LA MISIÓN DE LOS PADRES JESUITAS DE 1673 EN LAS VILLAS DE BEDMAR, JIMENA, GARCIEZ, ALBANCHEZ, TORRES Y LA MANCHA REAL (ZONA NORTE DE LA COMARCA DE SIERRA MÁGINA).
Jun 07 2024

POR  JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA. CRONISTA OFICIAL DE LAS VILLAS DE BEDMAR Y DE GARCIEZ (JAÉN). MIEMBRO DE HONOR DE LA RAECO.

Sierra Mágina no fue una excepción para la Compañía de Jesús. Y por ello en 1673, desde el Colegio de Santiago, de Baeza se programó la realización de una misión durante varios días, con el objetivo de recorrer diversas poblaciones de esta zona rural. La determinación del Generalato de la Orden Religiosa por conocer minuciosamente las actividades que tenían lugar en cada una de sus provincias ha propiciado, por otra parte, que haya llegado hasta nuestros días, Memoria de lo sucedido y el tiempo que se prolongó dicha Misión, gracias a la conservación, en el Archivo General de la Orden de la Compañía de Jesús, en Roma, de un pequeño Manuscrito, remitido por los dos padres jesuitas responsables de la Misión ,los reverendos padres Francisco Ayala y Antonio Marín-, relatando sus actividades.

El documento en sí tiene un gran valor en cuanto que nos aproxima a una de las muestras de religiosidad popular que tuvo como protagonista este ámbito rural en la Edad Moderna, aunque bien es cierto que el mismo no escapa de los problemas detectados en otros escritos sobre acontecimientos similares protagonizados por la referida Orden religiosa, marcados por la reiteración en la narración de una serie de tópicos identificados como los elementos protagonistas: el tono apologético con que se describen los acontecimientos; la existencia de tópicos al describir los lugares objeto de Misión; el protagonismo que se pretende dar a todo lo que se considera extraordinario o maravilloso; la exaltación de la labor de los misioneros, siempre descrita como sobrehumana, etc.

 Los acontecimientos.

El relato de los acontecimientos, realizado y remitido por los ya citados jesuitas protagonistas de la Misión al Generalato de Roma, nos habla de una Misión itinerante por diversas localidades de Sierra Mágina: Bedmar, Jimena, Garciez, Albanchez, Torres y Mancha Real, que se inició el 7/XI/1673 y se prolongó durante el resto de dicho mes, a pesar de que el período elegido, el mes de noviembre, no resultaba, sin embargo, el más habitual para este tipo de actos misionales, que normalmente se realizaban en la época de Cuaresma. La procedencia de los padres, desde Baeza, parece explicar que las actividades se iniciaran en la villa de Bedmar, dada su proximidad con la ciudad de la Loma. Durante cerca de un mes, los padres harían el recorrido: Bedmar-Jimena (con un breve viaje de ida y vuelta a Garciez de medio día)- Albanchez-Torres-Mancha Real, regresando, desde allí, de nuevo, a Baeza, aunque el Padre Antonio Marín falleció en Baeza a los 8 días de haber finalizado de la Misión.

El itinerario de los padres Ayala y Marín en la misión de 1673.

Se desconoce si la Misión surgió por iniciativa directa del Colegio de Santiago o fue motivada por una petición ajena, bien del obispado, o por algún particular. La estancia de los religiosos en las distintas localidades varió de unas a otras. Estimamos que en su decisión pesó el tamaño de la población. Así siempre, el instante elegido para el inicio de la actividad misionera es el mismo: la noche.

Una circunstancia que no resulta, ni mucho menos, casual. La búsqueda, a toda costa, del efectismo, lleva a elegir la noche como uno de los momentos más deseados de la misión, ya que permitía acometer la entrada de los misioneros en cada localidad en la penumbra, con el único acompañamiento de velas, rodeando todo el acto de un acontecimiento verdaderamente efectista que despertaba sentimientos como el temor entre los espectadores. De hecho, salvo para el caso de Garciez, donde se hace una veloz visita de los citados padres jesuitas, y en el caso de Mancha Real, que no se especifica, la entrada en Bedmar, Jimena y Torres se realizó en la noche de los días 7, 13 y 22 de noviembre, respectivamente.

He aquí la Crónica de la Santa Misión: “Breve relación de la misión que hicieron los padres de la Compañía de Jesús, el P. Francisco de Ayala y el P. AntonioMarín en los lugares de la Sierra del Obispado/ de Jaén este año de 1673. Una de las más gloriosas misiones que con la ayuda de Dios Nuestro Señor se han hecho estos años en la Provincia de Andalucía, ha sido lo que se hace este año de 1673 en los lugares de la sierra de Jaén, Belmar, Ximena, Garciez, Albanchez, Torres y la Mancha Real, porque al paso, que la necesidad era grande de semejante socorro espiritual para los fieles por haber pasado 23 años que en los más deestos lugares no había habido misión, llego en mejor razón para la gran cosecha espiritual, que fue Nuestro Señor servido se cogiese por medio de los padres misioneros, que en todo deseaban la / mayor gloria de Dios y aprovechamiento espiritual de las almas. Comenzose la misión por BELMAR, villa mui celebre y antigua, y sujeta al Sr. Marqués de Belmar, casa del Sr. Cardenal de la Cueva, y aunque sus vecinos no son muchos, más el haber pasado tanto tiempo sin que hubiese misión en dicho lugar nos obligó a detenernos siete días. Luego que llegamos martes 7 de noviembre se hizo señal con todas las campanas para alentar a los fieles con la novedad //Fol. 282v// a preguntar cuál sería la causa de repique tan solemne. Y después, avisando por las calles el intento de nuestra venida a las avemarías, se juntó todo el lugar en la iglesia mayor; y comenzándose por el Rosario de Nuestra Señora los ejercicios espirituales, y concluyéndose con la plática de uno de los padres misioneros. Fue tanta la moción espiritual al poner delante de los ojos a todo el auditorio católico la imagen de Cristo crucificado, que no era posible ni con palabras, ni con golpes en el pulpito poder sosegar al auditorio para avisar algunas cosas importantes en orden a la buena dirección de la Misión. Continuose con grande admiración la misma moción / todos los días que allí estuvimos, saliendo de las pláticas tan movidos los fieles que se perdonaron / tres muertes ante escribano, quitándose muchas discordias escandalosas, pidiéndose perdón unos a otros públicamente. Y donde se conoció más el fervor de los fieles, fue en la rigorosa disciplina que hicieron los hombres en la iglesia, jamás vista en aquel lugar, y aunque el frio era rigoroso venían arrebozados con sus capas, y debajo sola la camisa, y hubo hombre que en dos días ni pudo sentarse, ni acostarse según tenía lastimado todo su cuerpo; prorrumpiendo en palabras de grandísimo sentimiento y dolor de haber //fol. 283r// ofendido a Dios. Hicieronseconfesiones generales de mucha importancia, y algunas de cuarenta y aun de cincuenta años. Comulgaron todos los vecinos, siendo indecible el trabajo por la poca copia de / confesores. Acudieron los fieles con indecible piedad al sustento de los operarios evangélicos, y en tanta/ abundancia, que de las sobras se repartieron los más días muchas limosnas a personas necesitadas. Concluyose la misión y quedaron mui llorosos de / ver que nos íbamos; aunque mui consolados por la / paz de sus conciencias, dando mil gracias a nuestro Señor de la merced que les había hecho, cuando menos lo imaginaban, estimando con grandes alabanzas la Compañía de Jesús y su santo instituto para tanto bien de las almas.

Acabada la misión de este lugar, partimos a XIMENA, lugar de más de 300 vecinos, donde comenzamos lunes en la noche 13 de noviembre y estuvimos hasta el viernes a mediodía. En ese lugar fue Dios servido que fuese aun mayor la moción espiritual de los fieles, si es que puede haber mayor que la que hubo en Belmar, y aunque fue menos el tiempo que nos detuvimos en Ximena, más el fruto exterior aun fue mayor, //Fol. 283v// pues se perdonaron ante escribano publico cinco muertes, y se quitaron más de doscientos odios mortales y escandalosos; fue mui grande el concurso de gente todos los días; y lo que nos admiró más fue que el jueves, en que echamos la procesión de la doctrina por las calles, siendo día de trabajo, toda la gente holgó aquel día, gastándose toda la mañana desde antes de amanecer en confesar y comulgar hasta la una del día y la tarde en la procesión de la doctrina cristiana y demás ejercicios de misión. No fue menor en ese lugar la piedad de los fieles en el sustento de/ los padres misioneros, pues sobró para hacer muchas limosnas a los más necesitados del lugar.

El viernes, mientras el uno de los padres acababa de ajustar algunas discordias entre los vecinos, su compañero con el señor prior y cura fueron a Garciez a confesar los pocos vecinos, aunque mui necesitados de semejante socorro espiritual; y conocidamente fue disposición del cielo, pues de camino se excusaron dos muertes que personas agraviadas en la honra venían de fuera a ejecutar, y con la buena disposición del Padre //Fol. 284r// fue Dios servido que se quietasen y se pusiesen en cola los que peligraban.

Viernes en la noche se comenzó la misión en Albanchez, lugar de doscientos vecinos, donde estuvimos hasta el martes día de la Presentación de Nuestra Señora, en el cual día fue la comunión general y procesión de la doctrina cristiana. Fue tan grande el número de las comuniones que jamás se había visto en aquel lugar, ni en Semana Santa, ni en jueves santo quedaron todos los vecinos edificadísimos y consoladísimos. En este lugar se perdonó una muerte que muchos años antes no avia sido posible recabarse el perdón, y si hubiera otras muchas también se perdonaren, según estaban movidos a piedad los ánimos de los fieles; siendo tanto el dolor de sus culpas, que muchas personas se desmayaban de sentimiento, siendo tantos los golpes del rostro y bofetadas, que causaba asombro en medio de indecible alarido de todo el piadoso pueblo. No es ponderable el ejercicio de penitencia en la rigorosa disciplina, que sin faltar hombre de todo el lugar se hizo en la iglesia dos días antes de la comunión general, disciplinándose personas mui delicadas, siendo admiración y ejemplo de todos los demás. Fue mui grande el sentimiento y lágrimas de todo el lugar al despedirnos para ir a hacer misión a otro lugar. 

Miércoles en la … partieron hacia Torres y La Mancha Real… donde estuvieron hasta el día 22/XI/1673. Todo sea para gloria de Nuestro Señor / que reciba nuestro trabajo, pues fue tal que a los ocho días de llegados de misión se llevó Nuestro Señor a descansar en el cielo como de su misericordia infinita esperamos a mi compañero el padre Antonio Marín. Baeza y diciembre de 1673. Francisco de Ayala (rubricado)”.

NOTAS.

  1. ARSI BAETICA. Historia (1604-1716). Legajo 21. Fol. 282r/v-284r/v. (Es un cuadernillo numeradas sus hojas desde la 1 recta a la 4 vuelta). LÓPEZ ARANDIA, María Amparo. “Recorriendo las Indias de aquí. La Misión de la Compañía de Jesús en Sierra Mágina en 1673”. En Sumuntán. Nº 30 (Jaén, 2012). Pp. 85-110.

 

FUENTE: J.M-T-B

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