POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)
Tras un trabajo intenso las Cofradías de la localidad, con la mirada puesta en el cielo, en sus levantadas, pero también para conocer si podrían procesionar o la lluvia, se convertiría en la rotura de las ilusiones, guardadas durante un año.
Las imágenes que dan una catequesis, bajo un cielo de estrellas del amanecer o de la oscura noche, siempre cautivan por su belleza, expresiones de inocencia, bondad, sacrificio, o esperanza. Esculpidas en gran parte en los años cuarenta por los destacados escultores, con mayoría de imágenes, el granadino Domingo Sánchez Mesa, el sevillano, José Rivera; alguna salida de los talleres de Olot y las de un tiempo más reciente como los cordobeses, Juan Martínez Cerrillo, José Antonio Cabello, el ubetense Antonio Espadas, Víctor González Gil- amigo de Miguel Hernández- o los escultores locales Miguel Ángel Calero y Felipe Herreros; las imágenes dan luz a su paso, por las calles de la localidad, aunque los días sean grises. Si a esto le unimos el mimo y acierto de los tronos, salidos de talleres cordobeses, sevillanos, de Zaragoza, manchegos o de artistas locales como Juan R. Martínez, talleres Gómez y Pedro Carrillo con una cuidada ornamentación floral motiva que recibamos, con entusiasmo, esta lección magistral de la vida y muerte de Cristo,
El Jueves Santo, la intensa lluvia motivó que la Cofradía de El Prendimiento, que cumple próximamente sus 100 años, no pudiese procesionar; dolor en toda la intensa familia, costaleros, penitentes, romanos, músicos y hermanos, Las imágenes titulares “Cristo del Amor y la Humildad en su Sentencia” y María Santísima de la Encarnación, llevada por costaleras, tuvieron que quedar en el templo parroquial de San Andrés.
El Viernes Santo, a las seis de la mañana, por la Puerta de la Umbría, salió Nuestro Padre Jesús Nazareno, con la única luz de sus faroles es recibido primero en un callado silencio, después la saeta desgarradora de Antonio Fernández, y Ana María Robles, a continuación la marcha emotiva de la Agrupación Musical del Nazareno, y los aplausos, emociones y nudos en la garganta de los cientos de fieles que soñaban con este momento. Tras el completo recorrido procesional en su llegada a la Plaza Mayor, es recibido por las imágenes de San Juan y la Verónica. Se realiza la ceremonia de limpiar el rostro del Nazareno, quedando su rostro grabado en el pañuelo, que porta La Verónica. Posteriormente hace su entrada en la Plaza Mayor la cofradía e imagen de Nuestra Señora de los Dolores, acompañada por su Agrupación Musical.
En el momento que intenta pasar hacia el Nazareno se celebra la ceremonia del “cruce de lanzas de los romanos”, impidiéndole el paso. Hasta que un “ángel”, tras la oración “romperé las lanzas aunque sean de acero”, se produce el encuentro. Continua la procesión para subir a las Eras llamadas del Calvario, parando ante el convento de Santa Ana, y las monjas dominicas, desde sus ventanas le cantan y rezan.
Por la tarde, mirando al cielo salió la imagen de El Cristo de la Expiración; le acompaña, Nuestra Señora de la Amargura, portada por valientes anderas, y numerosas mujeres que vestidas con mantilla han acompañado a las imágenes.
Esta procesión ante el temor de posibles lluvias acortó su recorrido.
Por la noche del viernes, de la iglesia del convento de dominicas, inició su procesión el Santo Entierro. Una salida que impresiona. La imagen del Cristo lleva extendidos varios pensamientos morados en el interior del trono de plata y cristal de gran belleza y majestuosidad.
El encuentro entre la Virgen de los Dolores, y el Santo entierro tuvo lugar en las puertas del templo de San Andrés, ya que se recortó el recorrido.
En la mañana del domingo ha tenido lugar la última procesión, con un encuentro entre Cristo Resucitado, y la Virgen del Rosario, portada por anderas, en las puertas de la iglesia de San Andrés. Después la imagen de la Virgen ha retornado a su iglesia de las monjas dominicas de santa Ana.
Inmenso el trabajo realizado por los vestidores, ornamentos florales de los distintos tronos, señoras de mantilla, penitentes, anderos, y anderas, costaleros y las distintas Agrupaciones Musicales que se han multiplicado en las procesiones locales y participando en distintas localidades de la provincia o región.
Nuevos proyectos, nuevas Juntas, renovado fervor harán que la preparación de la Semana Santa del 2020, comience en unos días, el trabajo, la vocación y el fervor no cesarán hasta la próxima Cuaresma.