CON JESÚS MARÍA SANCHIDRIÁN GALLEGO, CRONISTA OFICIAL DE ÁVILA
El Museo de Ávila ha clausurado la exposición ‘Diálogo con el pasado’, una exitosa muestra de esculturas de Emilio Sánchez García (Gil García, Ávila, 1948) después de tres meses de interactuación con la colección permanente.
Al acto de clausura, enmarcado dentro del programa de actividades del Día Internacional de los Museos, asistió el director del museo, Javier Jiménez Gadea; el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, José Francisco Hernández; el diputado provincial, Eduardo Duque, y un nutrido grupo de amigos y familiares del artista. Excusó su asistencia el presidente de la Asociación de Amigos del Museo, Jesús María Sanchidrián Gallego, entidad que también estuvo presente como promotora del evento e impulsora del acercamiento del público al museo.
Cientos de personas han transitado por el museo desde febrero siguiendo un itinerario en el que 24 piezas escultóricas de sorprendente variedad temática, material y compositiva se mimetizaron con entre vestigios legendarios, artesanías decorativas, pinturas y toda la memoria histórica de Ávila, las cuales se han repartido por las distintas salas de la Casa de los Deanes y en el almacén visitable de Santo Tomé como viajeras por el tiempo en un emparejamiento sorpresivo.
Así pues, en todo este tiempo, el museo entero se reconvirtió en un nuevo espacio expositivo para acoger al insólito invitado. Para ello, sus piezas se mezclaron con las del museo, repartidas por todas sus salas, buscando un diálogo entre la materia y el tiempo. Escultura contemporánea entre piezas históricas… un paseo por el arte de hoy y la sensibilidad de siempre, un diálogo sereno, sin ruidos, con la historia lejana y cercana de Ávila y su tierra.
Con todo, Emilio Sánchez ha dejado un sorprendente testimonio de su ideario artístico que enseguida caló entre los numerosos visitantes: “Cada pieza, única en su naturaleza, especial y extraordinaria en su significado, ha ido protegida por un proceso largo y cuidadoso, intenso e irrepetible. Dejo que mis sentidos me lleven a su antojo y me guío por aquello que siento, exactamente por aquello que quisiera o, necesite expresar”.
Han sido un total de 24 piezas de un formato que va desde 35x15x06 hasta 200x70x30cms. Todas ellas de una increíble variedad temática que incluye la tauromaquia, la naturaleza animal (paloma, gallo, caballo, pez abisal, trucha, gato y perro), la mitología (nereida), las fantasías, el misticismo (San Juan de la Cruz, Santa Teresa y Cristo), la maternidad, la música (composición instrumental), rostros pétreos y el tipismo de personajes varios.
Temas todos ellos que tomaron una nueva dimensión espacial y temporal en el museo, después de haber triunfado en otras exposiciones. Entre la asombrosa combinación de materiales naturales con tintes policromados había madera (incluidas raíces y palos) de cerezo, haya, nogal, encina, enebro, roble, negrillo, pino, okumen, sapely y tablex; azulejos; piedra granítica; metales de hierro, chapa galvanizada y aluminio; cerámica, papel, lona y saco. Todo mezclado, lo que ya es seña de identidad de la obra de Emilio Sánchez que ejerciendo de carpintero, herrero y cantero eleva estos oficios a la categoría de arte.
Como remate, la composición expositiva, de una aparente sencillez, desborda la imaginación de su artífice: «la intimidad entre obra y autor, una química inexplicable que necesita ser escuchada», dice, a la vez que nos invita también a mirar y tocar, incluso a extasiarnos en el fantástico ambiente museístico que todo lo llena.
Y entre las piezas más cercanas del museo con las que la obra de Emilio ha entablado conversación y galanteo se hallan verracos, un abanico taurino, un alfarje mudéjar, ajuares domésticos, trajes populares, un carro y útiles de labranza, mascaradas de invierno, cerámicas y lozas antiguas, un tríptico flamenco, un plato de engaño, tritón y nereida en alabastro, un arpa de doble orden y un mosaico romano, aparte de todo el universo museográfico que aquí se cobija.
Emilio ya contó sobre la exposición que “la pretensión de esta iniciativa es establecer una relación entre lo emocional y lo figurativo contenido en las obras del pasado (…) Vivencias e imágenes que, como eslabones de la cadena de la vida, se entrelazan para enseñarnos su realidad desde la perspectiva del ayer, sembrando en mí el deseo de ser un puente entre ambas realidades a través de la expresión personal”.
Por su parte, Javier Jiménez Gadea, director del museo, empeñado en su constante revitalización, dinamización que consigue, insiste, igual que dice en el catálogo, que la muestra «enlaza perfectamente con las cosas históricas del museo, porque tiene raíz y parece surgir, a la vez, del tiempo y de la tierra. Por ello, el museo, este museo, más que un diálogo, lo que le ofrece hoy al escultor es una casa: una casa común de cosas e historia».
Al mismo tiempo, desde la Asociación de Amigos de Museo, según dice su presidente en el mismo catálogo, “se pretende, a través del diálogo artístico que da título a esta exposición, construir comunidad y ofrecer una oportunidad de aprendizaje para conformar una sociedad civil informada y comprometida con la cultura. Y este es el poder de los museos”.
Por último, Mariví Sánchez, poeta e hija de Emilio, quien le acompaña en la clausura, cierra con un poema que acaba así: “porque por mucho que miremos atrás, / siempre seremos más presente, / y el pasado, raíz”. DESCARGAR EL CATÁLOGO DE LA EXPOSICIÓN DE EMILIO SÁNCHEZ.
FUENTE: https://avilared.com/art/69708/la-obra-de-emilio-sanchez-inmersa-en-el-museo-de-avila