POR MANUEL LOPEZ FERNANDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Cuando agosto dejaba en el almanaque, sus días últimos, cada mañana, con una playa casi vacía, nos reuníamos para tomarnos un café, recogido, de los bares cercanos Chus o Frien. El promotor de la idea Emilio, de Crevillente, nos cautivaba con sus Moros y Cristianos, la Semana Santa y el Museo de Mariano Benlliure; José Mari, vitoriano que realiza un autentico maratón cada madrugada, recorriendo en varias ocasiones la Playa de Poniente; a veces José Luis Zunzunegui, navarro, con sus experiencias como Jurado en certámenes de quesos, del que forma parte, Antonio Plaza que nos ilustraba sobre el tema fiscal de las declaraciones de la renta, y yo que rezumaba aspectos de la vida de Villanueva del Arzobispo.
Pronto llegaron las despedidas, se fue perdiendo el sonido rítmico de las olas del mar, la luz de Sorolla del Mediterráneo, e iniciamos el viaje de regreso a nuestras localidades. El periodo cercano al año, que va de un encuentro a otro, transcurre, a veces a gran velocidad, otros al ritmo de un lento tren, según los acontecimientos que nos acompañen a toda la familia.
En este agosto hemos vuelto a encontrarnos, y Antonio nos narra lo que le ha sucedido en este difícil periodo; pero conozcamos mejor, su vida, y sus milagros, sentados frente al mar, en las tranquilas y primeras horas de la mañana.
“Nací en Julio de 1962 en Madrid, familia de clase media, mi padre era sastre y tenía el taller en nuestra casa; fui bastante feliz de crío gracias a la armonía en mi familia, también bastante responsable, al ser el hermano mayor (tengo una hermana siete años más pequeña). Tuve, y sigo teniendo, a mis mejores amigos del colegio, casi como hermanos, de hecho uno de ellos es primo de mi mujer, y gracias a él la conocí”. La época que marca parte de nuestra vida, transcurre en los años de adolescencia, juventud, con los estudios y trabajos.
Y añade “Fui buen estudiante, no empollón, no era de clavar codos, pero tenía buena memoria y con leerme el libro o la lección en cuestión ya lo retenía. Acabé el COU y la Selectividad. En esa época, además de divertirme como cualquier chaval, me surgió el interés de visitar museos y exposiciones, recuerdo la primera vez que disfruté del Prado. También me marcó el viaje de fin de curso, con 16 ó 17 años. Fuimos, a Roma, en avión: la primera vez que “volaba” del nido. Me puse a trabajar pronto, estudiando un curso de Banca. Me llamaron para hacer una prueba de mecanografía -era rápido y apenas cometía errores- en una gestoría; me aceptaron y comencé a trabajar de auxiliar administrativo. Pero seguí estudiando, hice un Curso en el Centro de Estudios Empresariales y conseguí el título de Diplomado en Estudios Tributarios y Asesoría Fiscal, lo que me permitió después poder desarrollar mi carrera profesional. Nuestra localidad, pequeña o grande ejerce sobre nosotros un patrimonio de cultura, generosidad y convivencia.
“Aunque nací en Madrid, y me encanta Madrid, cuando me casé me fui a vivir al pueblo de mi mujer, Villaconejos, en el que vivo desde 1990, y donde estoy perfectamente integrado. He hecho también muy buenas amistades allí. Es un pueblo del Sur de Madrid, entre las grandes poblaciones de Chinchón y Aranjuez, tiene unos tres mil habitantes. Villaconejos es famoso por sus melones; numerosas familias de aquí emigraron a la Mancha para rentar tierras y sembrar melones, trasladando su aprendizaje a Villaconejos. Podemos presumir de ser la única localidad con un Museo del Melón, en donde se explica todo lo relativo a este producto con numerosas fotografías, semillas, un carro antiguo tirado por mulas, maquetas de las viviendas-chozas, donde vivían las familias que se dedicaban a cultivarlo… Como monumentos tenemos la iglesia de San Nicolás de Bari, de los siglos XVI-XVII. Se celebran las fiestas en honor de la Patrona Santa Ana y también las del Cristo de la Buena Dicha, a primeros de mayo”.
Sobre su vida profesional como Asesor Fiscal, nos relaciona algunos nombres y aspectos, anécdotas… y quedan en el tintero, otros datos por el secreto profesional: “Soy Asesor Fiscal, estuve 9 años como empleado en nómina y posteriormente 34 años más como autónomo, y también tengo una S.L. dedicada a ello. Es un trabajo a veces ingrato, a veces gratificante. Frecuentemente pelear con Hacienda es como luchar contra una pared, ves injusticias que intentas corregir, y unas veces lo consigues, y otras no. Antes se trabajaba menos y se ganaba más, ahora es al contrario, el fisco nos inunda con las famosas Cartas Negras. Requerimientos a los contribuyentes que no suelen traer nada bueno y a los que hay que responder con todo el trabajo extra que supone, añadido a las liquidaciones trimestrales de impuestos, contabilidades, Declaraciones IRPF, etc. Recuerdo una campaña de Renta que íbamos muy ajustados de plazo en que un sábado nos quedamos a trabajar por la noche, recibiendo incluso visitas de clientes; sobre las tres de la madrugada llama la esposa de un cliente, para asegurarse de que su marido estaba en la Gestoría haciendo su Renta -lógicamente, no lo creía-, pero era cierto, y tuvo que ponerse al teléfono para que se quedara tranquila. En época de Renta hacíamos algunas declaraciones a jugadores de futbol del Real Madrid y del Atlético de Madrid; conocí a Ricardo Gallego y a Salguero, quien me firmó como autógrafo una entrada de un partido de la UEFA a la que había asistido”.
Antonio conoce mi entusiasmo por la historia y me cita un documento de la Vicalvarada..
La revolución de 1854, también conocida como Vicalvarada, por haberse iniciado, en las cercanías del pueblo de Vicálvaro, el enfrentamiento entre el general O´Donell, una insurrección popular, en los meses de junio, julio, durante el reinado de Isabel II, y que dio fin a la década moderada- “Como curiosidad tengo un documento del siglo XIX firmado por Leopoldo O’Donnell y rubricado por la Reina Isabel II en el que se reconoce a mi tatarabuelo Sotero Rodríguez como Caballero Cubierto ante el Rey (al parecer un privilegio antiguo) por algún acto heroico que protagonizará a mediados del XIX en la llamada Vicalvarada. Yo soy la última generación que puede reivindicar este privilegio, que, lógicamente, no he ejercido”. Son largos los años que viene a Benidorm cada mes de agosto.
“La costa alicantina la conozco bien, desde pequeño hemos veraneado en Alicante, Santa Pola, Playa de San Juan,…y Benidorm. La “mili” la hice en Rabasa, en el CIR 8, y además tengo familia y amistades en Alicante. Al principio veníamos a Benidorm a pasar el día, lo veía agobiante, pero ya llevamos diez años seguidos veraneando en la playa de Poniente y la verdad es que estamos estupendamente, nos encanta la playa, el mar, el ambiente, y los amigos con los que compartimos este paraíso. Benidorm tiene de todo, y lo más increíble que puedas ver, lo verás aquí. Cuando nos llegó la triste epidemia de la COVID, tuvo una pésima experiencia, por las consecuencias que tuvo para él.
“el 2020, año del COVID, aún así veraneamos en agosto en Benidorm, con todas las precauciones que había que tomar. Pero justo ya en casa, en septiembre, me afectó este virus. He sido una persona bastante sana, nunca había estado ingresado por ningún motivo, pero este virus me tuvo quince días hospitalizado, con mal pronóstico al principio, dudando si bajarme o no a la UVI, porque no saturaba oxigeno a pesar de llevar el reservorio al máximo, y empezaban a dañarse los órganos del cuerpo, que recibían menos oxígeno del necesario. Una maniobra sencilla, tumbarme boca abajo en la cama, hizo que los pulmones comenzarán a admitir más oxígeno, y ahí comenzó mi recuperación. Afortunadamente no me dejó secuelas”. Numerosos veranos he observado como con sus gafas y equipo de buceo se sumergía hasta unos límites aceptables, encontrando objetos curiosos en el fondo del mar, por lo que le pido que me amplíe esta y otras aficiones:
“Aparte de las visitas a museos y exposiciones, me gusta el cine, me gusta leer. Soy incapaz de comenzar a leer un libro y dejarlo a medias, la Ilíada, de Homero, la he leído numerosas veces, incluso he podido con “Ulises”, de Joyce, con lo difícil de leer que es. Pero sobre todo disfruto con el mar, y en particular buceando, o haciendo snorkel, como dicen ahora; y eso en Benidorm lo hago plenamente, donde se me pasan los minutos a cierta distancia de la orilla contemplando los peces, rayas, medusas e incluso alguna vez algún pulpo. El pasado verano conoces, que encontré una dentadura, la entregué al socorrista, y que al día siguiente, recogió, muy agradecido la persona que la había perdido mientras se bañaba.
Por último le pido que narre, su periodo de salud, en este último año, en el que las dificultades han sido máximas. “En Septiembre 2023 me diagnostican, en el Hospital del Tajo, de Aranjuez, donde me atendía mi hematóloga, Dra. Ana María, tras una analítica rutinaria, una linfocitosis, una elevada y anormal cantidad de linfocitos. Me derivan al Hospital 12 de Octubre de Madrid. Paso por hematología y analíticas más exhaustivas confirman un linfoma, con nombre y apellidos: Linfoma no Hodgkin de Células del Manto, leucemizado, estadio IV, afectando un 68% la médula ósea. Tenía el cuerpo lleno de ganglios inflamados y activos por el cáncer. Aquí se llevó a cabo el trasplante de médula ósea, con excelentes profesionales, cito a los doctores Tycho y María Calbacho y las enfermeras María y Ela en el Hospital de Día, Eva, Ricardo, Gemma y Lourdes, todos encantadores y grandes profesionales.
El caso que, siendo un tremendo palo, lo asumo bastante bien. Mi familia lo llevaba peor. Se activa el protocolo oncológico y aquí se ve, cuando realmente es urgente, cómo responde la Sanidad, en mi caso la Seguridad Social- de la que no tengo ninguna queja, y de la que estaré eternamente agradecido, por supuesto al personal de médicos, enfermeros y auxiliares. Tras 6 ciclos de quimioterapia, dos biopsias de médula ósea, 4 PET Tacs, 3 tipos de catéteres instalados, analíticas y consultas infinitas, pruebas de corazón, pulmón, y por fin un trasplante de médula ósea el 30 de abril. Me dicen que estoy limpio del linfoma; ahora queda un periodo de recuperación y mantenimiento largo con controles periódicos. He sufrido lo mío, esto ha sido muy duro, casi más para la familia, pero lo he llevado lo mejor posible y siempre con optimismo. La cabeza es la que manda en estos casos y tener una actitud positiva ayuda sin lugar a duda a salir y a tener una mejoría más rápida. A quienquiera que por desgracia le toque esta desafortunada lotería le recomiendo primero confianza en la medicina y en los profesionales. Mucha fe, mucha confianza en uno mismo, no ser egoísta y pensar que siempre habrá alguien en peor situación que tú, y tener una actitud positiva, mirar hacia adelante y trazarse algún objetivo cercano. En mi caso yo pude disfrutar de mi Benidorm en 2023 y ahora mismo, aunque aún algo flojo, estoy escribiendo esto en agosto de 2024, ¡cómo no! en la playa de Benidorm. Este era uno de mis objetivos”.
Antonio Plaza, ha asistido a las Olimpiadas del dolor, del sufrimiento, de una enfermedad difícil de batir; es un ejemplo de superación, de la lucha por las vida; su preparación, la ayuda de su esposa Mercedes, e hija Natalia, y la fe, preparación y entrega de un maravilloso equipo de médicos y sanitarios, han logrado que se pueda colgar la Medalla de Oro por la Vida. Gratificante este ejemplo, que tras la noche oscura, llega la claridad diaria de un nuevo amanecer.
FUENTE: M.L.F.