PILAR BACAS PUBLICA UN TRABAJO SOBRE ESTE LUGAR PARA QUE NO SE PIERDA EL PATRIMONIO URBANO Y VERDE DE LA CIUDAD Y AGRADECE LA AYUDA DE MERCEDES PULIDO, JAIME NARANJO Y DEL CRONISTA OFICIAL FERNANDO JIMÉNEZ BERROCAL
El próximo 28 de enero se presentará en el Ateneo de Cáceres el trabajo de investigación de Pilar Bacas Leal ‘Un jardín en la plazuela’. Es un folleto muy documentado y con numerosas fotografías, que recoge la historia de la Plaza de San Juan.
Pilar Bacas comenta que al hacer el trabajo le ha sorprendido ver lo que significa este lugar para la ciudad: «Ha sido el lugar más importante de Cáceres -afirma-, el punto neurálgico de la ciudad. Era más importante que la Plaza Mayor. El primer ensanche extramuros fue la corredera de San Juan, la corredera que daba al campo, por donde pasaba el ganado de la cañada soriana occidental».
Explica que hasta el final del siglo XIX la ciudad terminaba en la casa de Las Chicuelas, en donde estaba la ermita de San Antón, que ha dado nombre a la calle. Había entonces dos caminos importantes de entrada a Cáceres. Uno era el Camino Real, que venía del Sur, procedente de Mérida y Badajoz, «que llegaba al Puente de San Francisco con un paseo precioso de álamos que pasaba por el Convento de San Francisco».
La otra entrada se encontraba en la actual Plaza de Toros, en donde confluían los caminos de Casar de Cáceres, Trujillo y Monroy. Bacas asegura que San Juan era el lugar de paso ineludible a la hora de comunicar los dos caminos. Dice que había la posibilidad de recorrer las calles Camino Llano y la calle Clavellina, San Pedro, San Juan, Pintores, la plaza de la Concepción y Barrio Nuevo; y otra opción era pasar por Camino Llano, Clavellinas, Parras, Zurbarán (antes Matadero) y San José. «La calle Clavellinas entonces se llamaba la calle Rabo de Gato y era el acceso a la ciudad, era la M-30 de Cáceres», afirma sonriendo.
En el trabajo se indica que el arrabal de San Juan se empezó a desarrollar a partir de la conquista cristiana de 1229, construyendo la iglesia de San Juan en el siglo XIII o en el XIV. Un detalle curioso es que hasta principios del siglo XVIII se cerraban todas las noches las puertas de la muralla, siguiendo un protocolo: la Puerta Nueva, Santa Ana, el Cristo, el Socorro y la de Mérida. La de Santa Ana era la que daba acceso a San Juan, y antes era una puerta más grande que la actual.
En la colación de San Juan se asentaron muchos ganaderos y pastores, la mayoría trashumantes, y por eso se llamaba a la Iglesia de San Juan de los Ovejeros. La Plaza de San Juan comenzó a ser importante en el siglo XVI, al hacerse aquí el mercado de ganado.
Un detalle que se ha perdido con el tiempo era un crucero que estaba en el centro de la Plaza. En los escalones del crucero era donde se ponían los alfareros de Arroyo a vender los cántaros y pucheros. En 1903 se trasladó a San Blas.
En el trabajo de Pilar Bacas se descubren detalles interesantes, como el empedrado portugués de la Plaza. Afirma que diversos historiadores dicen que ese empedrado fue obra del alcalde Antonio Silva, por ser natural de Olivenza, pero ella asegura que la obra se hizo después de que él fuera alcalde, que lo fue en dos periodos, de 1923 a 1924 y de 1934 a 1936. «La plaza de San Juan se adoquinó a instancias de Narciso Maderal, el primer alcalde franquista. Él era zamorano y encargó al jefe de jardines de Zamora el proyecto». El empedrado portugués de San Juan se realizó en los años 1939 y 1940. Hubo otras plazas con empedrado portugués: el de la Plaza Mayor que se hizo en 1940 y el de la Plaza de la Audiencia en 1941.
Pilar Bacas agradece la ayuda que ha tenido para hacer el trabajo de Mercedes Pulido; Fernando Jiménez Berrocal, cronista oficial de Cáceres; y Jaime Naranjo. También da las gracias a Julia Suárez que ha diseñado la cubierta.
Ella ideó hacer este libro cuando el año pasado se reformó por última vez la Plaza, ante el riesgo que había de que desapareciera gran parte del jardín y se hiciera un paseo con una fuente. Terminada la obra señala que por lo menos se ha respetado el jardín, pero indica que el empedrado ha quedado, «algo cutre. Lo han dejado todo muy bien para las terrazas, que parece que es lo que importa ahora, más terrazas y terrazas. La vegetación se puede mejorar, porque el seto está fatal y el jardín debían ponerlo más bonito».
El folleto es el tercero que hace CáceresVerde para defender el patrimonio urbano y verde de la ciudad. El primero fue sobre la avenida Virgen de Guadalupe y el segundo de la Avenida de la Montaña.
El de San Juan se puede comprar por tres euros en el Ateneo y en librerías y papelerías, como Pléyades, Figueroa, Márquez, Boxoyo y Marisol.
Fuente: https://www.hoy.es/ – SERGIO LORENZO