POR PATRICIO MARÍN ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE COX (ALICANTE)
Junto a la carretera que sale de Granja de Rocamora hacia la huerta, dirección a San Isidro y Catral, se yergue una torre de factura árabe. Se trata de una fortaleza de defensa construida en la Edad Media para guarecerse en ella y repeler cualquier ataque inesperado, tan frecuentes en aquel tiempo.
En su día destacaba por su altura, (24 varas), unos 22 metros [1] con tres plantas y anexa a ella un cortijo. Además se cimentó sobre roca, que los arrastres aluviales han soterrado sus bases y parece edificada en llano. Según las fuentes antiguas que la citan, parece del caso que tanto la torre como el cortijo constituían una barrera casi inexpugnable. El terremoto de 1829 [2] derribó su planta más alta y con las reformas introducidas por sus últimos poseedores, han restado parte de su imponente aspecto original. Las primeras noticias que disponemos de la torre [3] aparecen en los bandos y banderías de Rocafull y Rocamoras, de la mano de Mosén Bellot, autor de los Anales de Orihuela. Aparte de las disputas y muertes perpetradas por ambos bandos, se dice que entre 1468-1469, los Rocamoras habían hecho una parada en la Acequia que impedía el paso del agua hacia la Villa de Albatera. También reseña que D. Ramón de Rocafull, señor de la citada villa, envió a sus hombres que deshicieran dicha parada y no pudieron, por impedirlo los Rocamoras que desde su torre se hicieron fuertes. Igualmente refieren los Anales, que la Granja no existía, aunque sí su torre, que muchas veces fue combatida más nunca ganada.
Al tratar de la referida torre se nos presentan serias dudas, pues ignoramos la fecha de su construcción y quien ordenó el alzamiento de la misma. Lo que sí tenemos claro es que dicho recinto se edificó para proteger a los labradores de la naciente huerta [4] . Tiene cierta semejanza con la torre de Calahorra de Elche, lo cual no prueba que fuese levantada durante la dominación musulmana. En efecto, la presencia de residuos mahometanos perduró en estas tierras hasta el siglo XVII, en que fueron expulsados definitivamente. Por tanto, tras la conquista siguieron viviendo aquí por espacio de más de trescientos cincuenta años. En dicho lapso, para diversas obras se siguió contratando alarifes moriscos. En el Medievo, el único núcleo urbano existente en el Bajo Segura, lo constituía la ciudad de Orihuela. El resto, solo eran alquerías o lugares apenas poblados. La mayoría de ellos, a excepción de Callosa, Catral, Almoradí y Guardamar [5] dependían de un señor que ejercía feudo sobre sus vecinos. No obstante y al margen de lo apuntado, todos los lugares disponían de su término o área de influencia.
La Granja como lugar poblado
Repasando el Libro de Repartimiento de Orihuela, se citan las numerosas cuadrillas de partidores que repartieron tierras, la mayoría de ellas con los nombres de los lugares afectados. No aparece ninguna cuadrilla con alusión a la Granja, y solo figuran las cuadrillas de repartidores de Cox y Albatera. Juan Torres Fontes, catedrático de historia medieval e insigne historiador murciano, en su publicación del Repartimiento de Orihuela, dice textualmente:
“Quedaron sin entregar, ante la imposibilidad de que pudieran ser laboradas, tierras anegadas que hoy constituyen los municipios de Rojales, San Felipe, Dolores, Daya Nueva, Formentera y Granja de Rocamora”.
En aquellas calendas las tierras de la actual huerta de Granja, no estaban formadas como hoy las conocemos. Su superficie en su mayor parte, era pantanosa, hallándose poblada de carrizos, almarjos y otras plantas barrilleras Igualmente disponía de amplios espacios de saladares. Por ello, hoy se conservan los topónimos, Almarjaleta, el Saladar y otros, alusivos al entorno de esta zona.
Ciñéndonos a dichas tierras anegadas, que no entraron en los primeros repartos del siglo XIII, (hoy municipios) si no se incluían en los repartimientos de la época ¿a quién pertenecían? Con toda lógica dichas tierras debieron de pertenecer a los poblados colindantes. En el caso de los lugares citados, todos ellos de posterior creación, sabemos que las tierras de Rojales pertenecieron a Guardamar; las de San Felipe a Catral; las de Dolores, Daya Nueva y Formentera fueron de Orihuela y Almoradí.
En cuanto a las tierras de La Granja, presumiblemente eran afectas al área de Cox, ya que en la actualidad al Norte de Granja, Cox dispone de tierras en la zona de la Autovía A-7, junto al extinto Cabezo de Pallarés y lindantes con Albatera.
El linaje de los Rocamoras
Este apellido fue uno de los más ilustres con casa solariega en la ciudad de Orihuela. Sus posesiones abarcaban grandes extensiones de tierras en la Gobernación oriolana. Al igual que las grandes fortunas y prestigiosos encumbramientos, tuvieron un origen humilde, los Rocamoras no fueron la excepción. Esto viene a colación con las casas nobiliarias que en su día tejieron sobre sí unos orígenes muy antiguos y unos antepasados nobilísimos. Es verdad que algunas estirpes tenían muy probado sus linajudos ancestros, en realidad eran pocas. Otras aportaron grandes sumas de dinero a las arcas reales para tejerse una genealogía basada en la Reconquista del siglo XIII.
En el caso de los Rocamoras, no disponemos de pruebas concluyentes de que un caballero francés, (Rocamoure) [6] originario de la casa real de Francia, acompañase al rey Don Jaime I en la represión de los mudéjares murcianos sublevados hacia 1264. Tampoco se cita en las crónicas de este rey contenidas en el “Llibre dels feits” .ni en otros documentos del siglo XIII.
Solo disponemos de noticias del apellido Rocamora, a partir de los repartimientos de tierras del siglo XIV, siendo agraciados con dos lotes de 30 y 40 tahúllas, todo ello en el término de Benferri. En otros repartos posteriores recibieron otras parcelas que sumaban un total de 72 tahúllas. No sabemos si estos primeros guardaban relación con los influyentes y poderosos Rocamoras de siglos posteriores. Estas primeras adquisiciones de tierras, suponían un modesto patrimonio si las comparamos con la inmensa fortuna que este apellido acumuló en el siglo siguiente. A mediados del siglo XV, los Rocamoras ya estaban encumbrados y convertidos en prohombres de la ciudad de Orihuela. En 1460, aparece Mosén Jaime Rocamora que consigue el título de primer Señor de Benferri, concedido por Alfonso V el Magnánimo.
Dada la lejanía de aquellos tiempos, y la escasez de otros documentos aclaratorios, podemos conjeturar que a mediados del siglo XV, los Rocamoras eran dueños de la torre. Según Antonio Ballester Ruíz, ilustre cronista que fue de Callosa de Segura, la torre de Granja fue poseída por don Juan Ruíz de Corella, Conde de Cocentaina, que era pariente de don Juan Ruíz Dávalos, señor de Cox. Ignoramos quienes eran los dueños de la torre al tiempo de su adquisición por los Rocamoras (¿Bartolomé Togores y Brizuela…Juán Ruíz Dávalos?) [7] . La compra de la torre y sus tierras aledañas, sin duda alguna coincidió en el periodo de las luchas sostenidas con los Rocafull. Estas peleas derivaron en pleitos y ante el temor de los Rocamoras de que sus bienes fuesen confiscados, optaron por traspasar la propiedad de la torre a favor de Don Juan Ruíz de Corella. Por dicha razón, los documentos de la época señalan, que la adquisición de la torre a favor de Ruíz de Corella, se amparó con un documento ficticio [8] .
Prescindiendo de este confuso galimatías en el lenguaje de la época, lo cierto es que los Rocamoras ya dueños absolutos de la torre, comenzaron a poner en cultivo los almarjales, desecando el terreno y abriendo canales para el riego. En dicho proceso roturador, el entonces lugar de Albatera, (que supuestamente regaba finalizado el riego de Cox) se sintió perjudicado. Al parecer D. Ramón de Rocafull, dueño de aquella villa, trataría de obstaculizar la nueva colonización llevada a cabo por los Rocamoras. Ciertos autores [9] señalan que don Juan Rocamora pidió amparo contra don Ramón de Rocafull y su gente. Entre otras razones, solicitaba ayuda, por que continuamente, los de Albatera talaban los árboles, impidiendo a los labradores cultivar la tierra, además de causar toda clase de daños. Entonces aconteció, que los Rocamoras contraatacaron y taponaron la acequia de tal manera, que no dejaron pasar el agua para Albatera. El corte del agua hacia Albatera, no solamente cortaba el riego de la huerta de dicha villa, sino que privaba del abastecimiento de agua potable a sus vecinos.
Don Ramón de Albatera, presentó su queja ante el sobrecequiero de Orihuela, que se presentó en dicho paraje para que deshiciesen la parada y no fue obedecido. Visto su fracaso reclamó a los jurados, que también fueron allá y tampoco fueron obedecidos.
Los Rocamoras y su gente, estaban bien fortificados en la torre y cortijo anexo, y desde allí rechazaron cualquier intento de deshacer la parada.
El Consell oriolano, el 20 de Agosto de 1469, se reunió para tratar sobre el tema de la torre de Granja. Para vencer la resistencia de sus moradores, se ordenó que se estableciera la vigilancia necesaria en dicho paraje, evitando que entraran alimentos a los que defendían la fortaleza. Por último se decretó que una vez ganada la torre, fuese demolida, y que no se edificasen semejantes torres en la huerta.
Todas las medidas adoptadas fracasaron y la Torre se ha conservado [10] hasta nuestros días.
NOTAS:
[1] PASCUAL MADOZ IBÁÑEZ- “Diccionario Geográfico, Estadístico, Histórico de España y sus posesiones de Ultrarmar”. Según este autor la torre se halla fundada sobre una peña que se levanta 3 palmos sobre la superficie de la tierra y en su centro tiene un pozo de agua de manantial hecho a pico en dicha peña caliza y 2 cárceles muy fuertes.
[2] El terremoto de 21 de Marzo de 1829, asoló y destruyó totalmente a Torrevieja, Guardamar, Rojales, Almoradí y Benejúzar. El resto de poblaciones también lo sufrieron con casas quebrantadas y las torres de algunas iglesias derruidas. El alcalde de Granja de Rocamora, siete días después del seísmo, informaba que: El terremoto del día 21 de marzo, mutiló la casa Torre situada en las inmediaciones del pueblo” (A.H.O. FH-D-253)
[3] MOSEN PEDRO BELLOT-Anales de Orihuela, Año 1468, Rocafull y Rocamoras, Tomo II, pág. 120, y 121.
[4] Durante el Medievo existía un peligro real para todas aquellas personas que trabajaban en un medio rural totalmente desprotegido. En este supuesto la torre de La Granja servía de refugio a los labradores ante un ataque sorpresa.
[5] En el proceso repoblador del Bajo Segura, los musulmanes vencidos fueron desalojados de las mejores tierras y riego garantizado. Por esta razón vinieron catalanes y aragoneses, que sentaron vecindad en Orihuela Callosa, Catral, Almoradí ´y Guardamar, que se definieron como poblaciones de Realengo. El resto eran aldeas o alquerías donde la población mahometana, era dependiente de un señor cristiano al que servían y tributaban.
[6] ESTUDIO HISTÓRICO DOCUMENTADO DE GRANJA DE ROCAMORA Y LA SANTISIMA CRUZ-Volumen I, pag. 53, editado en 2011.
[7] NOBILIARIO ALICANTINO- El Barón de Finestrat, autor de las genealogías nobiliarias, señala que Bartolomé Togores y Brizuela, señor de Jacarilla, hacia 1430, era dueño de Cox y su castillo. Pocos años después el lugar de Cox fue adquirido por Juan Ruíz Davalos, que inició un proceso repoblador sobre dicho lugar, esquilmado por las anteriores guerras. Partiendo de la teoría de la no existencia de Granja, es muy posible que los Togores dueños de todo el conjunto de tierras, vendiesen parte de él, dando origen al nacimiento de otro poblado junto a la torre.
[8] ANALES DE ORIHUELA-Pedro Bellot. “La Granja no debía ser lugar antiguamente, pues en los bandos de los Rocamoras no se nombra, sí su torre, y era tan fuerte que algunas veces fue combatida más nunca ganada, tanto que a la vez que fueron allá los jurados y no fueron obedecidos y la cercaron, ordenó el consejo que si la ganaban la derribasen, y que no se pudiesen hacer semejantes torres en la huerta. Siempre la han poseído los Rocamoras, y aunque fue un tiempo del conde de Cocentaina don Juan Ruíz de Corella, fue la venta ficta, como sospechaban los Rocamoras que sus bienes habían de ser puestos en mala voz por los bandos”.
[9] HISTORIA DE ORIHUELA, tomo III, Ernesto Gisbert y Ballesteros, pag. 410- Imprenta de Cornelio Payá, 1908, ORIHUELA.
[10] La solidez de esta torre ha hecho posible su conservación pese a los avatares sufridos en el tiempo transcurrido. El municipio de Granja de Rocamora, debe procurar su mantenimiento, dada su antigüedad y valor arquitectónico.