LA IMAGEN SEGÚN EL CRONISTA OFICIAL RAFAEL ÁLVAREZ SE UBICA EN LA IGLESIA DE SAN SEBASTIÁN DE LA LOCALIDAD
La restauración de una talla de San Francisco de Asís de la iglesia de San Sebastián de Villacastín, fruto de la iniciativa de la parroquia con Juan García Gorgojo a la cabeza, ha revelado la firma del escultor Francisco Salzillo. Esta semana ha sido presentado este hallazgo de especial relevancia para la parroquia y para el patrimonio diocesano y provincial.
La parroquia lleva años restaurando diferentes piezas de la iglesia como las de San Antonio o San Roque. García Gorgojo detalló que fue el año pasado cuando se decidió restaurar la talla de San Francisco que, ubicada en un pequeño retablo en la nace del Evangelio, llegó a la iglesia desde el desaparecido convento de Franciscanos a raíz de la Desamortización de Mendizábal. La sorpresa llegó para la restauradora Clara Delgado, cuando trabajando en la imagen del santo en su taller, encontró bajo el pie izquierdo una firma y una fecha dañadas pero reconocibles: Francisco Salzillo, año de 1763. La restauradora explicó el proceso que ha seguido, afirmando que la gran capa de polvo que tenía la talla impedía apreciar lo que había debajo.
as una primera limpieza del polvo superficial “fue cuando apareció el tesoro: Francisco Salzillo y se intuye el año 1763”, aseguró Clara Delgado, que también explicó su trabajo de sellado y reconstrucción de las grietas. Con lo que ha encontrado su hipótesis es que como Salzillo era murciano, la madera no estuviera preparada para la humedad de Villacastín, lo que, junto a la introducción de polvo en las grietas, ayudó a mermar su estado de conservación.
En cuanto a la firma, el proceso seguido ha sido el restauración cromática, puesto que “no se puede reproducir” la del escultor murciano. Como curiosidades de la pieza, la restauradora destacó tres: los ojos de cristal “como si fueran una bombilla”; la rocalla, hecha de roñas –corteza de los pinos– pegadas, enteladas y policromadas; y el cinturón del santo “incrustado con un clavo” que no se puede quitar. “Está todo hecho de una pieza”, detalles que demuestran que es un Salzillo, “una joya” para la parroquia, el pueblo y la provincia por su envergadura.
Con este hallazgo se confirma la teoría expuesta por José Miguel Sánchez Peña quien, en su artículos ‘Nuevas aportaciones a la obra de Salzillo’ publicado en 1986 en Imafkonte, ya atribuía al escultor murciano la talla de San Francisco de Asís de Villacastín.
Con esta, ya son dos las imágenes de Francisco Salzillo presentes en la Diócesis, puesto que el Claret cuenta con una pequeña imagen de un Niño Jesús proveniente del Convento de San Gabriel de la Orden de San Francisco, según recogía Juan de Vera en ‘Una talla de Salzillo en Segovia’ en Estudios Segovianos de 1949. Tras una primera limpieza del polvo superficial “fue cuando apareció el tesoro: Francisco Salzillo y se intuye el año 1763”, aseguró Clara Delgado, que también explicó su trabajo de sellado y reconstrucción de las grietas. Con lo que ha encontrado su hipótesis es que como Salzillo era murciano, la madera no estuviera preparada para la humedad de Villacastín, lo que, junto a la introducción de polvo en las grietas, ayudó a mermar su estado de conservación.
En cuanto a la firma, el proceso seguido ha sido el restauración cromática, puesto que “no se puede reproducir” la del escultor murciano. Como curiosidades de la pieza, la restauradora destacó tres: los ojos de cristal “como si fueran una bombilla”; la rocalla, hecha de roñas –corteza de los pinos– pegadas, enteladas y policromadas; y el cinturón del santo “incrustado con un clavo” que no se puede quitar. “Está todo hecho de una pieza”, detalles que demuestran que es un Salzillo, “una joya” para la parroquia, el pueblo y la provincia por su envergadura.
Con este hallazgo se confirma la teoría expuesta por José Miguel Sánchez Peña quien, en su artículos ‘Nuevas aportaciones a la obra de Salzillo’ publicado en 1986 en Imafkonte, ya atribuía al escultor murciano la talla de San Francisco de Asís de Villacastín.
Con esta, ya son dos las imágenes de Francisco Salzillo presentes en la Diócesis, puesto que el Claret cuenta con una pequeña imagen de un Niño Jesús proveniente del Convento de San Gabriel de la Orden de San Francisco, según recogía Juan de Vera en ‘Una talla de Salzillo en Segovia’ en Estudios Segovianos de 1949.
Tras una primera limpieza del polvo superficial “fue cuando apareció el tesoro: Francisco Salzillo y se intuye el año 1763”, aseguró Clara Delgado, que también explicó su trabajo de sellado y reconstrucción de las grietas. Con lo que ha encontrado su hipótesis es que como Salzillo era murciano, la madera no estuviera preparada para la humedad de Villacastín, lo que, junto a la introducción de polvo en las grietas, ayudó a mermar su estado de conservación.
En cuanto a la firma, el proceso seguido ha sido el restauración cromática, puesto que “no se puede reproducir” la del escultor murciano. Como curiosidades de la pieza, la restauradora destacó tres: los ojos de cristal “como si fueran una bombilla”; la rocalla, hecha de roñas –corteza de los pinos– pegadas, enteladas y policromadas; y el cinturón del santo “incrustado con un clavo” que no se puede quitar. “Está todo hecho de una pieza”, detalles que demuestran que es un Salzillo, “una joya” para la parroquia, el pueblo y la provincia por su envergadura.
Con este hallazgo se confirma la teoría expuesta por José Miguel Sánchez Peña quien, en su artículos ‘Nuevas aportaciones a la obra de Salzillo’ publicado en 1986 en Imafkonte, ya atribuía al escultor murciano la talla de San Francisco de Asís de Villacastín.
Con esta, ya son dos las imágenes de Francisco Salzillo presentes en la Diócesis, puesto que el Claret cuenta con una pequeña imagen de un Niño Jesús proveniente del Convento de San Gabriel de la Orden de San Francisco, según recogía Juan de Vera en ‘Una talla de Salzillo en Segovia’ en Estudios Segovianos de 1949.