POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Una tortilla española deconstruida al extremo se está batiendo ahora mismo en la calle y el Congreso. Populares, Socialistas, Ciudadanos y Pablemos, juntos pero separados, juntos y encima revueltos, no están a punto de nada ni alcanzarán un acuerdo por más que el pueblo les pida que dejen de hacer el memo cada cual en su casilla de enjuagues retorticeros.
Son como aceite en el agua, como la humedad y el fuego, como la Luna y el Sol apareciendo a destiempo, como el cuadrado y el círculo, diferentes sin remedio, como el frío y el calor, como la tierra y el cielo con nubes aborregadas y volantes encubriéndolos, como la virgen y el sátiro, como dos partes de un huevo, como peras y manzanas distintas en peso y precio, como el silencio y el ruido, como el alma sin el cuerpo, como el gato y el ratón, como el lobo y el cordero, cual la zorra y la gallina, cual el patrón y el obrero…, siempre a la greña entre sí hacia el poder y el degüello.
En la tortilla española de partidos contrapuestos, ¿dónde echamos las patatas y dónde otros condimentos como la yema y la clara? La sal ¿dónde la ponemos? El pueblo no habrá bocado mientras no se cuajen ellos.