POR JOSÉ ORTIZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
La Torre de Villaverde se erige como tal en 1472 por los Señores de la Casa de Aguayo. En sus orígenes esta fortaleza se llamaba de Fernán Martínez. Decir como CURIOSIDAD que dada la proximidad de este baluarte a un curso de agua, la presencia de esta torre valió para nominar al arroyo con el sobrenombre del Castillo.
En la primera mitad del siglo XVIII la torre presentaba una terminación superior con una empalizada de madera. La planta de la edificación es cuadrilonga, construida totalmente en piedra. Presenta tres tipos de sillares que vienen a coincidir con las tres estancias en altura de la misma.
Los más sólidos y grandes se hallan en la cimentación o primera sala de entrada. En casi todos se halla la marca de cantero de quien los labró, y en esta sala se conserva un aljibe y la escalera de caracol que accede al segundo de los cuerpos.
La segunda sala es una sencilla construcción terminada en bóveda de crucería, en cuya clave se halla el escudo de la Casa de Aguayo de Córdoba.
Los únicos vanos que perforan los gruesos muros de la fortificación son los restos de: matacanes, saeteras, puerta alzada de acceso y dos ventanas, de las que una parece ser una puerta en la parte superior, lo que nos aporta la evidencia de la existencia de un pasadizo de madera que conectaría la parte superior con algún otro elemento defensivo desaparecido.