POR OSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA DE LAGOS DE MORENO, JALISCO (MÉXICO)
Luego de estar en Cozumel y Centla, la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística asiste al puerto de Veracruz bajo la batuta del Presidente de nuestra Junta Directiva Nacional, en la tercera etapa de las jornadas: “A Medio Milenio de los orígenes de nuestro presente”. Mi tema: “Cempoala: decisión, alianza y ascenso”. Nuestro agradecimiento al INAH, al Museo de Historia de Veracruz, al Instituto Veracruzano de Cultura, a la Universidad Veracruzana y a las corresponsalías de la SMGE en Jalisco, Tlaxcala, Zacatecas; a la FENACROM representada por los cronistas de Chiconcuac, Texcoco y Zacatecas.
Fragmentos de mi ponencia: …“serán enviados sendos mensajes al huey tlatoani Moctezuma, para dar inicio, al otro día -Viernes Santo-, al desembarco de tripulación, caballos y artillería; en los médanos de arena se practica tiro, se monta altar y se escenifica Misa.
Algunos indios serán absortos testigos de la ceremonia en la que el fraile mercedario Bartolomé de Olmedo oficia un ritual en el que no se mata a nadie, dado que la víctima representada en el altar ya ha sido asesinada, claveteada sobre dos maderos puestos en cruz, bañada en sangre en brutal sacrificio, a manera de advertencia o escarmiento para los transgresores de algún oscuro mandato que no alcanzan a entender, todo con una saña inaudita, solamente superada por las realizadas en honor a Xipe Totec, en las que la víctima era desollada viva.
… Inicia aquí la fina trama de la conquista que enhebra bajo su vista y pulso Cortés, quien irá dando papel y argumento preciso a cada uno de aquellos que actuarán según sus deseos.
… Pero falta aún otro listón a la capa de Cortés: viendo el fanatismo de los indios por sus dioses, ahora argumenta que: cómo podrán contar con la ayuda divina de un Dios superior, si ellos le siguen ofendiendo con sacrificios y prácticas rituales. Pide entonces a los indios derribar aquellos ídolos, a lo que Xicomecóatl se opone exigiendo respeto y defensa, al tiempo que advierte a Cortés que todos morirían si así son ofendidos; el enfrentamiento llega a punto tal que el cacique pide sean ellos mismos quienes les derriben, ateniéndose a las consecuencias; los ídolos son derribados y las consecuencias no aparecen; vuelven a quedar azorados por la razón que asiste a aquel atrevido capitán.
…Se inicia entonces el ascenso; un desfile integrado por expedicionarios y naturales en cuya apuesta les va la vida misma, todos en dirección al imperio más grande del continente americano; miles de hombres que se irán multiplicando, los que han osado rebelarse frente a los excesos, el oprobio y la soberbia sobre los que se apoyan unos cientos que van en pos de una de las conquistas más asombrosas de la historia de la humanidad.