POR MIGUEL FORCADA SERRANO, CRONISTA OFICIAL DE PRIEGO DE CÓRDOBA (CÓRDOBA)
“Todo lo que veo me sobrevivirá”.
Fue en el año 1994 cuando, por iniciativa del pintor Antonio Povedano, se produjo en Priego la primera exposición colectiva con obras de algunos de los mejores pintores paisajista de España: Luis García Ochoa, Agustín Redondela, Fernando Almela, Juan Manuel Brazán, Cirilo Martínez Novillo, Manuel Prior, José Sánchez Carralero, Antonio Suárez, Antonio Zarco, Agustín Úbeda y el propio Antonio Povedano. Servía aquella exposición de fondo y respaldo de los Cursos de Paisaje que desde 1988 impartía Povedano en Priego.
A partir de 1996 se puso en marcha un proyecto mucho más ambicioso, el de crear un Museo dedicado a la pintura de Paisaje, para lo que el pintor criado en la aldea de “El Cañuelo”, respaldado siempre por el Patronato Adolfo Lozano Sidro, desarrolló una estrategia para conseguir obras de los mejores pintores paisajistas españoles de la segunda mitad del siglo XX. Paralelamente, el Ayuntamiento de Priego asumió la construcción de dos salas de exposición en las que ubicar la primera fase de dicho Museo del Paisaje. Durante casi una década se convocó también el “Premio Nacional de Paisaje”, dotado con un millón de pesetas, que aportó obras de artistas tan relevantes como Salvador Montó, Joaquín Millán, Ricardo Sánchez Grande, Guillermo Oyagüez o Evencio Cortina. Por otra parte, los mejores acuarelistas participaron en jornadas y simposios dejando aquí obras de altísima calidad.
El llamado “Centro de Arte Antonio Povedano del Paisaje Español Contemporáneo”, inaugurado en junio del año 2000 sigue abierto diariamente en la actualidad, lo que, para una pequeña ciudad como Priego, es poco menos que una proeza. Pero además, durante estas dos décadas, la pintura de paisaje ha tocado cumbres con frecuencia, por medio de las exposiciones temporales organizadas para mostrar en Priego la obra de artistas tan destacados como Ignacio Pinazo, Luis García Ochoa, Guillermo Pérez Villalta, Miguel Rodríguez Acosta, Antonio Zarco, Teresa Duclós, Manuel Jiménez, Rafael Blanco, Luis Paltré, Dayse Feijó o Francisco Escalera.
Sofía Madrigal es, sin duda, otra cumbre del paisajismo español contemporáneo. Su obra, sin embargo, acostumbrados como estamos en Andalucía a pintura de mucho colorido, nos resulta en principio extraña, oscura y enigmática. Una contemplación más detenida, nos hace descubrir otros valores e incluso variedades de la técnica pictórica que acaban envolviéndonos y haciéndonos gozar íntimamente.
Ana Doldán de Cáceres nos descubre en el catálogo del Museo Esteban Vicente “El bosque de Ofelia”, algunos de los secretos que se esconden en los cuadros de esta artista segoviana: “Sofía Madrigal realiza una paleta de color muy sobria, a base de óxido de hierro negro y amarillo, sombra natural, sombra tostada, blanco de zinc y de titanio, azul de Prusia, amarillo cadmio, verde botella, ocres, marrones, rojo inglés y últimamente ha descubierto una serie de rojos que le fascinan. Estos colores son la base de la obra que, tras un trabajo continuado sobre el cuadro, deriva en un enriquecimiento de la paleta que dota de gran profundidad a la obra. El registro de Sofía Madrigal es apagado, silencioso y tranquilo.”
Y sobre la técnica, hemos de reconocer la originalidad y el tratamiento de los temas: un bosque denso en el que se oculta una pequeña casa, los edificios grises y apelmazados de una gran ciudad, sus espacios siempre solitarios, la geometría implacable de las ramas de un árbol en pleno invierno…
Tras invitar a los espectadores de esta exposición a realizar esa contemplación detenida, quiero agradecer al Museo Esteban Vicente de Segovia y especialmente a su directora, Ana Doldán de Cáceres, su extraordinaria ayuda en la preparación de esta muestra en Priego.
Miguel Forcada Serrano
Director del Museo Adolfo Lozano Sidro.