“LA POESÍA ES UNA NIÑA” O UN NIÑO
La poesía está en cualquier persona con un poquito de sensibilidad, desde un simple cabrero que tal vez se llamó Miguel Hernández, hasta un jefe de Estado, o una alta jerarquía religiosa.
La poesía, desde luego, está más a gusto en labios de una niña, o de un niño. Porque ellos son quienes no la utilizan como medio, sino como fin. La poesía es uno de los mejores juegos a que se pueden entregar sin malicia, sin doblez, sin esperar recompensa, si no es la del gozo.
Este nuevo libro de APULEYO SOTO, “La poesía es una niña”, presenta poemas breves, ligeros, con ecos de poesía mayor, también de la tradicional, pero indudablemente dirigidos a los oídos y al corazón de los niños, que son sus destinatarios naturales.
Como afirma Luis Alberto de Cuenca en el prólogo del libro, su autor nos sorprende con este popurrí de ritmos y cadencias, con este festival de canciones que mueven a la danza de las palabras.
La gracia se tiene o no se tiene. Es difícil de conquistar para quien está desprovisto de ella. Raramente un Sosomán cualquiera puede alcanzar esa chispa ingeniosa, ese raro gracejo, esa alegría que emiten los versos de APULEYO SOTO PAJARES, OFICIAL DE LA ACEBEDA Y BRAOJOS DE LA SIERRA. Porque la tristeza está muy lejos de su corazón, y porque sabe que a los niños hay que cautivarlos con la nota de ingenio, con los juegos, con el humor explícito o latente.
Pero, además, detrás de la expresión festiva, muchas veces existe, y se encuentra, un pensamiento profundo. De ahí la grandeza de esta obra para pequeños, que no sólo hará sonreír, sino también meditar sobre las cosas del mundo.
Las ilustraciones de Fran Bravo, en su línea última, con más sugerencias que experiencias, llenas de color y plasticidad.
Fuente: http://www.diariosur.es/ – Antonio A. Gómez Yebra