POR MANUEL PELÁEZ DEL ROSAL. CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA (CÓDOBA)
En la remota fecha de 1959 coincidí en el Archivo Municipal de Priego en el que comenzaba a investigar sobre la Historia de la ciudad con don Antonio Matilla Rivadeneyra.
Me solicitaba, quien a partir de entonces sería buen amigo, que le echara una mano para que pudiera proporcionarle algunos datos sobre el arte de la seda local en el proyecto en el que se afanaba, a fin de incluirlos en el Estudio Científico, matizaba, que venía realizando para participar en el concurso público convocado a la plaza de profesor numerario del Instituto de Enseñanza Media y Profesional. Dentro de mis posibilidades le presté mi colaboración exhumando algunos documentos que hacían referencia al tema y con cuyas noticias adobó su trabajo, expresando su agradecimiento por la ayuda recibida. Don Antonio Matilla obtuvo merecidamente la plaza, y las fuerzas vivas de la localidad le tributaron un homenaje del que se hizo eco el órgano cultural de la época (Adarve número 454 de 11 de junio de 1961), insertando una loable crónica del acto con el título “Agasajo de los nuevos Profesores del Instituto”. Poco tiempo después, si no me falla la memoria, el autor me hizo llegar un ejemplar mecanografiado de su trabajo, en el que se incluía el texto completo de su investigación, precedida de un certificado de don Francisco de Paula García Montes, secretario del Sindicato Local Textil, con membrete de la Delegación Provincial de la Organización Sindical de Córdoba, en el que se constataba “la realidad de las cifras enunciadas en el mismo y la precisión de datos que corresponden a un profundo conocimiento del tema y de todos y cada uno de los factores que intervienen en la referida industria, tanto de una manera general como de unidades de trabajo”.
Ha transcurrido más de medio siglo de aquel feliz encuentro y habiéndose concienciado los poderes públicos de la importancia que la historia textil tiene para la ciudad que incluso fue llamada “Sabadell de Andalucía” se ha inaugurado hace pocos años un denominado “Centro de Interpretación de la Industria Textil”, aunque necesitado de un mayor espacio, emplazado en el pintoresco y enigmático Huerto de la Infantas que tiene resabios medievales árabes y cristianos, en el que se exhiben algunas piezas reales de maquinaria cedida al efecto por los herederos del industrial textil D. Domingo Pedrajas (bobinadora, canillera, urdidor y varios telares).
No ha tenido fortuna, lamentablemente, el Centro de Innovación y Tecnología Textil de Andalucía (Citta), creado en 2006 con un gran desembolso económico (2.2 millones de euros) e inaugurado en 2007 en el Polígono de la Vega, promovido por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, que apenas ha consumido una década de vida, dándose al traste todo el creativo proyecto incluida la cátedra Elio Berhanyer. Gracias a él pasaron por aquí algunas de las figuras más señeras de la moda y el diseño de nuestro país, como Jesús del Pozo, Roberto Verino, Ágatha Ruiz de la Prada, Juan Duyos, Óscar Shocking, Ana Locking, Anjara García, Ángel Schlesser, José Castro, o Joan Fábregas. La iniciativa que nació como una apuesta redentora del sector sirvió igualmente de trampolín a jóvenes diseñadores andaluces, pero todo quedó en aguas de borrajas, entrando en fase de liquidación el procedimiento concursal instado por insolvencia, abierto en 2016 a petición de la propia entidad, una fundación privada sin ánimo de lucro con 19 empresas como socios, llegando incluso a vender su parte de su mobiliario como pago a los acreedores, aunque el inmueble aún permanezca en pie. Otros proyectos como la denominada Gala textil o la proyección del cortometraje “Hacemos un trocito de ti”, publicitado por la Asociación “Una vida en confección” y su marca “Hecho en Priego”, no han logrado tampoco animar el sector confeccionista, un tanto agónico, pese a los industriales de la zona que no encuentran el apoyo económico necesario para llevarlo a buen puerto con continuidad y decisión.
El estudio de don Antonio Matilla Rivadeneyra rotulado con el nombre de “La Industria Textil en Priego de Córdoba”, que data de 1960, ha permanecido inédito hasta ahora, en que se ha decidido su publicación a cargo de la Asociación de Amigos de Priego, por su evidente interés y oportunidad. Bien es cierto que la literatura textil local -bastante escasa por cierto- se ha visto enriquecida con la monografía de Miguel Forcada Serrano que vio la luz en 2016 con el título “La Industria Textil del Algodón en Priego de Córdoba: El sueño imposible de una ciudad industrial en el corazón de Andalucía”. A ella se suma ahora esta valiosa fuente documental por cuanto expone la situación del industrioso Priego en la sexta década del siglo XX, es decir, en pleno apogeo textil, próximo, sin embargo, a la catarsis que se desencadenaría al poco tiempo por la competencia del sector de las fibras. Basta con echar una breve mirada al índice del inédito estudio ya convertido en libro para darnos cuenta de su pormenorizado contenido dividido en apartados, dejando aparte los iniciales geográfico-históricos (I, II y III), en los que se analizan aspectos relacionados con la maquinaria de las distintas empresas, la relación numérica y específica del personal (apartado IV), la anarquía de la fabricación y sus remedios (apartado V), el estudio económico y su dependencia estadística entre los censos de población y de productores textiles y capitales invertidos (apartado VI), el ámbito comercial y la organización de la industria para conservar la competencia (apartado VII), las posibilidades de mejora, las industrias modelo y un anteproyecto para instalar una fábrica de toallas de rizo (apartado VIII), para concluir con un examen de la industria textil relacionada con el nivel de vida (apartado IX). Con ser significativos todos los puntos anteriormente enunciados y desarrollados en el estudio que publicamos, no lo es menos el aparato gráfico que se anexa, a saber tres planos de empresas textiles y 19 láminas de fotografías, que fueron encargadas al efecto al fotógrafo local don Rafael Medina, muchas de ellas totalmente desconocidas, y que se distribuyen a lo largo del texto escrito, lo que le proporciona mayor curiosidad y visibilidad.
Es una pena que no se hayan podido rescatar y puestas en valor algunas antiguas fábricas aún existentes, aunque sin funcionamiento, dos de ellas sitas en la calles Real y Ramón y Cajal, respectivamente, cuyas chimeneas se muestran erguidas y se divisan desde lontananza, y que como fósiles de otro tiempo conservan “in situ” su maquinaria y equipamiento. De poderse recuperar y poner en valor estos vestigios de la tradición pasarían a formar parte de la que se ha denominado “arqueologia industrial”, incrementando el atractivo turístico de Priego, que sumado a su patrimonio artístico y paisajístico, ahora complementado con la declaración del paso del Prendimiento como Bien de Interés Cultural, incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico con la tipología de Actividad de Interés Etnológico, ensanchan considerablemente la oferta del sector al ingente número de turistas nacionales y extranjeros que nos visitan. Como homenaje al autor del libro que me honro en presentar y a su familia inserto finalmente la genealogía y heráldica del apellido patronímico Matilla, oriundo de Santander y Rute, presente en nuestra ciudad desde el siglo XIX, y ahora diversificado cuantiosamente con varias estirpes y ramas que pueden enorgullecerse de haber contribuido de forma considerable al progreso industrial de Priego. Con esta obra se refuerza por razones de justicia histórica la memoria de todos sus miembros como tributo a su idiosincrasia y talento y especialmente la del autor de esta obra que permite conocer mejor una de las etapas más interesantes de la Historia de nuestra ciudad.
Aunque sea un poco tópico, Priego tiene contraída una deuda con esta faceta poco conocida, lo que se dice una asignatura pendiente, que esperamos pronto aprobar con la edición de otra obra inédita titulada “Teoría y práctica del telar mecánico. Dibujos de ligamentos y tecnología”, escrita en 1928, obra de Gabriel Tofé Serrano y Andrés Baena Pulido, y de numerosos contratos de hiladores, tejedores y aprendices del arte de la seda de los siglos XVI y XVII. Que la Virgen del Buen Suceso, patrona histórica de este gremio, nos dé salud y fuerza para consumar nuestro empeño, a la que pedimos igualmente que potencie la actividad de quienes hoy ocupan el lugar de aquellos artesanos e industriales del sector textil que dieron fama universal a nuestra ciudad.
Ver recensión del libro publicada por Rafael Pimentel Luque, en Adarve, nº 1108 (15 de julio de 2022), págs. 18-19.V CÓRDOBA, 2022, 114 PÁGS.
COLECCIÓN PRIEGO MONUMENTAL, VOL. 14.
Fuente. El autor. M.P del Rosal