JOSÉ ANTONIO FIDALGO, PROFESOR DE FÍSICA YA JUBILADO Y CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA, LO ENSALZÓ EN UNA CLASE MAGISTRAL DE PENSAMIENTO CIENTÍFICO, GRACIA E INGENIO
«Es una pena que el pueblo donde nació Agustín de Pedrayes, Lastres, sea conocido por la serie del Doctor Mateo». Así de contundentes comenzaron los versos que el periodista José Antonio Olivar, subdirector de la revista «¡Hola!», dedicó al matemático en el homenaje que la asociación maliayesa «Cubera» y los lastrinos le rindieron ayer en la cofradía de pescadores «Santa María de Sábada».
Olivar pidió, además, «que se subsane la injusticia» del olvido al que ha estado condenado el científico, sólo recordado por «una placa que predica en el desierto» en la fachada del edificio que ahora sustituye a su casa natal y en un vial que más que una calle es «una ristra de ajadas escaleras». El periodista clamó para que «el Ayuntamiento duplique esfuerzos» en este reconocimiento, pues gracias al matemático los nombres de Lastres y Colunga «traspasaron fronteras», añadió.
La celebración, el año pasado, del bicentenario de su muerte y el esfuerzo de quienes sí están interesados en reivindicar la figura de Pedrayes lograron que el salón de actos de la cofradía se quedase ayer pequeño para acoger a todos los asistentes. Acudieron representantes de la Corporación colunguesa y del Parlamento asturiano, además de nombres del ámbito educativo, científico, empresarial y social tanto del concejo como de la región. El acto fue «un paso en el proceso cansino y tedioso» de recuperar la figura de Pedrayes, según describió Etelvino González, presidente de la asociación «Cubera», que ayer presentó el número 48 de su revista, donde le dedica tres artículos y un editorial «en un intento» de valorar su figura.
Quien lo ensalzó en una clase magistral de pensamiento científico, gracia e ingenio pedagógico fue José Antonio Fidalgo, profesor de Física ya jubilado y cronista oficial de Colunga. Dijo de Pedrayes que «contribuyó tanto como la televisión a la comunicación de la gente», pues trabajó en la definición de un sistema internacional de medidas, el metro. Hasta aquel momento, finales del siglo XVIII, las formas de medir variaban de una región a otra, un galimatías que se resolvió con el sistema métrico decimal diseñado en aquel Congreso Internacional de París en el que a Pedrayes le conocían como «el sabio español».
Sin embargo, en España el científico lastrín vivió «para sus investigaciones, para sus alumnos y para su olvido», expuso Fidalgo, quien resumió el destino de los sabios entre el apedreamiento y la acusación de locura. «Pedrayes fue humillado por el olvido de mucha gente, incluso de los colungueses, que teníamos que estar levantando la bandera de su orgullo», añadió el físico, para quien el acto de ayer «viene a compensar los 200 años de olvido a su persona».
Casi el mismo periodo de abandono tuvieron las matemáticas, una disciplina que vivió un momento dorado con Pedrayes pero que luego cayó en desgracia. Así lo rememoró el catedrático de Álgebra de la Universidad de Oviedo Santos González, que ayer glosó en Lastres la figura de su colega. Lo hizo cuando se van a cumplir 25 años de la primera cátedra de Matemáticas en la institución ovetense, una «disciplina tan básica, necesitada por la ciencia y por el mercado laboral en esta nueva economía digital». González trata de impulsar este campo desde la cátedra de Inteligencia Analítica que dirige también en Oviedo.
El 26 de febrero de 2015 se cumplió el bicentenario de la muerte de Agustín de Pedrayes, una efeméride que muchos consideraron idónea para que al menos Colunga -y el Principado- saldara esa deuda con el científico lastrín. Durante la primavera el Ayuntamiento organizó una conferencia, talleres de juegos matemáticos y la final de la Olimpiada Matemática, pero el reconocimiento continúa reducido a la placa, «entre el moho del olvido», como describió Olivar, mientras los turistas todavía buscan una fachada de ficción.
Fuente: http://www.lne.es/ – P. Martínez