivo se potencia por el gesto de la Santa al separar sus brazos del cuerpo, el izquierdo en función del crucifijo y el derecho para mostrar su sorpresa ante el prodigio, obra de hacia 1754.

A ambos lados de la santa, se conservan dos Niños Jesús, datables en el siglo XVIII.

En el Altar mayor se conserva una talla de Jesús crucificado, en madera policromada. Estamos ante una talla de Cristo en cruz de gajos, con una anatomía de formas suaves y redondeadas, presentando un rostro sereno dentro de la corriente naturalista de influencia francesa. Tiene los brazos extendidos, casi en la horizontal, con las manos abiertas. Presenta un tórax algo señalado, así como las costillas, pero de marcadas formas redondeadas, lo que se llama un modelado blando. La cabeza está algo inclinada hacia el hombro derecho. El cabello se dispone en mechones que caen sobre los hombros, pegados a la cabeza a modo de casquete, y barba corta y rizada, con la boca entreabierta y los ojos abiertos.

Los pies se fijan con un solo clavo, cruzando la pierna derecha sobre la izquierda, quedando el pie interior en vertical y el exterior rotando sobre el anterior. Las piernas son cortas y algo voluminosas. Se cubre con un amplio y caído perizoma, que cubre la rodilla izquierda, sujetándose con un gran lazo en el lado derecho.

Es una obra de gran serenidad, en la que dominan los rasgos naturalistas y suaves. Fue restaurado en los años 80 del siglo XX. Todas las características comentadas parecen indicarnos que se trata de una obra de la segunda mitad del siglo XIV, muy relacionada con los Crucifijos vallisoletanos góticos.

A ambos lados del Altar Mayor hay dos cuadros al óleo con temas florales que obsequiaron a la parroquia en agosto del año 1995 – según reza en el cuadro- los Sres. Don José Barambones y doña María Consuelo Izquierdo.

Escultura en madera policromada de San Antonio de Padua, con un libro en la mano izquierda sobre el que apoya al Niño Jesús; ropajes desplegados angulosos, es una obra de la segunda mitad del siglo XVII.

Escultura de San Juan Evangelista, madera policromada, ojos de cristal. Porta Cáliz y tiene a sus pies el águila de Patmos, obra del siglo XVIII. El templo posee otras imágenes más modernas como un Sagrado Corazón o la Inmaculada, obra de los Talleres de Olot (1910).

En la sacristía se conserva una talla popular de Jesús crucificado, en madera policromada y pequeño tamaño, con tres clavos.

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