POR PILAR MARTÍNEZ TABOADA, CRONISTA OFICIAL DE SIGÜENZA (GUADALAJARA).
En Memoria del IX Centenario de la Reconquista de la ciudad. La imagen de San Vicente acompañó a la Virgen de la Mayor y a su rosario de faroles en una magna procesión por las calles de Sigüenza.
En 1924, el día 1 de junio, la imagen de san Vicente procesionó por las calles de Sigüenza, durante las celebraciones del VIII Centenario de la reconquista de la ciudad, acompañada por las imágenes de la Virgen de la Mayor, santa Librada, san Roque y san Pascual Bailón. Esa magna procesión, que nos recordaba el presbítero D. Julián Moreno en su libro “Alma Seguntina, VIII Centenario de la Reconquista de Sigüenza”, recorrió la plaza y calle Mayor, la plazuela del Castillo, la Puerta Nueva, y las calles de Valencia, Bajada de San Jerónimo, Villaviciosa, Humilladero, Conde de Romanones, San Roque, Seminario y Cardenal Mendoza. Con ella se cerraba la tercera jornada de las celebraciones religiosas del Centenario, del “Triduo” que se había iniciado dos días antes con la Exposición del Santísimo, un rosario, un ejercicio en honor de San Vicente, y unas solemnes palabras del Sr Obispo, D. Eustaquio Nieto Martín, recordando la gesta de la Reconquista seguntina.
En el segundo día del “Triduo”, según nos indica D. Julián Moreno, fue el Patriarca de las Indias y Pro-Vicario Castrense, D. Julián de Diego y Alcolea, quien rememoró las fases de la Reconquista de España en parangón con reconquista de Sigüenza. Y finalmente, en el tercer día del “Triduo”, antes de la Magna procesión, fue cuando se celebró la Misa Pontifical en la que el obispo de Santander, D. Juan Plaza, realizó un verdadero canto de amor a Sigüenza, recordando de nuevo su reconquista.
Cien años más tarde, la Magna procesión que se ha celebrado el 18 de agosto de 2024, ha tenido solo dos protagonistas, la Virgen de la Mayor y san Vicente y un contexto diferente. Ya no se trataba en ella de exaltar la Reconquista como entonces, sino de demostrar el amor de los seguntinos por dos de los patronos más queridos de la ciudad, la Virgen de la Mayor y san Vicente, hermanados por la historia. Recordemos que la imagen de la Virgen la trajo D. Bernardo de Agén, tras la reconquistar Sigüenza el 22 de enero, fecha en la que la Iglesia conmemora el día del martirio de San Vicente.
Si entonces la Virgen procesionó en junio acompañando a la imagen de san Vicente por las calles antes citadas de la ciudad, en esta ocasión, era ella, la que acogía como anfitriona al santo para que le acompañase igualmente por las calles seguntinas, – en este caso por la calle Medina, san Roque, Paseo de la Alameda, Humilladero y Cardenal Mendoza-, junto al Rosario de Faroles que da nombre desde hace décadas a la procesión que cierra las fiestas patronales en honor a la Virgen de la Mayor y a san Roque.
Y así, una vez terminado el rezo del rosario, dirigido por el deán, D. Jesús de la Heras, los faroles fueron saliendo de la catedral a hombros de los componentes de varias peñas seguntinas, como es la costumbre actual. Tras ellos salió, portado por sus cofrades, y tras recorrer solemnemente la girola catedralicia, la imagen de san Vicente, que durante el novenario de la Virgen de la Mayor ha estado junto a ella ante su magnífico retablo, acompañada por las insignias de todas las Cofradías de la ciudad. Y tras la imagen del santo, la carroza de la Virgen, cuajada de flores, y los hermanos y hermanas de su Cofradía.
Tras la interpretación del Himno Nacional, a cargo de la Banda Municipal, las dos imágenes hermanadas, la de san Vicente y la de la Virgen, iniciaron su recorrido, acompañadas también por diversas autoridades eclesiásticas y civiles y cientos de fieles seguntinos, veraneantes o turistas. Para esta ocasión, la alcaldesa, María Jesús Merino Poyo, y los miembros de la Corporación Municipal, así como la Cronista oficial, lucieron al cuello unos pañuelos de fiesta en el los que se recordaba el IX Centenario de la Reconquista, regalo de la Cofradía de san Vicente.
Cuando la procesión entró de nuevo al atrio catedralicio, tras su largo recorrido, durante el cual se volvió a rezar el rosario y a escuchar varias piezas interpretadas por la Banda Municipal, tomó la palabra el deán, para exaltar la figura de la Virgen de la Mayor y para pedir vivas en su honor y en el de san Vicente. A continuación, el nuevo obispo seguntino, D. Julián Ruiz Martorell, que por primera vez asistía a la procesión de los Faroles, explicó el significado profundo de sus Misterios, de sus Padrenuestros y sobre todo de sus Aves Marías en un día tan significativo para la propia Virgen en su advocación de la Mayor.
El Himno Nacional precedió a la entrada de las imágenes de san Vicente y de la Virgen en la catedral. Un momento inolvidable y que todos los que lo vivimos no podremos volver a ver, pues faltan cien años para que se conmemore en nuestra ciudad el X Centenario de su Reconquista, para que se celebre otra vez una Magna procesión, que de nuevo hermane a dos de los patronos de Sigüenza.
Espero que cien años nos cambien la devoción por estos dos patronos, la Virgen de la Mayor y san Vicente, y que una nueva generación de seguntinos, veraneantes y turistas procesionen con sus imágenes por las calles de una ciudad que desde décadas antes haya sido declarada Patrimonio de la Humanidad.