POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Ayer comentábamos, haciéndonos eco de noticias de días atrás, cómo el Rey y el Ministro de Educación, en retorno desde Cáceres a Madrid, gozaron de «parada y fonda» en el restaurante «Puerta de Extremadura», de Calzada de la Oropesa (Toledo) para degustar el «menú del día» al módico precio de 11 euros/persona.
Y si ayer citamos los platos elegidos por el Rey, hoy lo haremos con los del Sr. Ministro: Sopa castellana, lengua de vaca, postre.
¡Hombre! No es que quiera hacer chiste, pero un Ministro, si es buen político, ha de ser lenguaraz; es decir, inteligente y atrevido en el hablar.
Otra cosa es que diga lo que siente, que diga lo que los oyentes quieran oír… o que no diga nada aunque hable y hable.
Las palabras hueras también forman parte de la estrategia política.
¡Vaya! Que el Sr. Ministro, por ministro, fue consecuente en su elección: LENGUA ESTOFADA.
La lengua de vaca o de ternera, que admite múltiples preparaciones, tiene su aquel en el arte de cocinarla; un «aquel» que tiene su puntín discutible por varias razones: saber pelarla, acertar en cocerla y saber guisarla.
Y esto depende de la raza y edad de la res y de la experiencia de fogones de quien la prepara.
Siempre se dijo que la lengua de vaca o ternera, como los hígados, los sesos, los riñones, el rabo… eran o son despojos; es decir, productos «secundarios» que, bien tratados, alimentan y son gustosos.
Ángel Muro en «El Practicón» (finales del siglo XIX) es tajante en su criterio: «LA LENGUA DE VACA ES PLATO ECONÓMICO Y DE REPERTORIO EN LAS FONDAS BARATAS»
¡Vaya por Dios! ¡Menos mal que ni el Rey ni su Ministro desconocían la opinión del Sr. Muro!
Desconozco cómo guisan la lengua en Calzada de la Oropesa; sí les aseguro que tal como la preparan en CASA EMBURRIA (El Crucero-Tineo-Asturias) les dejará un recuerdo inolvidable.
Así lo hacen:
Se escalda la lengua en agua caliente y se pela; después selava al chorro de agua fría, se seca y salpimenta con ajo y sal.
Reposa unas dos horas.
Después, en una cazuela con aceite, al fuego, fríe hasta quedar dorada superficialmente; momento en el que se añaden cebolla, pimiento y tomate (todo picado), sazonando con laurel y pimentón y un majado, en el mortero, de ajo y perejil. Se suma agua o caldo, y un vaso de vino blanco recio, y… a cocer hasta que la carne esté blanda. Si fuere preciso habrá que añadir más agua o caldo.
El tiempo de cocción es, aproximadamente, de unas 3 horas.
Se sirve troceada en lonchas acompañando con guisantes (arbeyinos) y champiñones.