POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
La cosa no es de ahora. Viene ya de muy atrás cuando los bacaladeros norteños (gallegos, asturianos, cántabros y vascos) faenaban por los mares del norte y junto con bacalaos capturaban otros peces gádidos muy parecidos, muy sabrosos y muy aptos para la salazón.
Bacalao aparte, eran frecuentes las capturas de abadejo (Gadus pollachius L.) y de otro pez casi igual que éste (Gadus virens L. o Pollachius virens), al que por su coloración dorsal verdioscura las gentes dieron en llamar CARBONERO o FOGONERO. Antiguamente los «cultos» le decían «Carbonarius».
Se trata de un pez cuyo tamaño medio oscila entre 1 y 2 kg con una longitud de unos 40-60 cm. Carne muy blanca y sabrosa, menos grasa que el bacalao, y muy apta para todo tipo de preparaciones culinarias: a la plancha, en salsa verde, en fritura a la romana…
Es pescado morador de los mares del norte, costas de Francia y de Holanda, de Dinamarca, de Islandia, de Noruega, de las Islas Feroe…
Su precio, menor que el del bacalao, es muy tentador (entre 6 y 7 euros/kg) circunstancia que motiva a naciones muy de «p´allá arriba» a fomentar su mercado en España. Más aún, se dice que es el otoño la época en la que el FOGONERO está en su mejor sazón.
Cuentan que en muchos restaurantes, e incluso en puertos pesqueros, «lo cuelan por abadejo» diciendo que «ye algo distintu pero llamámoslu igual: ferreru, ferretu o abadexu pequeñu , sabe igual, tien menos grasa y más vitamina».
Les cuento esto porque compré un FOGONERO de los mares del Norte, fresco fresquísimo. Pedí trocearlo en dos lomos y después, ya en casa, los corté en trozos medianos para freír «a la romana» (rebozo en harina y huevo) previamente salados.
Aparte, eliminé el caparazón de la cola de unos langostinos, y enteros y salados, los freí al ajillo previamente rebozados como el pescado. En su fritura complementé con una guindilla de Cayena.
El resultado fue espectacular, tanto que hasta estuve tentado a escribirlo con X (EXPECTACULAR).
Ya lo saben: ¡FOGONERU, A TUS FOGONES!