POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN).
Son estas tres tradiciones las correspondientes al mes de enero y primeros días de febrero. Quiero desde esta página seguir reivindicando nuestras tradiciones o recordando las que perdimos en nuestro caminar por la vida.
Me agradó el texto que el compañero cronista oficial de Cuenca, en su artículo: El Pupitre-El Alma del Pueblo: “Creo que las Tradiciones son el Alma del Pueblo y como tal mantienen en su esencia la propia historia vivida en ese lugar, de sus gentes de sus voluntades y de sus valores…”
San Antón
Se celebra el 17 de enero. Es tradición encender grandes lumbres en la mitad de las calles o plazoletas. La principal luminaria estuvo en tiempos pasados era en la Plaza de Santa Ana, ya que en su capilla se le da culto a esta imagen. Este año no se ha podido celebrar las tradicionales lumbres.
Sí se ha celebrado la bendición de los animales, en la iglesia de Santa Ana. Desde el 14 de enero ha estado expuesta la imagen de San Antón en el convento dominico de Santa Ana. El domingo 16 de enero, por la tarde el Párroco Bartolomé López, realizó la bendición de los animales y rezaron una oración.
Este año se ha celebrado una carrera virtual denominada de San Antón.
La bebida típica es el vino de San Antón, elaborado con vino tinto, azúcar y ciruelas que se secaron durante el verano para esta celebración. Hay personas que mantienen la tradición del “vino de San Antón”, y tienen en su casa numerosos tarros de cristal, y que reparten entre sus vecinos, amigos, compañeros de trabajo, y conocidos para mantener esta vieja costumbre, ¿Verdad Josefina? Distinta asociaciones y cofradías vuelven a potenciar esta celebración afortunadamente.
Una costumbre ya perdida era donar a la hermandad algunos lechones. Estos hacían su vida en la calle. Se reconocían por llevar orejas y rabos cortados. Todos los vecinos les echaban de comer, los sobrantes de su comida, cuando se acercaban los animales a las puertas de las casas.
El día de la fiesta se realizaba el sorteo de los cochinos que se habían ofrecido y eran propiedad de la hermandad. La persona agraciada optaba entre llevárselo a la casa y su posterior matanza o regalarlo a una entidad benéfica. Algunos vecinos de la antigua calle Canalejas, evocaban la figura de Miguelico Mota, barbero y sacamuelas. Él era el responsable del sorteo de los cochinos donados a la cofradía. En la Plaza Mayor dos niñas vestidas con trajes de Primera Comunión, extraían las papeletas con los números de los afortunados. Un día , Miguelico amaneció como San Antón, con la barba blanca y un físico parecido al del santo.
Dos refranes se conservan en la localidad como testimonio y recuerdo de esta fiesta, mantenida, al menos en el recuerdo: “ Hasta San Antón , Pascuas son”, “ Estás como los cochinillos de San Antón”, que se dice de aquellas personas, generalmente recién casados o huéspedes, que comen cada día en casa de un familiar, pariente o amigo distinto.
Estos son algunos recuerdos del ayer, que afortunadamente se siguen manteniendo con las luminarias, cuando este virus pierda la guerra que mantiene con nosotros.
LA CANDELARIA, O PURIFICACIÓN DE NUESTRA SEÑORA
(Perdida en el recuerdo)
Se celebraba el día 2 de febreros. La noche anterior se encendían grandes lumbres destacando la de los alrededores de la Parroquia de San Andrés.
En la mañana del día 2 se realizaba la toma de posesión de los nuevos concejales del Ayuntamiento. Todos los miembros de la Corporación y funcionarios asistían a una misa en la que se les entregaba a los concejales una rama de romero y una vela.
Todos en procesión, generalmente acompañados por la Banda de Música se dirigían desde el Ayuntamiento hasta la Parroquia. Se celebraba una procesión llamada de las velas, en la que la imagen de una virgen, acompañada de numerosas mujeres vestidas de negro y con velas en la mano se trasladaban, junto con las autoridades a la iglesia de Santa Ana. Allí se celebraba la Eucaristía y retornaban a San Andrés.
En el Catastro de Ensenada de 1752 se narra la celebración de esta fiesta y el gasto de cera de la fiesta de la Candelaria y las palmas del Domingo de Ramos por un importe de 230 reales.
En la actualidad esta tradición de los representantes municipales se suprimió. Al tener mayor incidencia en la vida local la festividad de San Blas, las lumbres se encienden el día dos por la noche-
Una imagen de esta Virgen se ha recuperado y algunos años ha estado expuesta en el patio de columnas, con la leyenda y una vieja foto de aquella época
SAN BLAS
“La ermita se construiría entre los años 1915 y 1916 impulsando las obras el benefactor D. Ramón Millán Bueno. El responsable de las obras fue José María Ortega y los trabajos de carpintería los realizó Sebastián Peña – 1(Pedro Javier Rivas Soria)
En este lugar se construyó en 1926 el Parque Municipal llamado “San Blas”. La ermita se fue dejando sin mantenimiento y fue derribada en 1932. Posteriormente se realizaron obras y el Párroco don Matías Molina la solicitó para la celebración de culto religioso, ya que se utilizó durante un tiempo como biblioteca pública.
La fiesta se celebra el día tres de febrero. En la víspera se encienden numerosas luminarias en las calles de la localidad y en la puerta de la ermita.
Es tradición subir hasta el Parque, en esta fecha, visitar la ermita, rezarle al santo y “darse en la garganta con la garrota”, para prevenir posibles enfermedades como anginas, afonías…
En otra época se lanzaban naranjas al aire y antes de caer al suelo se pinchaban con una navaja. No he podido llegar a conocer el significado de esta acción. Las monjas dominicas de Santa Ana regalaban la famosa “agua de San Blas”, bendecida y extraída de un pozo de su propiedad. Se llenaban numerosos botijos y cántaros que les llevaban al torno, tras largas colas. Dicen que tenían propiedades curativas (Hermanas María y Encarna Navarrete).
Un grupo de vecinos del barrio llamado de San Blas decidieron reunirse en el año 2002 para que esta fiesta popular continuara con su celebración e impulsada en la medida de sus posibilidades, Andrés Fernández, Juan Miguel Fernández, Juan José Rubio, Manuel Tortosa, Agustina Manjón , Leonor y Encarnación Quesada fueron los componentes que iniciaron todas las gestiones. Han realizado el sello donde figura la fachada de la ermita y el rostro del santo; han confeccionado un nuevo estandarte y bandera, en la ermita han realizado diversas intervenciones para mejorar su estado y conservación.
En la visita del anterior Obispo de Jaén, d. Santiago García Aracil, llegó hasta la ermita para conocer su tradición.
Tras distintas gestiones para constituirse como Grupo Parroquial, se ha quedado como fiesta de barrio que lleva el nombre de San Blas.
Encienden una lumbre a las puertas de la ermita, la víspera del santo, celebran una misa y procesión por el barrio y cuidan de la ermita y alrededores, entregando a los visitantes una” pequeña garrota”, de pan, bendecidas en grandes “escriños”, y que son realizada en los hornos de la localidad.
Este año los responsables del culto a San Blas, han colocado y difundido varios carteles comunicando: “ Que por motivos de la situación que vivimos a causa del COVID-19, se suspenden los actos que año tras año se venían haciendo. La ermita permanecerá abierta el día 3 de febrero de 9:00 horas a 20:00. Por favor respeten las medidas de seguridad, mascarilla y gel hidroalcohólico”.
En esta mañana he visitado la imagen de San Blas, colocada en la puerta de entrada a la ermita, en uno de los lados las tradicionales garrotas, Andrés y Agustina, venden recuerdos y velas, en la pequeña construcción realizada para estos menesteres; hay alguna tristeza en sus palabras al no poder celebrar la fiesta como desearían, pero siguen ilusionados en año tras año dedicarse a mantener la tradición; el arreglo del acerado, del tejado de la ermita son algunas de las últimas actuaciones realizadas. Varias mujeres fieles a la tradición rezan a San Blas y encienden algunas velas.
De la colaboración y ayuda de todos los vecinos depende, que esta antigua tradición siga conservándose en la posteridad.
FUENTE: CRONISTA