POR RAFAEL SÁNCHEZ VALERÓN, CRONISTA OFICIAL DE INGENIO (CANARIAS)
Llegados a la XVI edición de las Jornadas y en virtud del objetivo marcado por el Club de Caza sobre la conservación y rescate de las medianías “del Ingenio”, se ha planteado la necesidad de evocar como temática de los actos un acontecimiento importante como es la fiesta de San Antonio de La Pasadilla de gran tradición durante más de medio siglo, cuyos actos populares han dejado de celebrarse en los últimos años, conservándose solamente los religiosos con la función y procesión del Santo.
Los caseríos rurales de La Pasadilla, Roque de Juana de Trejo, Vijete y casas dispersas de la Cumbre estuvieron durante siglos casi aislados, carentes de los más elementales servicios, unidos al núcleo urbano de Ingenio solo a través de angostos senderos. Fue en la década de 1930, con la puesta en servicio de una escuela mixta y la construcción de la carretera desde Ingenio cuando los caseríos cumbreros empiezan a salir de su aislamiento.
Creada la fiesta en honor de San Antonio en 1945, por agosto de 1946 el Ayuntamiento de Ingenio concede la cantidad de 75 pesetas (0,45 €) a la comisión organizadora de los actos religiosos a celebrar en La Pasadilla. En enero de 1947 el vecino José González Rodríguez dona a la Parroquia de la Candelaria un solar de 360 metros cuadrados con la condición de que se fabrique una iglesia para atender las necesidades espirituales del vecindario, dedicándose el resto a Plazuela. Por junio de 1947 son ya 500 pesetas (3 €) las que concede el Ayuntamiento para ayudar a los festejos para revistieran el carácter de solemnes en lo posible. El 21 de diciembre de 1947 se celebró una misa oficiada por el párroco Andrés de la Nuez en el local de la escuela con la bendición y colocación de la primera piedra de la ermita con asistencia del alcalde y varios concejales. La ceremonia fue amenizada por la rondalla “Campos del Sur”, dirigida por el maestro José Suárez Martín. El Gobernador Civil donó 1.000 pesetas para la obra, mientras que los vecinos se aprestaban a colaborar personalmente en su construcción. Las fiestas de 1948 fueron muy sonadas con un programa muy atractivo: engalanado de la Plaza de San Antonio, quema de una hoguera en el Fugón, voladores, banda de música, feria de ganados, función religiosa con asistencia de autoridades locales, procesión de la imagen de San Antonio hasta El Roque, luchada de selecciones del Maninidra, exhibición de bailes típicos del siglo pasado por parte de las ancianas del barrio, carrera de burros desde el Fugón, paseo amenizado por la banda y quema de fuegos artificiales, actuando de presidente de la comisión de festejos José González Rodríguez. Por aquel año la ermita se hallaba en construcción y se recibe la noticia del fallecimiento en Cuba del benefactor, hijo predilecto de Ingenio Antonio Rodríguez Medina donante de la imagen de San Antonio de Padua que fue bendecida en enero de 1949 y llevada a la Pasadilla en las fiestas de 1949 que se repitieron con un variado programa, destacando la carrera de caballos desde el Fugón, como curiosidad el transporte de músicos y rondalla costó 225 pesetas (1,36 €). De nuevo en 1950 los actos se desarrollaron con un programa parecido al de años anteriores destacando la quema de fuegos artificiales confeccionados por el pirotécnico Ignacio García, presentando dos «platillos volantes» que había inventado. Ya solo quedaba para terminar la obra de la ermita el techo y el revestimiento de sus paredes que culminarían en los primeros años de la década de 1950. Las fiestas continuaron celebrándose durante los años siguientes con asistencia no solo de vecinos del barrio sino de todo el municipio y pueblos vecinos.
Una coplilla se escuchaba por aquellos primeros años:
San Antonio milagroso
santo de las maravillas
mira con ojos piadosos
al Roque y la Pasadilla.
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