POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
Quizá sea la obra de Párraga más popular y, curiosamente, la que ha pasado más desapercibida ante la mirada de los miles de murcianos que cada día transitan junto al mercado de Saavedra Fajardo. Allí, en la fachada de uno de los bajos, el pintor murciano realizó un fresco que representa a un bufón que sujeta un candil. De ahí el nombre de la taberna que existía en ese local y que fue inaugurada en 1972.
Tras su cierre hace unos meses, la Concejalía de Patrimonio, que dirige Rafael Gómez, recuperó la posesión del inmueble y se dispuso a remodelarlo para que albergue un nuevo centro de atención de Bienestar Social y otro espacio para la Junta de Distrito. Entonces comenzaron las sorpresas.
La primera de ellas estaba situada justo encima de la puerta de entrada a la taberna y era el rótulo de la misma: un curioso grabado de Párraga que apenas se mantenía sujeto por cuatro tornillos.
La responsable de las tareas de restauración, Loreto López Martínez, de Asoarte, lo identificó al instante y ya ha sido retirado para su restauración. En la misma fachada, ayer continuaban las tareas de recuperación del bufón de Párraga, que pese a estar expuesto apenas ha sufrido daños con el paso de los años, y también otro mural interior, del mismo autor, que representa a un toro y una paloma. Ambas piezas serán protegidas y catalogadas mientras duren las obras de acondicionamiento del lugar.
Respecto al bufón de la fachada, es fácil identificar las características de la pintura de Párraga, quien representó un personaje de gran tamaño con indumentaria de fantasía al estilo del siglo XVII y que porta un candil en su mano izquierda.
Durante los trabajos se descubrieron otras tres cerámicas que, al menos en un principio, habían pasado desapercibidas. Se trata de tres piezas del escultor Pedro Pardo que conforman unos relieves cerámicos ubicados sobre un muro.
Los relieves, según los primeros análisis, presentan un buen estado de conservación «y no cuentan con patologías que hagan temer por su estabilidad». En cualquier caso, serán extraídos del lugar que ocupan «para su preservación hasta determinar cuál será su nueva ubicación», señalan fuentes municipales.
Siguiendo las normas establecidas por la Unesco para la restauración de obras de arte, el procedimiento para extraer los relieves es sencillo. Después de proveer a las piezas de un engrasado protector, se procede estos días al picado del perímetro de muro que las bordea, hasta llegar al nivel del grosor de cada una. Entonces se acometerá un rebaje de los morteros de adhesión de la obra al muro, hasta conseguir la total eliminación de los mismos. Finalmente, se embalarán.
Un mural de 30 metros
El concejal Gómez remarca que esta actuación supone «un paso más en la protección del rico patrimonio murciano y su puesta en valor para el disfrute de todos los ciudadanos, lo que será una realidad en los próximos meses».
Esta actuación sobre la obra de José María Párraga (Murcia, 1937-1997) se suma a otras abordadas desde el Consistorio, entre ellas la creación de un espacio para el arte, conocido como Centro Párraga, un colegio público en la pedanía de El Palmar y la denominación de hasta seis calles en diversos puntos del municipio. La iniciativa más destacada fue el traslado de otro mural, titulado ‘Bailarinas y Arlequines’, de 3 x 9 metros y que el autor dejó estampado en 1965 en el antiguo Ateneo de Algezares. De allí fue reubicado en julio de 2010 en el nuevo auditorio, en el marco del programa de recuperación del patrimonio ‘Murcia que se fue’.
Fuente: http://www.laverdad.es/