EL CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES) Y MONTEHERMOSEÑO DE NACIMIENTO, DOMINGO QUIJADA ASEGURA QUE CONTIENE LOS NOMBRES DE VÍCTIMAS DE AMBOS LADOS
¿Qué es Historia y qué la exaltación de una dictadura? ¿Dónde está la línea que divide el recuerdo a las víctimas y los honores a los vencedores? Después de 79 años del fin de la Guerra Civil española, estos asuntos aún no parecen estar claros.
La retirada de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos es la última polémica que ha saltado a los medios nacionales sobre este asunto, pero no la única que se mantiene viva. En los pueblos y ciudades de nuestro país, también de nuestra comunidad, hay microhistorias que dejan claro que la memoria histórica continúa siendo un tema controvertido.
Una de ellas se vive en la localidad de Montehermoso desde hace más de un mes. Allí, como en tantos otros pueblos, la iglesia luce una placa con la lista de nombres de los «Caídos por Dios y por España» y donde José Antonio Primo de Rivera continúa «Presente».
El cronista oficial de Navalmoral de la Mata y montehermoseño de nacimiento e historiador, Domingo Quijada González, asegura que la placa contiene los nombres de los caídos de los dos bandos en conflicto, el nacional y el republicano.
Según Quijada, Montehermoso cayó a los dos días del golpe de Estado de Franco en el bando nacional. Al poco tiempo, «325 jóvenes fueron llamados a filas» para combatir por las huestes franquistas. Esto explicaría que, según este historiador, la guerra se cobrara la vida de 42 montehermoseños, «37 del bando nacional y cinco del republicano».
De estos 42 fallecidos, solo los restos de uno pudieron ser traídos al pueblo, gracias a que «su familia era pudiente», explica Domingo Quijada. Por este motivo, una vez acabada la guerra, los familiares de las víctimas decidieran hacer una placa con los hombres de todos lo caídos, «fue una idea de las familias, ni del ayuntamiento ni de Falange, costó unas 1.000 pesetas, que dividieron entre todos, por lo que tocaron a unas 15 pesetas cada uno». Por eso la placa recogería el nombre de todos los fallecidos del pueblo, «salvo tres o cuatro republicanos y alguno nacional», afirma Quijada.
Este hecho es una singularidad, puesto que muchas de estas losas solo resaltaban a las víctimas franquistas. Pero además, se da el caso de que la placa es propiedad privada, puesto que fueron las familias de las personas que aparecen en ella quienes la sufragaron.
La polémica ha saltado a los medios de comunicación, redes sociales y, sobre todo, a las calles de Montehermoso porque la Consejería de Cultura e Igualdad a través de Patrimonio realiza obras de mejora en el coro y el ábside de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que tiene la placa en su exterior.
Según la Ley de Memoria Histórica, en su artículo 15, las administraciones públicas «tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura». Y entre estas medidas, la ley contempla expresamente, «la retirada de subvenciones o ayudas públicas».
La polémica crece porque el actual ejecutivo regional afeó en 2015 que el gobierno de José Antonio Monago concediera una subvención de 15.000 euros para arreglar la iglesia de Navaconcejo que mantenía una placa franquista.
En el caso de la iglesia montehermoseña, y según el Diario Oficial de Extremadura, el arreglo del templo tiene un importe de adjudicación de 121.193 euros.
En este sentido, la Consejería de Cultura asegura que la placa no se ha retirado «durante la obra de rehabilitación de la iglesia debido a la reclamación de un grupo de vecinos que se han declarado propietarios de la placa».
De hecho, la retirada estaba programada para el pasado 12 de septiembre a las 07.00 horas de la mañana. Sin embargo, varias fuentes aseguran que había gente esperando desde las 05.00 horas para evitar que retiran la placa.
Nocturnidad y alevosía
La forma en que se iba a retirar la placa ha despertado las quejas de algunos montehermoseños. Domingo Quijada critica que se quisiera hacer «con nocturnidad y alevosía», así como que «no se consultara previamente a los expertos en memoria histórica ni se informara a las familias». La misma opinión comparte el portavoz del PP en el ayuntamiento, Ananías Marín, «sabemos que la placa se tiene que quitar, pero nos hubiera gustado que antes se avisara a las familias».
El destino de la losa sería el cementerio, pero parte de los descendientes de las personas que aparecen en ella se niegan a este fin. Ante la falta de acuerdo, la Consejería ha dado un ultimatum, la placa se retirará y «se depositará en las dependencias municipales para que sea retirada por sus dueños cuando estimen», ha confirmado a este periódico.
Por su parte, la diócesis de Coria-Cáceres asegura que en este tema el obispado está actuando «conforme a Derecho y dentro de los cauces normales y habituales de cooperación con las administraciones públicas (en este caso, con la Junta de Extremadura), sin incurrir en causas de inhabilidad para percibir subvenciones públicas para restauración y conservación del patrimonio histórico».
La alcaldesa de Montehermoso, María del Mar Mateos, no ha contestado a este diario. Sí lo ha hecho el concejal de Urbanismo, Raúl Martín, que corrobora la falta de acuerdo entre quienes quieren retirar la placa y quienes no. Será la empresa adjudicataria de las obras de rehabilitación de la iglesia quien proceda a retirarla. Según Martín, como puede romperse en el traslado, debido al estado en que se encuentra, el ayuntamiento ha propuesto a las familias hacer otra placa con los nombres de las víctimas pero sin las alusiones a José Antonio Primo de Rivera ni el eslogan franquista.
Incluso como propone Domingo Quijada, que la nueva placa incluya a todas las víctimas de la guerra de Montehermoso, con los nombres de quienes no quisieron o pudieron sufragar en su día la losa.
Javier Marín, concejal de IU en el ayuntamiento montehermoseño, se muestra a favor de trasladar la actual al cementerio, «para que cada uno le dé el homenaje a sus familiares que considere oportuno, porque es allí donde se debe honrar a los difuntos». Mientras llega el acuerdo, la placa continúa en el muro de la iglesia. Carmen Hernández Mancha
Fuente: https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/placa-discordia_1119529.html