POR DOMINGO QUIJADA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES)
Muchos son -y han sido- los vecinos de Navalmoral -y del resto de la comarca- que, al pasar por los alrededores de la antigua Plaza de Abastos (actual Teatro del Mercado) de nuestra localidad, han visto escrito ese nombre en la placa que señala este espacio público, sin saber a ciencia cierta el motivo de esta titulación. Como imagino que habrá quien desee conocer la causa y el origen de este nombre, expongo a continuación un breve resumen del mismo, pues tiene una historia muy interesante. Centrémonos primero en el espacio físico que ocupa.
Hasta mediados del siglo XIX (como podemos apreciar en el conocido plano de Francisco Coello, primera imagen), en ese lugar finalizaba el casco urbano por su sector meridional. De él partía el “camino de las Cuestas”, con dirección a Millanes y Belvís. Y, junto al mismo (al sur), desde muy antiguo (en el siglo XVIII ya existía) surtía un excelente agua la “Fuente de los Caños Viejos” (segunda imagen), cuyo manantial se halla en un huerto del «Molinillo» (traseras de ese barrio), contiguo a la calleja de este nombre; que fue reparada en 1842 siendo alcalde de Navalmoral Mateo Samaniego, quien le añadió a los surtidores un friso con carátulas romanas (desaparecido cuando la derribaron en 1969, “porque estorbaba” (aunque había otro motivos…), y sustituido por una réplica al ser restaurada), tal vez procedente de Talavera la Vieja (era suegro del médico don Emilio Arroyo, natural de esa villa, la Augustóbriga romana). Desde entonces, su nombre oficial era el de «Fuente de los Tres Caños». Y, a finales del siglo XIX, cuando se hacen los «Caños Nuevos» (para diferenciarlos), pasa a denominarse «Caños Viejos».
El agua que fluía de los mismos se recogía en un “pilar magnífico (redondo) para los ganados y tres charcas de piedra sillería admirables para lavar las ropas». Por eso, a esa explanada se le dio el nombre de «Llano del Pilar» (en 1849, cuando el citado Mateo Samaniego edifica el lagar de aceite (ubicado entre las actuales calles Luis Julve y Samaniego, y que más tarde vende a la familia González Serrano, así consta) y “Plaza de las Charcas” (hasta 1917, como veremos cuando se le cambia el nombre).
En ese lugar celebraban antiguamente los Mercados de ganado y ferias de ganado (tercera imagen).
Pero, como decíamos, los nombres anteriores («Llano del Pilar» y “Plaza de las Charcas”) se cambiaron por el de “Plaza de Vázquez” en julio de 1917 (fecha que coincidía con una gran hambruna, debido a la “Crisis de Subsistencia emanada de la 1ª Guerra Mundial y sus consecuencias), «teniendo en cuenta esta Corporación que desde tiempo inmemorial (siglo XVI) viene disfrutando esta Villa anualmente de un gran beneficio por el donativo hecho en la Memoria fundada por D. Francisco Vázquez (aunque, en realidad, fue su esposa, María Ponce, la que ejecuta su testamento), y que se coloque al efecto una lápida que lo recuerde» (la ponen en septiembre de ese año).
Y se preguntarán: ¿quién era ese caballero? y ¿en qué consistía esa Memoria?
Pues tendremos que remontarnos a mediados del siglo XVI, concretamente al año 1560, cuando don Francisco Vázquez, mayordomo del 3º Conde de Oropesa (D. Fernando Álvarez de Toledo y Figueroa, 4ª foto), donó los beneficios del Censo que poseía sobre parte de la Dehesa Boyal de Calzada de Oropesa; disponiendo que se repartieran cada año doscientas fanegas de trigo a 25 pobres de la Villa de Oropesa y su tierra; de la Villa de Santiago del Arañuelo (Puebla de Naciados) y su tierra (El Gordo y Berrocalejo); y de los lugares de Valparaíso, Navalmoral y Peraleda de la Mata; por iguales partes.
Aunque la limosna era escasa (unas 12 fanegas de trigo anuales, a repartir entre los más pobres de la localidad), a lo largo de los 378 años que se mantuvo (desde 1560 hasta 1938, aunque era perpetuo…) fueron miles las fanegas donadas; y puede que, en muchos casos, salvaran vidas (sobre todo en años críticos).
Lo que no me explico es por qué las Corporaciones anteriores no tuvieron el acuerdo de reconocer la labor de don Francisco. Pero es posible que desconocieran la historia de esa obra benéfica y del personaje, como hoy día todavía hay quien la ignora (aunque la hemos relatado en otras ocasiones).
Después sustituyen las tres pequeñas charcas por una laguna, que desaparecerá durante la 2ª República. Y perforan un pozo para los años de sequía, que fue tapado cuando se levantó la Plaza de Abasto (5ª imagen): inaugurada el 27 de marzo de 1954, Mercado esplendoroso durante muchos años, pero que con la implantación de los nuevos espacios comerciales tuvo que cerrar.
Por cierto, volviendo a los “Caños Viejos”, ya hemos adelantado que fue demolida en 1969. Pero se rehabilita en los años 80 con los restos hallados, más otros que se añaden o imitan, a la vez que se cambia su emplazamiento: en la plaza de Rafael Medina.
Y, respecto a la popular y clausurada Plaza de Abasto, entre el 2008 y el 2013 y tras una profunda obra de remodelación, se acondicionó como Teatro Municipal con el nombre de “Teatro del Mercado” (última foto). Inaugurado el 5 de febrero del 2014. En el transcurso de las obras apareció el pozo citado.
Con todas esas construcciones, la plaza en sí ya no existe desde 1954, sino los edificios citados rodeados por las calles que le dan nombre. Pero siempre perdurará el benemérito legado de don Francisco Vázquez con el Campo Arañuelo, entonces que se regía por lazos geográficos, históricos y etnográficos comunes (y no como ahora…).