POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Cuando llegué a Sahagún (León) en 1963 para dirigir el Colegio de Enseñanza Media, recién fundado allí, conocí e hice muy buena amistad con un experto agricultor, don José Sahagún, hombre amante de la tierra y lleno de esa filosofía que proporcionan las labores agrícolas , siempre basadas en la experiencia y en el trabajo.

Eran días de sementera y había que madrugar para poner el terreno en óptimas condiciones de abrazo a la semilla.

«Mire, don José (el Sr. Sahagún siempre me trató de «don»), usted es muy joven y no sabe que para trabajar con eficacia no pueden faltar ni la PARVA ni la SOSIEGA. Usted no sabe lo qué es eso ni conoce su importancia».

¡Claro que lo sé!, le respondí. Y haciendo alarde de fanfarronería asturiana añadí: «¡¡Los asturianos lo sabemos todo… y además lo practicamos!!”

Ustedes se habrán dado cuenta que en Asturias ya se ha olvidado eso de «la parva» y «la sosiega». Conviene que lo recordemos.

Las labores de siega, cuando la siega se hacía a «guadaña» a la que previamente había que «cabruñar» y «afilar» (véase la foto) comenzaban muy de madrugada, casi antes de salir el sol.

Era un trabajo rítmico y duro, de brazo y arte, y los segadores, tras unas horas de labor, necesitaban «reponer fuerzas» con un pequeño refrigerio. Un poco de chorizo o de jamón con pan, queso, frutos secos, galletas… y NECESARIAMENTE, una copita de licor para con ello. Lo frecuente era aguardiente, anís, brandy…

¡Ojo! La «parva» no era el desayuno («l´almuerzu»), que ese vendría después y en abundancia. Ya lo advertía el refranero:

.»Buena parva trai mal almuerzu
Bon parvear trai mal comer.”

La parva era llevada al campo por las mujeres de la casa y como el sol aún apuntaba en sus despertares, pues eso:

«Déxame subir al carru,
carreteru de Colunga;
déxame subir al carru,
que esta nueche non fai lluna.»

Y si los compañeros segadores, como en parada de descanso,
querían «observar más de la cuenta», se les recriminaba con cariñosa «reprimenda»:

«Segador que tas segando
debaxu de la borrina,
si non corta la guadaña
saca la piedra y afila.»

A media mañana, es decir a eso de las once, había que tomar otro tentempié a modo de moderno «lunch».

Y como no había nombre para designar ese suceso se dio en decir «TOMAR LAS ONCE».

Pasó el día.- La cena casera invita al descanso; pero «el cuerpo pide algo más», algo que le de sosiego, estímulo, paz, alegría.

A lo mejor hubo «andecha » de mayada, de esfoyaza, de filandón, de sallu o de randu… Si, el cuerpo necesita ese ¡ixuxú! que solamente proporciona un «copetusín» de licor antes de acostarse.

Ese traguín, esa copita de aguadiente, de anís dulce, de anís de guindas… es LA SOSIEGA.

Benia de Onís, capital municipal de Onís (Asturias) celebra la FIESTA DEL SEGADOR en los finales de agosto.

Desde hace unos años intenta recuperar «la parva de la siega».

Nosotros, desde aquí, recordamos esta costumbre colunguesa, tal como lo cuenta don Braulio Vigón en su «Vocabulario Dialectológico del Concejo de Colunga», redactado a finales del siglo XIX.

Y, por supuesto, el recuerdo, emocionado siempre, de mis «años sahaguneros».