POR JOSÉ A. RAMOS RUBIO, CRONISTA OFICIAL DE TRUJILLO (CÁCERES)
La fiesta en honor a la Virgen de la Asunción ha sido la más importante que se ha celebrado en Trujillo, pero por distintas circunstancias del destino, llegaría a fusionarse en un momento de la historia con la fiesta de la Patrona la Virgen de la Victoria que se instauró desde que en el siglo XVI se ejecutase una imagen que representase a la Patrona de la Ciudad y fuese colocada y venerada en una capilla construida en el castillo entre las dos torres de la fortaleza, siendo fieles al escudo municipal y cumpliendo así la tradición, transmitida de generación en generación: ”En campo de plata, una imagen de Nuestra Señora de la Victoria con el Niño Jesús en los brazos, puesta encima de una muralla almenada y acotada de dos torres, todo de gules y mazonado de plata”. El uso de tal escudo había sido confirmado por el mismo rey don Fernando III.
El origen de la festividad asuncionista surge con el proceso reconquistador. El primer ataque cristiano a Trujillo fue obra de Geraldo Sempavor, el que fuera alférez del rey Alfonso I, rey de Portugal, que aprovechando la debilidad del ejército musulmán logró conquistar la Villa en el año 1165. Pero, con motivo de un gran ataque acaecido en el año 1174, todos los territorios al sur del Tajo cayeron de nuevo en manos de los musulmanes, a excepción de los territorios que pertenecían a Fernando Rodríguez de Castro. Pero a su muerte, heredó el dominio sobre los territorios su hijo, Pedro Fernández, que reconoció a Alfonso VIII de Castilla, con dicho rey Trujillo se preparó para un nuevo ataque musulmán. Se tomaron varias medidas, la construcción de una extensa muralla que bordeara el conjunto poblacional, así como la edificación de alcázares en los extremos y puertas de acceso a la misma; y la fundación de un convento junto a la Alberca para la Orden de Truxillo en el que vivieron los freyles bajo la dirección de don Gómez, maestre del Pereiro. En el año 1196, Trujillo sufrió un nuevo ataque, cayendo en manos almohades la fortaleza y el territorio. La reconquista definitiva de Trujillo tuvo lugar en tiempos del rey Fernando III, el 25 de enero de 1233, participando en la misma las Ordenes Militares de Alcántara, Santiago y el Temple.
Los autores que hemos versado sobre Trujillo -entre los que me incluyo- hemos venido repitiendo, erróneamente, que la reconquista definitivo de la villa tuvo lugar en el año 1232, cuando en realidad la reconquista de Trujillo tuvo lugar el 25 de enero de 1233, como ya advirtió el profesor J. González en su obra Reinado y diplomas de Fernando III publicada en el año 1982. El problema radica en un defecto de una unidad en la fecha con numeración romana y que también ha sido defendido por el Académico Manuel Terrón Albarrán en el trabajo “En torno a los orígenes de la Tierra de Trujillo (1166-1233)”, publicado en el año 2006 en Actas del Congreso “La Tierra de Trujillo desde la época prerromana a la Baja Edad Media”; y en su libro Extremadura musulmana, publicado en 1991. Interesante es también el estudio de Jesús Ruiz Moreno: “1233 la reconquista cristiana de Trujillo”, presentado en los XLII Coloquios Históricos de Extremadura en el año 2013. Como señalan los cronistas (fuentes árabes y la crónica cordubense de Fernando Salmerón) y no en el año 1232 como se ha venido insistiendo al seguir a los Anales Toledanos, es evidente que la fecha exacta es la de 1233 dada la fuente árabe de Al Himyari, ed. Leví Provençal p. 63. que afirma que tuvo lugar en Rabi I del 630 H. y en el Cronicón cordubense de Fernando Salmerón. He localizado un documento inédito en el Archivo Catedralicio de Coria, consistente en una Concordia entre el Obispo de Coria, don Sancho, junto con su Cabildo, y el Maestre Arias Pérez y los freires de la Orden de Calatrava de la otra, sobre los diezmos, primicias y demás derechos en tierras de la Orden situadas en el Obispado de Coria. Archivo de la Catedral de Coria-Cáceres. Firmado antes de la toma de Trujillo, prueba definitiva que certifica que en los primeros días de enero de 1233 aún no había sido reconquistada la Villa de Trujillo.