LA OTRA PALMA DE PAQUESITO.
May 09 2022

POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (GRAN CANARIA-LAS PALMAS-CANARIAS)

Foto antigua de las dos palmas. Al fondo los históricos barrios de Cenicero-y Sequero. | LP/DLP

Junto a la actual, existió otra palma de dimensiones parecidas, abatida por la fuerza del temporal de 1926

El lugar donde se encuentra fue conocido siglos atrás con el nombre de Dos Palmas.

No es pretensión del cronista que suscribe entrar en aspectos científicos sobre nuestra admirada palma, de la que se han escrito multitud de artículos y estudios, en muchos casos contradictorios en cuanto a su especie, edad y hasta de su valor monetario, ni establecer récords de altura con sus hermanas de la misma especie.

Es nuestro objetivo plasmar el valor histórico, sentimental y pasajes inéditos de tan singular ejemplar botánico y del lugar donde se ubica, por haber nacido a pocos metros y contemplar día a día durante la infancia y juventud como se cimbreaba de un lado a otro del barranco, aguantando las embestidas del recio viento que asola estas latitudes, encorvada por el peso de la edad, escuchando el susurro de sus ramas.

Empleo de elevador para poda y tratamiento de la palma de Paquesito

Situación

La emblemática “palma de Paquesito”, representativa de nuestra flora, símbolo vegetal del archipiélago, archiconocida dentro y fuera de nuestras fronteras por su gran porte, majestuosidad y alto valor botánico, en relación a donde se sitúa, marca casi el centro geográfico de lo que en el siglo XVI fue el complejo del ingenio azucarero de la Vega de Aguatona, quedando a su izquierda las casas de purgar, refinar y de aposento junto a la torre; a la derecha el molino hidráulico, prensas y casas de calderas. A muy pocos metros el molino de “pan moler” que se conserva en la actualidad, vinculado durante siglos a los dueños de los terrenos donde se encuentra la palma.

Fue en este perímetro donde se desarrolla a partir del siglo XVI el primigenio núcleo poblacional “del Ingenio”, ocupando el cauce del que se vino en llamar “barranquillo del Ingenio” o “Culo Pesado”, como de manera jocosa se le denomina por las escasas veces que se le ve correr. En la umbría, lo que antaño fue el barrio de la Banda, con pequeños núcleos de casas conocidos por: Magel, Repartimiento, El Molinillo, Ladera y Mentidero. En la solana: Almendro, Andén, Cenicero y Sequero. Regada casi de forma continua durante siglos por el caudal de agua que junto a ella pasaba por la acequia de Algodones (hoy en desuso), ocupa el lugar natural botánico que le corresponde en la cuenca de un barranco, propia del bosque termófilo, desgraciadamente en clara regresión.

La palma de Paquesito está de actualidad, sobre todo, después que unos técnicos subidos a un elevador de más de 30 metros accedieran el pasado mes de diciembre a la copa para proceder a su poda, limpieza y aplicar tratamiento fitosanitario para aliviar los males que se le habían detectado en su longeva vida en forma de cochinilla y el temido escarabajo diocalandra frumenti. Los operarios subidos al elevador nos hicieron recordar al reconocido Rafaelito el Palmero cuando solamente con la ayuda de un arnés trepaba a lo más alto para podar sus ramas que servirían de materia prima para la elaboración de variados productos artesanos.

Paquesito y Pepito Ramírez

Sabido es, que el nombre de la palma se debe al popular Francisco Afonso Vega, conocido por Paquesito, de oficio latonero, bien amañado para el arreglo de relojes y componente del desaparecido Rancho de Ánimas de Ingenio, al que la voz popular lo recuerda descansando a la sombra del tronco de la palma, el cual, durante muchos años llevó en arrendamiento los terrenos donde se encuentra el ejemplar, propiedad en los últimos tiempos la saga de los Espino, dueños también del molino de “pan moler” reseñado, conocido por Antoñico Bordón, conjunto que hoy forma parte del complejo ajardinado Parque Néstor Álamo de propiedad municipal. La figura de Paquesito irradiando alegría y buen humor tenía su domicilio a corta distancia de la palma en el histórico barrio del Cenicero. Nos acostumbramos también a ver en una de las cadenas junto a la palma al bueno de Pepito Ramírez con su churrería en una caseta, aprovechando algunos ratos para hacer tostadores de millo a partir de bidones de petróleo que comerciaba por toda la isla con su burro, allá por la década de 1960.

Palma de Paquesito

La otra palma

Lo que resulta menos conocido, es que había otra palma a muy pocos metros de la que existe en la actualidad. Así se acredita a través de testimonios orales, escritos y gráficos. Una de ellas, la más alta, se desplomó por efecto del terrible temporal ocurrido la noche del 16 de enero de 1926 al desbordarse el barranco, anegar la casa de dos plantas de Eusebita, destruir las murallas laterales y arrasar el viejo puente de sillería que unía las dos bandas del pueblo. Animales domésticos fueron arrastrados por la corriente y algunos vecinos salvados casi milagrosamente. El año 1926 ha quedado en los anales de la historia local como el “año del temporal”. La vetusta palma que hoy tenemos la suerte de contemplar, sobrevivió al temporal; esperemos que los bichos o cualquier otra circunstancia no acaben con ella.

El paraje conocido por Las Dos Palmas

En relación con lo expuesto anteriormente, la consulta de distintos protocolos en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas nos abre una vía para profundizar en el conocimiento de la toponimia del lugar y encontrarnos con la agradable sorpresa que el paraje donde se localiza la palma de Paquesito se conoció siglos atrás con el nombre de DOS PALMAS, que, al igual que algunos topónimos expuestos anteriormente han desaparecido con el paso del tiempo, lo que vendría a corroborar la existencia de una palma “gemela” y establecer nuevas conclusiones historiográficas en virtud del conocimiento del espacio geográfico y los hechos históricos acaecidos en el lugar.

Ya desde el siglo XVI, se describe el paraje de “Las Dos Palmas”, ocupando distintas cadenas de tierra de labor bajo riego, a uno y otro lado del cauce del “barranquillo del Ingenio”, encontrándose en su perímetro el molino hidráulico de moler grano existente en la actualidad, al que se conoció en siglos pasados como el “molino de Rosado” en razón al que fue su propietario Hernando Rosado y en la actualidad por “Antoñico Bordón”, uno de sus últimos molineros. Durante cinco siglos las dos palmas han caminado juntas con el molino de grano en lo que se refiere a la gestión del terreno donde se ubicaban.

Nos tenemos que remontar al año 1525, cuando se describe el lugar formando parte de la propiedad del ingenio azucarero como un parral junto a un molino de pan moler. La primera referencia documental en razón a las dos palmas, la encontramos en la antigua Contaduría de Hipotecas de Telde en la que se reseña que mediante escritura ante el escribano Jerónimo Bautista con fecha 1 de agosto de 1545, Alonso de Illescas (fue propietario del Ingenio de la Vega de Aguatona una temporada), siendo vecino de la Isla dio a tributo perpetuo al portugués Hernando Rosado un parral con un molino y una casilla situado todo en el heredamiento de Agüimes que está junto uno de otro con el agua que dicho molino y parral tienen en el Ingenio donde dicen las dos palmas con cargo y obligación de pagar doce doblas de oro de a 500 maravedís de la moneda de aquel tiempo.

Llegados a 1612, por escritura ante Andrés Rosales, fue Benito Alonso de Mesa el que vendió a la Fábrica Catedral el mismo tributo perpetuo de 89 reales y 14 maravedíes de rédito anual a pagar a Juan Álvarez, vecino de la Villa de Agüimes por el mismo parral, molino y casa donde dicen las dos palmas, De nuevo, en 1664 el capitán Matías Espino Pelos, ante Tomás de Melo, escribano de número de la Isla, hizo reconocimiento y se obligó a pagar anualmente a la Fábrica Catedral 4.286 maravedíes que le pertenecía y hubo dicha fábrica de Benito Alonso de Mesa el cual estaba impuesto sobre un parral y un molino con su casilla, todo junto, en la Villa de Agüimes donde dicen las dos palmas, lindando con el barranquillo que va a dar a las cuevas de Martín Pablos (barranquillo del Ingenio), por otra parte con una suerte de tierra de la Candelaria y otra de los de Tubilleja y por abajo el herido del Ingenio con cuyo cargo lo compró el Capitán Matías Espino de Manuel de Melo, Ana de Castro, su hermana, y Luis de la Cueva, vecinos de la Villa de Agüimes, hacía cuatro años por escritura ante Fernando de la Cruz, escribano de Telde.

Queda suficientemente acreditado y localizado el paraje que se conoció por Dos Palmas al menos desde el año 1545, donde se encontraba una propiedad con un viñedo, casa y molino de grano, sometido a un gravamen de tributo, integrado en la actualidad en el Parque Néstor. Por tanto, cabe entender que ya por ese año existían dos palmas bastante crecidas en función del nombre del lugar. Por otro lado, la presencia de dos palmas hasta 1926, podría explicar que pudiera tratarse de las mismas que el topónimo nos sugiere en el siglo XVI, sin que ello presuponga ninguna afirmación personal categórica, tan solo deducida a través de documentos que habrían de complementarse con estudios dendrocronológicos en razón a si eran las dos palmas de mediados del siglo XVI las mismas que existían en 1926 de la que sobrevivió la de “Paquesito”.

El Sargento General de Batallas D. Luis de Aguiar y Toledo

A partir del siglo XVIII, los terrenos donde se encuentra la palma y el molino van a estar vinculados a la Capellanía fundada por D. Luis de Aguiar y Toledo al que algunos autores han señalado como el militar de más alto rango vinculado a Ingenio, al haber llegado a la graduación de Sargento General de Batallas, clase superior al de Mariscal de Campo, ostentado por el carrizalero Francisco Tomás Morales Afonso, cargos equivalentes en la actualidad al de teniente general y general de división, respectivamente. Leemos en alguna biografía que nació en la parroquia de Agüimes en 1633; según Pedro Hernández Benítez nació en Telde. No se le conocen herederos directos. Formado desde muy joven en la Península desarrolló una larga carrera militar hasta alcanzar su graduación con la que llegó a ocupar el cargo de Gobernador General en Nieuwpoort (Flandes), desde donde mandó un cargamento de ropas y tejidos en 1697, por cuya venta se fundaría una Capellanía con pensión de tres misas semanales en una ermita que se fundaría en Sardina bajo la advocación de San Nicolás de Bari, encargando que de su importe se adquiriesen bienes raíces para dotar a la Capellanía en la que actuaría como capellán su sobrino Nicolás Roberto de Aguiar. Los bienes que se obligaron en tal patronato incluían entre otros una hacienda de tuneras y frutales con un molino de pan moler en el barranquillo del Ingenio. Luis de Aguiar falleció en Flandes en 1701 y fue sepultado en el templo de Nieuwpoort en cuya lápida se hace constar que era natural de la Villa de Agüimes.

Desde 1684, las hermanas Gerónima, María y Catalina, como hijas y herederas del Capitán José García y María de la Concepción, junto a su hermano el presbítero Luis García, habían seguido causa ejecutiva contra el Capitán Matías Espino Pelos y su mujer por corridos de un censo de 5000 reales de principal impuestos sobre el oficio de escribanía pública en que se embargaron diferentes bienes, entre ellos el cercado que dicen del Ingenio con su árboles frutales que está en el Ingenio de la Villa de Agüimes con todo lo que les pertenece de paredes y demás accesorios y así mismo el molino de dicho Ingenio. Al fallecimiento del Capitán Matías Espino Pelos el litigio se siguió con sus herederos el licenciado Diego Espino Carbajal, presbítero y Simón Espino Carbajal y sus hermanas, cuyos bienes fueron otorgaron por la Justicia en 1710 a los herederos de José García y María de la Concepción que a su vez decidieron venderlos a Luis de Aguiar como patrono de la Capellanía fundada por su tío Luis de Aguiar.

Las hermanas otorgan poder al sacerdote Luis García para poder vender a los representantes legales del Patronato el cercado que dicen del Ingenio, jurisdicción de la Villa de Agüimes con sus árboles frutales, tierra calma, cercas, paredes y demás accesorios que le pertenecen y así mismo un molino en dicho Ingenio, bajándose de los 9785 reales en que fue apreciado distintos tributos, cuyos réditos se pagaban a la Fábrica Parroquial de Agüimes, Real Fisco de la Inquisición, Fábrica de la Iglesia Catedral, a los propios de la ciudad y al venerable cura de la Iglesia Parroquial de la Villa de Agüimes. Los bienes pasan a la Capellanía para así cumplir la voluntad del militar Luis de Aguiar sobre las tres misas rezadas después de su fallecimiento. La propiedad con el molino de pan moler tenía una superficie de dos fanegadas, lindando por la parte de arriba con la hacienda de Juan López, por abajo sitios de José Sardina y otros, por un lado el camino del Abreviadero y sitios de Francisco Jaén, casas del lugar del Ingenio y huerta de Joseph Sánchez.

Desde que el terreno pasó a la Capellanía de Luis de Aguiar a partir de principios del siglo XVIII, no hemos podido encontrar ningún tipo de documentación que haga referencia al paraje de las “dos palmas”, pero ahí queda la de Paquesito como testigo mudo de los acontecimientos históricos que hemos relatado.LA PROVINCIA

Fuente: https://www.laprovincia.es/gran-canaria/2022/05/09/palma-paquesito-65872193.html

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