POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA
Durante toda la noche aguarda el pueblo frente a las instalaciones para que no salga “el tío Molina” sin dar las explicaciones y reintegrar a los trabajadores en sus puestos. Vuelven a pedir la intercesión del alcalde, Rafael Sala García, pero no accede. La primera autoridad se presta a hablar con Luis Molina y con el Comandante de Marina, pero tampoco atiende a razones y no acepta las propuestas. Para que el pueblo compruebe la postura del gerente de las salinas, el capitán de Carabineros hace salir a Luis Molina quien interrogado en voz alta insiste en su propósito de no admitir a los obreros. Aumenta la excitación y desde el edificio se hacen más de veinte disparos de arma de fuego sobre la gente. Los capataces y el gerente son arrestados, así como un grupo de obreros que arremeten con violencia. Los autores de los disparos son puestos en libertad tras prestar declaración.
Son un total de doce detenidos de entre los alborotadores obreros: Francisco Marí Aguirre, alias el Temporal, propietario del Café de Revenga; José Alarcón Calderón; José Guillén López; Eugenio Ramis Rizo; José y Antonio Cases García; Francisco Navarro Martínez; Manuel Narbona Torregrosa; José Albaladejo García; Antonio Vidal Ibáñez; Pedro Darviaux Galiana; y José Aniorte Pastor, alias el Cuco. Hay más detenidos por estos sucesos en los días posteriores, aumentando la indignación de los obreros, estos son: Juan Rodríguez Morán, José Rebollo Hernández, Eusebio Díaz Andreu y Manuel Quiles Martínez. A consecuencia de estos sucesos son también detenidas cinco mujeres torrevejenses. Llegan a la localidad delegados del gobernador que son los encargados de restablecer el orden.
Otro periódico recoge una versión en la que es más acorde a las detenciones finales que se produjeron. Al parecer Luis Molina despide a un obrero por las amenazas que recibió de su mujer. Ésta, acude junto con otras mujeres a pedir la restitución de su marido al trabajo, recibiendo una negativa del administrador. Una gran cantidad de obreros se amotinan en los edificios de las salinas pidiendo la cabeza del administrador y lanzando piedras y otros objetos contra las ventanas de las instalaciones. El administrador no depone su actitud y el ambiente sigue caldeándose hasta que temiendo por la revuelta se hacen disparos por parte de los capataces y guardias de las salinas.
Se dice también que hay cabecillas de ese movimiento, y que todo ello, es un manejo político, de los “fingidos amigos del pueblo de Torrevieja” –refiriéndose a Luis Díez Guirao de Revenga y sus seguidores-; y que el juzgado los conoce y sabe por testigos, y por su propia observación, detalles de los sucesos, a consecuencia de los cuales, hay en la cárcel diecisiete detenidos. El diputado por Daroca, Luis Díez Guirao de Revenga, llega a Torrevieja para hablar con los detenidos, no pudiéndolo realizar por estar incomunicados, queriendo gestionar la libertad de todos o algunos de ellos.
Desde el periódico “El Diario”, de la vecina ciudad de Orihuela, se recuerda que todos estos incidentes no tienen otros responsables que los que los han alentado desde hacía cuatro meses “[…] falsas esperanzas y promesas imposibles en los hombres de buena fe […]”. Este comentario se hace en los muchos discursos de Revenga y sus seguidores, que enfrentan a las gentes contra el orden establecido y contra todo lo que está de acuerdo con los dirigentes trinistas:
“El engaño, el equívoco en que vive el pueblo de Torrevieja, comenzará a deshacerse muy pronto, pues las falaces promesas hechas con una desaprensión rallan el dolo, no se cumplen ni se cumplirán, y en cambio los hijos del pueblo, los que ganan el pan con el sudor de su frente, los parias de la fortuna, engañados vilmente, serán los que sufrirán las consecuencias de las tempestades producidas por la siembra de vientos que allí se hace y esos laboriosos obreros, sin trabajo, encarcelados, perseguidos, verán a sus hijos en la indigencia, desesperados llorando, gemirán la perdida libertad, el jornal que era la manutención de la prole querida, verán como el hogar antes risueño, aunque pobre, es un hogar triste en el que la miseria hará su presa horrible…”.
Los encarcelados en los calabozos de Orihuela son mantenidos por las arcas de aquel Ayuntamiento, y por ese motivo llegan peticiones de aportación de dinero para sufragar los gastos. Debe ser el Ayuntamiento de Torrevieja el que dote de presupuesto aquella necesidad, pero ante la inactividad de Las autoridades se procede a realizar una colecta. Desde el periódico “El Regional” se invita a todos los torrevejenses a que cooperen en el sustento de los trabajadores encarcelados. Para tal causa se llevan a cabo días de postulación en la localidad y obras de teatro en las que se recaudan fondos para el sustento de los presos.
En la madrugada del 18 de junio llegan los primeros presos puestos en libertad provisional. Doce hombres y las cinco mujeres llegan a Torrevieja, quedando aún en Orihuela cuatro detenidos. Es una gran noticia para los obreros y para los defensores revenguistas. Han recibido noticias de su libertad mediante telegrama, no llegando a Torrevieja hasta las tres y media de la madrugada. El resto de presos son puestos en libertad en breve, pese al “una mano negra”, según los vecinos, ha retrasado su puesta en libertad.
Durante el mes de julio se mantiene la tensión en las discusiones por la actitud de los responsables de las salinas y la falta de apoyo de las autoridades locales. Por todos es conocida la situación de los obreros pero son los revenguistas quienes representan mayor defensa de los intereses de los obreros. En los periódicos afines de ambos grupos políticos se suceden versiones de los hechos ocurridos y no se llega al olvido de los graves sucesos.
El 25 julio visita Revenga Torrevieja. Su llegada es inesperada y avisa que no pretende realizar discursos. Las gentes lo rodean y le siguen por la localidad. En sus palabras, no hace alusión a los políticos que han tolerado los últimos altercados obreros y sus posteriores detenciones, dirigiendo frases de perdón para sus enemigos, adornando los párrafos triunfales de su prodigiosa salutación a Torrevieja. Estando Revenga en el Casino tomando café acuden las gentes para oírlo y sin explicación las fuerzas del orden comienzan a desalojar a aquellas personas. Nada tiene explicación, ¿temen que escuchen palabras de esperanza o de aliento? Tan sólo se asegura de que su presencia no provoque aglomeración de gente ni protagonismo en la localidad.
Ante una nueva visita del Revenga a Torrevieja, se pide permiso para recibirlo en la estación del ferrocarril. Al venir la banda de música de Rojales a amenizar la llegada se aseguran de la autorización consultándolo en la misma gobernación civil. A pesar de todas estas precauciones se provocaron hechos lamentables.
El día 15 de agosto de 1913 tiene prevista la llegada Revenga a Torrevieja por causas de “fuerza mayor”, según explicaciones del periódico no llega ese día. La banda de música y todos sus seguidores están esperándole en el tren y no cesan de gritar ¡Viva Revenga! ¡Viva la banda de Rojales! El alcalde prohíbe la entrada de la banda a la población escudándose en que la autorización del gobernador es para esperar a Revenga al tren, no para un pasacalles. En la tensión del momento, y ante la no llegada del diputado se proponen entrar al pueblo en manifestación.
Antes de la llegada de Revenga, la fuerza pública lleva a cabo una descarga contra los manifestantes y a golpes disuelve a músicos y torrevejenses. Son muchos los heridos por estos hechos, y quedan patentes las actitudes de los contrarios a Revenga. En unos versos podemos comprobar cómo se vive la política en Torrevieja en torno a sus políticos, y como se sienten desamparados ante la actitud caciquil de los que ostentan el poder:
“No te aflijas, Torrevieja;
que estaremos muy tranquilos
mientras existan caciques
y haya juego en el Casino.
Deja que venga Sansano
-dice el señor Ballester,-
los dos puños en el pecho
sin temor le ha de meter.
Ya te guardarás muy fuerte
-dice el pueblo soberano-
de mirar con malos ojos
a nuestro amigo Sansano.
Hay cacique en Torrevieja
que no ha podido tragar
desde que gritan los chicos
por la noche ¡EL REGIONAL!
¡Purísima Concepción,
no nos hagas padecer!
Del caciquismo maligno
libéranos dominé.
Y con fervor te pedimos
por la salud de Revenga
por los encarcelados
en la ciudad de Orihuela.
Centella.”