POR PEPE MONTESERIN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El Talmud, libro de los judíos, muchos de cuyos textos provienen de la tradición oral hebrea, se divide en dos partes, la Mishná y la Guemará; la Mishná, a su vez, está dividida en seis órdenes: Zeraim, relacionado con la agricultura; Moed, con las festividades judías; Nashim, con la vida matrimonial y el divorcio; Kdashim, con el culto del Templo de Jerusalén; Taharot, con la pureza ritual, y Nezikin, relacionado con la ley, que es a lo que voy.
Pues bien, dice el Nezikin: “¡Ay de la generación cuyos jueces merecen ser juzgados!”. De otra parte, parafraseando al escritor policíaco Raymond Chandler, que lo puso en boca del detective Philip Marlowe, quizá de Humphrey Bogart en “El sueño eterno”:
“No te puedes fiar de los jueces, cuando menos lo esperas se ponen de parte de la ley”. Es cuanto quiero reseñar sobre el caso Manada. Y no es
Fuente: http://www.lne.es/blogs/la-mar-de-oviedo/ley-del-encaje.html