POR FRANCISCO TUBÍO ADAME, CRONISTA OFICIAL DE FUENTE PALMERA (CÓRDOBA).
La Revolución de 1868, llamada la Gloriosa o Revolución de Septiembre o la Septembrina, fue una sublevación militar con elementos civiles que tuvo lugar en España en septiembre de 1868, la cual supuso el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del periodo denominado “Sexenio Democrático (1868-1874)”.
La Revolución de Septiembre fue una brusca sacudida en la historia del siglo XIX, cuyos efectos se dejaron sentir ampliamente en toda la geografía del país, pues a partir de ella tuvo lugar en España el primer intento de su historia de establecer un régimen democrático, primero en forma de monarquía parlamentaria, durante el reinado de Amadeo de Saboya( 1871- 1873) y después en forma de república, la Primera República (1873-1874). Sin embargo, ambas fórmulas acabaron fracasando.
A mediados de los años 1860, el descontento contra el régimen monárquico de Isabel II era patente y el moderantismo español, en el poder desde 1844, se encontraba en una fuerte crisis interna. Por su parte, el Partido Progresista, había optado por el retraimiento en las elecciones para designar las Cortes que salieron de ellas. En 1864 volvió al poder el general Narváez, que tuvo que abandonarlo tras los trágicos sucesos de la Noche de San Daniel, siendo sustituido por el general Leopoldo O´Donell.
En junio de 1866 tuvo lugar una insurrección en Madrid para acabar con la monarquía de Isabel II que fue denominada por el gobierno de la Unión Liberal del general O¨Donnell y que fue conocida como la sublevación del cuartel de San Gil porque fueron los sargentos de este cuartel de artillería los que protagonizaron el alzamiento.
A principios de septiembre de 1868 todo estaba preparado para el pronunciamiento militar que se acordó que se iniciara en Cádiz con la sublevación de la flota por el al mirante unionista Juan Bautista Topete. Allí llegó en la noche del 16 de septiembre desde Londres, vía Gibraltar, el general Prim, acompañado de los progresistas Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla, antes de que llegara desde Canarias en un vapor alquilado con dinero del duque de Montpensier los generales unionistas que están allí desterrados, encabezados por el general Francisco Serrano. Prim y Topete decidieron no esperar y el 18 de septiembre se sublevaba Topete al frente de la escuadra. Al día siguiente, Topete leyó el manifiesto redactado por el escritor unionista Adelardo López de Ayala , en que se justificaba el pronunciamiento y que acababa con un grito -¡Viva España con honra!
En los días siguientes el levantamiento se fue extendiendo por el resto del país , empezando por Andalucía. El 20 de septiembre se formaba en Sevilla la primera junta y será el 24 cuando en Fuente Palmera los vecinos progresistas se unan a esta revolución.
Los hechos se reflejan en las actas capitulares de los archivos municipales de Fuente Palmera en la carpeta que dice: “Libro de actas capitulares celebradas por la Junta Revolucionaria de dicho pueblo y expresado año”
“En la villa de Fuente Palmera siendo las diez y media de la mañana del día 24 de septiembre de mil ochocientos sesenta y ocho, sabedor el pueblo del alzamiento pronunciado en el puerto de Cádiz contra el gobierno de doña Isabel de Borbón con el lema Libertad y Orden, que habiendo secundado la capìtal de la provincia y está mandado hacerlo a los pueblos de la misma, desde luego se alzaba este de Fuente Palmera en revolución, y se sepa de la obediencia del gobierno citado, secundando el movimiento de los demás y para que se sostuviera el orden público y se respetase la propiedad, así como para gobernase interin duren las presentes circunstancias y hasta tanto que el gobierno liberal y superior dijese otra cosa. Nombrando como individuos de su Junta de Gobierno con tal intento a don Juan Ramón Guisado; don José Días; don Juan Antonio Hens; don Juan josé Martínez y a don Marcos López, actuando como presidente don Juan ramón Guisado. Los cuales se constituyen desde luego en sesión permanente para acudir aq cuantos casos urgentes, y de orden público puedan ocurrir en las actuales circunstancias por las que el pueblo atraviesa, auxiliar de este y con las armas en la mano en acto de pronunciamiento, secundando el de la Nación y sosteniendo el orden para que la propiedad y las personas sean respetadas, guardando el derecho de gentes.
La Junta instalada por la presente acuerda se tomen instantáneamente todas las precauciones necesarias y que se faciliten armas a los vecinos honrados que se adhieran a este pronunciamiento, arrancándoselas a los que no inspiren confianza o sean adictos al gobierno de la Reina cuyos empleados quedaran destituidos de sus destinos, así como el municipio y sus dependientes de sus respectivos cargos, declinándose desde luego la autoridad del Sr.Alcalde y atribuciones de dicho municipio que se resumen en esta Junta Revolucionaria, dándose parte inmediata a la superior de la provincia, tanto de este acta cuanto ocurra y deliberaciones que se adopten. Con lo cual se dio por terminado el acto y quedó constituida la presente en estas casas capitulares, nombrando por secretario para que autorice sus sesiones a don Mariano Velasco y Lara que concurre y firma con componen repetida Junta”.
Los días que preceden a esta constitución de la Junta Revolucionaria se registra gran actividad hasta la consolidación del derrocamiento de Isabel II.
Así. Podemos destacar:
El día 25 de septiembre a las once y media de la noche se nombran nuevos miembros de la Junta: Juan Antonio Hens, Juan Manuel Noguera, Marcos López y Mariano Velasco Lara . Se observa en la plaza un gran desorden protagonizado por una multitud de personas, a pie y a caballo, acaudillados por Mariano Pérez de Mena, que con esta algarada a deshoras perturba n la tranquilidad del vecindario.
Ante lo cual, la junta ordena se cierren para su protección la puertas del Ayuntamiento, indicando Pérez de Mena que se golpee la puerta para romperla y arrebatarles el mando de la Junta.
Al amanecer, una vez despejada la plaza, la Junta acuerda mandar como comisionados para informar a la Junta Provincial a Juan Ramón Guisado y Mariano Velasco.
El 29 de septiembre, La Junta destituye al conductor de correos Francisco Hens Ostos por adhesión a los realistas y nombra como sustituto a Juan Ramón Berniel. Comunicando dicha sustitución al administrador de correos de Posadas.
El 30 de septiembre se fuga de la cárcel Francisco Hens Ostos, ayudado por el carcelero Manuel Baides Clemente, la Junta destituye y mete en la cárcel a éste y nombra en su lugar a Juan Ignacio Álvarez.
El día 1 de octubre el presidente de la Junta nombra el nuevo Ayuntamiento.
El 3 se estudia el comportamiento durante los últimos sucesos del médico titular Mariano Pérez de Mena, que acaudilló junto a su hijo Francisco, el movimiento realista.
Por último el día 11 de octubre, ya consolidada la Revolución, después de la batalla del Puente de Alcolea, se nombran nuevos empleados municipales.
Mariano Pérez de Mena y Barrios, era natural de Écija, Alcalde de Fuente Palmera el año 1865 y posteriormente desempeña su profesión de médico hasta su muerte ocurrida el 27 de agosto de 1872. Su hijo Francisco Pérez de Mena y Trujillo alternó la Alcaldía con Salvador González Alonso durante los veinte últimos años del siglo XIX y comienzos del XX.
El 28 de septiembre tuvo lugar la decisiva batalla del Puente de Alcolea en la que la victoria fue para las fuerzas sublevadas al mando del general Serrano que contaron con el apoyo de militares voluntarios armados. Al día siguiente el levantamiento triunfaba en Madrid y el día 30 Isabel II abandonó España desde San Sebastián.
En el mensaje dirigido por la reina a la nación , al poner mi planta en tierra extranjera, advertía que no renunciaba a la integridad de sus derechos ni podrán afectarle en modo alguno los actos del gobierno revolucionario; y menos aún los acuerdos de las asambleas que habrán de formarse necesariamente al impulso de los furores demagógicos, con manifiesta de las conciencias y de las voluntades.
Entonces terminó toda resistencia de las fuerzas leales a la reina y el 8 de octubre se formaba un gobierno provisional presidido por el general Serrano, y del que formaban parte el general Prim y el almirante Topete. Se sellaba así el triunfo de la que sería llamada la Revolución de 1868 o La Gloriosa que había puesto fin al reinado de Isabel II.
FUENTE: CRONISTA