SEGÚN LOS ÚLTIMOS DATOS APORTADOS POR LOS HISTORIADORES MARGARITA TORRES SEVILLA, CRONISTA OFICIAL DE LEÓN, Y JOSÉ MIGUEL ORTEGA, LA VELETA DEL GALLO DE SAN ISIDORO SE TRATA DE UNA PIEZA PERSA SASÁNIDA DEL SIGLO VI
Únicamente el abad de San Isidoro mantenía la fe en Caja Madrid. Tras ocho años de espera, la Junta ha decidido actuar. La Consejería de Cultura ha consignado en los presupuestos del próximo año una partida de 150.000 euros; muy lejos de los dos millones para reformar el museo de la colegiata que prometió la entidad financiera, actualmente en el ojo del huracán por el escándalo de las tarjetas opacas. Según fuentes de la consejería, las primeras intervenciones se concentrarán en el Panteón Real y en el claustro. De momento, no han querido dar detalles de los trabajos y si mantendrán el proyecto de musealización encargado en su momento a Isidro Bango, catedrático de arte antiguo y medieval en la Universidad Autónoma de Madrid.
El Santo Grial ha convertido en los últimos meses a San Isidoro en un lugar de peregrinación, lo cual ha podido pesar en la decisión de la Junta para actuar en el monumento, como prueba el hecho de que el Cabildo no contaba con ninguna subvención del gobierno autonómico.
La historia reciente de San Isidoro está salpicada de promesas incumplidas y fallidas restauraciones. La rehabilitación integral de San Isidoro, en realidad, tendría que haberse llevado a cabo hace catorce años. El proyecto de reforma de las salas expositivas del Museo de San Isidoro se aprobó en el año 2000 con cargo al 1% Cultural, pero nunca se ejecutó.
Un año después, el gravísimo estado de la Torre del Gallo, que amenazaba con derrumbarse, obligó a la Junta a intervenir de urgencia. Fue entonces cuando se desmontó la veleta del gallo y se descubrió que se trataba de una excepcional pieza persa sasánida del siglo VI que, con los últimos datos aportados por los historiadores Margarita Torres Sevilla, cronista oficial de León, y José Miguel Ortega, autores de Los reyes del Grial, bien pudo viajar en el ‘lote de regalos’ que envió junto a la Copa de Cristo el emir de Denia a Fernando I.
En 2005 el cabildo isidoriano afrontaba la restauración de la antigua escalera del siglo XVIII, réplica de escalera prioral de Juan de Ribero, que estaba oculta, al tiempo que recuperaba la distribución interior de los tramos norte y poniente del claustro en sus tres plantas, de modo que se hace visible la continuidad entre los dos claustros barrocos. Al año siguiente, la Junta destinaba 233.000 euros para reparar el tejado de San Isidoro, que no se había tocado en medio siglo.
El plan fallido
En 2006 la Junta acordaba con Caja Madrid un plan —similar al Sueño de la luz de la Catedral— para llevar a cabo una ambiciosa restauración de la joya del románico. En principio, acordaron financiar a partes iguales los 4,2 millones de euros en que presupuestaron la rehabilitación. Sin embargo, Caja Madrid se las apañó para ir aplazando este compromiso. Mientras tanto, la Junta reparó la fachada principal de la colegiata, incluido el ábside, y acometió la limpieza interior de muros y paramentos de la iglesia, que sacaron a la luz una columna romana ‘camuflada’ por la suciedad. Asimismo, rebajó el atrio y excavó —aunque a muy poca profundidad— en el acceso a la basílica, desaprovechando una ocasión única para conocer qué oculta el subsuelo de San Isidoro, ya que en 2007 la propia Junta invirtió 36.000 euros en ‘barrer’ este solar con un georradar para conocer sus secretos más profundos.
De la magna restauración pactada entre la Junta y Caja Madrid queda pendiente la reforma del museo, la apertura de nuevos espacios al público y hacerlo más accesible. El proyecto inicial también preveía una obra arquitectónica que descongestione la entrada actual del museo, que desde abril ha multiplicado el número de visitantes. Asimismo, está previsto habilitar la Torre del Gallo como un espacio más del museo, lo que plantea complejas soluciones de seguridad. De momento, bajo ella se ha abierto la sala que expone como un ‘unicum’ el Santo Grial.
Una de las intervenciones más delicadas es la reparación de las pinturas del Panteón Real. El plan de Caja Madrid incluía actuar en la ‘Capilla Sixtina’ del románico para realizar una limpieza de la policromía original, eliminar brillos, reparar grietas en las pinturas y aplicar una capa de resina termoplástica en toda la superficie como protección final. Según las estimaciones iniciales, la remodelación del museo podría durar dos años.
Fuente: http://www.diariodeleon.es/ – verónica viñas