POR SANTOS BENÍTEZ FLORIANO. CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE CÁCERES
Los judíos cacereños se dedicaban al comercio, a la artesanía y al préstamo. El Sínodo de Zamora de 1313 prohibió a los judíos ser médicos de los cristianos, ocupar cargos públicos y debían llevar una señal en su ropa que les identificara.
En el “Repartimiento hecho a los judíos” por el Rabí Jacob Aben Núñez, en el año 1474 aparece la Aljama Judía de Cáceres como una de las cinco mejores de Castilla por el enorme tributo que pagaba a las arcas reales, un total de 8.200 maravedíes.
En las visitas que realizó Isabel la Católica a Cáceres los judíos cacereños se quejaron ante la Reina porque ellos aportaban mayor cantidad de dinero a las arcas municipales que los cristianos en los repartos de impuestos que se hicieron.
Por decreto de 1478 los judíos cacereños son obligados a marcharse fuera del recinto amurallado y son trasladados al otro lado de la Plaza Mayor, a las actuales calles General Ezponda, Plaza de la Concepción, calle Paneras y Plaza Mayor, como calle principal la de la Cruz. En aquella época había judíos de gran prestigio en Cáceres como el sastre Moshé Cohen, Sergas Cohen, Haian Alvelia, Samuel Ben Sentó, etc.
En 1479 se calcula que había en Cáceres un total de 130 familias, que correspondían a 520 personas, de un total de unos 8.000 habitantes que debió tener la ciudad por los años ochenta del siglo XV. El actual Palacio de la Isla, que fue construido en el siglo XVI ocupó el solar donde estuvo asentada la sinagoga de la Judería Nueva. Todavía se conservan las estrellas de David del patio, inscripciones en hebreo, etc.
Poco duraron los judíos cacereños, ya que en 1492, los Reyes Católicos ordenaron la expulsión de todos los que no abrazaran la fe católica, algunos se convirtieron, pero la mayoría abandonaron la ciudad marchándose a las cercanas tierras de Portugal donde se conservan algunas aljamas de gran belleza y esplendor.
A los judíos se les prohibió que abandonaran la ciudad con dinero acuñado y tuvieron además que dejar atrás sus casas, huertos y mucha tierras de las que eran propietarios.
Ojala nos sirva la historia para que aprendamos y nunca se repitan estas situaciones de discriminación socio-religiosa, sepamos respetar a todos los pueblos y religiones, y vivir siempre en paz.
FELIZ NAVIDAD A TODOS
Desde el Blog del Cronista donde quincenalmente intento difundir y dar a conocer la historia de Cáceres, desearos unas muy felices fiestas navideñas y que el próximo año 2015 os colme de toda clase de ilusiones y esperanzas.