POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)
Hace unos días hemos tenido ilustres visitantes en relación con el agua, y con ellos muchas lluvias por fin, por lo que podríamos decir que este es un fin de año muy acuoso.
La Isla, con su molino de origen medieval, es un paraje precioso y de lo más pintoresco de la ciudad, es como un oasis verde y fresco en verano que no está siendo utilizado demasiado y es porque siempre ha estado maltratado por los gamberros indeseables, las repetidas veces que se ha adecentado y dotado de cosas que han intentado mejorar el entorno, que es un lugar de baños veraniegos en la playa fluvial de suaves arenas, y de desaprensivos que bajan cosas y no suben los restos.
Es la isla fluvial que surge entre el río Adaja y los canales de alimentación y de desagüe del molino, el denominado molino de Álvaro de Luna, el antiguo molino de agua que después fue reconvertido en molino de vapor y posteriormente en la que quizás fuera la primera fábrica de la luz. También fue parador un tiempo.
Con el abandono de tantas actividades, pasó después a propiedad municipal en estado de franco deterioro. Y así, durante tiempo se fueron intentando nuevos destinos de uso y disfrute, como un camping que se desechó con la nueva normativa surgida tras el desastre de la riada de Biescas 1996, luego se habló de un albergue juvenil, para lo que se realizaron diversas obras de reconstrucción y acondicionamiento, pero tampoco fue viable, se adecentó el entorno como área de disfrute, y sus dotaciones maltratadas. Y así, siguiendo en el empeño de un nuevo destino de este patrimonio hidráulico, esta última actuación y destino, el más digno posible y actual en el contexto de la naturaleza y el agua, se ha convertido en la sede del proyecto “Life Duero”, un centro de control y recuperación de las cuencas fluviales de los ríos Adaja, Zapardiel, Trabancos y el acuífero de Medina. Ya se ha firmado el convenio entre la Confederación Hidrográfica del Duero y el Ayuntamiento de Arévalo, que ha cedido de forma temporal su propiedad y ha convertido el lugar en un centro de sensibilización ambiental, participación y gestión, especialmente de los recursos del agua, es esta zona que, según manifestaron, es la más seca y sobreexplotada de la meseta del sur del Duero.
La última obra de rehabilitación y adaptación ha sido espléndida, ha quedado un edificio precioso con nuevas instalaciones modernas de un entorno histórico del agua. Y será complementaria la segunda fase del Paseo Fluvial del Adaja, que ya se está ejecutando, iniciativas distintas pero que ambas serán un todo. Un gran proyecto que nos recupera un precioso entorno junto al Adaja, de naturaleza y agua.
Al mismo tiempo visitaban nuestra ciudad un nutrido grupo de ilustres visitantes muy especiales, miembros de la Comisión y del Parlamento Europeo en España, delegación encabezada por Francisco Fonseca, jefe de la representación de la Comisión Europea y María Andrés, máxima representante de la Comisión Europea en España. Esta delegación se interesaba por la problemática de estos territorios, el declive demográfico, y buscaron esta pequeña ciudad de Castilla para verlos de primera mano. Se buscan medidas para la cohesión, se interesaron por el proyecto Life Duero, porque precisamente proyectos como estos son los que promueven desde Europa para esa cohesión territorial.
Como Cronista de la ciudad debo destacar la satisfacción que sentí al recibir a esta delegación que también buscó un hueco para conocer el patrimonio histórico artístico, entre chaparrón y chaparrón… pero, a pesar de la lluvia realizamos una visita, nos alegramos por lo beneficioso del agua tan necesario siempre, y después de estos últimos meses de sequía recalcitrante.
En definitiva, un día muy europeo. Seguro que esta visita a la ciudad les quedará grabada, se llevaron una buena experiencia y vivencia de estas tierras castellanas tan necesitadas de atención, cohesión y proyectos como el que han iniciado.