POR JAIME GARCÍA GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE ESQUIVIAS (TOLEDO)
Este singular edificio, por su condición de posada, a finales del S. XIX y en los inicios del S. XX, fue albergue de los más destacados cervantistas de la época, los cuales acudían a Esquivias en busca de datos para enriquecer la biografía del ilustre escritor y novelista.
La “Torrecilla” es el edificio civil del S. XVIII más conocido y popular de Esquivias. Es una construcción que aún hoy, gracias al celo de sus actuales propietarios, tanto su “Torrecilla” como el cuerpo principal del edificio los podemos contemplar en perfecto estado de conservación.
Son tres plantas y torreón de tapial de ladrillo sin revocar al estilo del llamado “aparejo toledano” en el que se combinan hiladas y machones de ladrillo con paños de mampostería dejada a la vista. El edificio hace esquina y está ubicado entre la C/ Pósito y otra calle que desde el S. XIX está dedicada a la hidalga esquiviana: Dña. Catalina de Palacios, quien fuera la esposa de Miguel de Cervantes
Según pone de manifiesto Azorín, en su obra “La novia de Cervantes” cuando él visitó Esquivias en este edificio se albergaban, una taberna y una posada en la parte superior. Posada que el escritor conocía por haber pernoctado en ella, cuando viajaba a Esquivias.
Es la típica edificación que solo con su propio conjunto representa ya, un entorno típico y valioso.
FUENTE: Jaime García González