POR MANUEL GARCÍA CIENFUEGOS, CRONISTA OFICIAL DE MONTIJO Y LOBÓN (BADAJOZ).
Ver esta torre es ver Montijo. Levantada cuando faenaban otros mundos en los que maestros, oficiales, peones y aprendices la labraron dándole cuerpo y espacio, forma y altura. Piedra sobre piedra, ladrillo con ladrillo. Cuántos le han escrito, mirado, alabado, cantado y dibujado. Siglos de fuerza y altura que dieron cobijo en sagrado. Arriba un campanario que alaba, llora, llama y convoca. La mirada de Montijo está en esta torre desde la que hoy pregono la vida.
(Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol. En la última década del siglo XV le fue concedido el título de collación, que antes había disfrutado la iglesia de San Isidro. Tiempos en los que se construye la fase inicial del templo. Seguidos de la fase constructiva de 1500-1511. A mediados del siglo XVI, se da más altura a la nave central, labrándose una nueva bóveda de estilo gótico tardío. En los primeros años del siglo XVII, gracias a los hombres buenos de la villa y la familia Portocarrero, condes de Montijo, bajo el proyecto y dirección de Francisco Montiel, obrero mayor del duque de Feria, se construye el crucero y la capilla mayor. El llamado atrio, paseo del campo de la iglesia, fue proyectado por el arquitecto provincial, Ventura Vaca, y construido entre 1884-1886 por el maestro de obras Jerónimo Cabezas González).