POR EDUARDO JUÁREZ VALERO, CRONISTA OFICIAL DE SAN ILDEFONSO (SEGOVIA)
Andaba el que suscribe, hace unas semanas, por Madrid, presto para recetar una clase en el campus que tiene la Universidad Carlos III en el campus de la Puerta de Toledo, tan bien de tiempo que decidí pasar la espera entre deliciosos moluscos y clientes parlanchines, sujetando la vieja barra de la cervecería “Los Caracoles”. Allí apoyado, dando cuenta de unos cuantos susodichos, ensordecido por el televisor que presidía el bar, los bares, todos los restaurantes con solera de este Santo País. Pensaba, no sin cierto desasosiego, mientras sacaba uno de los deliciosos y picantes inquilinos de su bien guisado alojamiento, que maldita la hora en que se decidió el tabernero que fuera a poner el primer maldito televisor en la tasca, acabando con las discusiones, buenas o no; con los comentarios y chascarrillos, oportunos o extemporáneos; con los bailes de invitaciones y requiebros al vino, prudentes o insensatos. Ya nadie discute, brinda o canta en los bares; anima a los amigos a beber o apuesta un chato a lo que sea. Que ni los españoles parecemos españoles ya, oigan…
Fuente: http://www.eladelantado.com/